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Informe Especial
28/07/2019

A dos semanas de las PASO

Qué necesita la campaña del peronismo para ganarle a Macri

Qué necesita la campaña del peronismo para ganarle a Macri | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La polarización pone a Alberto Fernández a cuatro puntos de ganar en primera vuelta, aunque el actual presidente y candidato crezca en intención de voto. El desafío de subir el tono y de cómo hacerlo. El rol de Cristina. Voto de centro, indecisos y desencantados. Final intenso en la recta hacia las primarias.

Daniel Hernández

El peronismo siente que puede ganar en primera vuelta. Las encuestas varían, pero hoy por hoy casi todas coinciden en que Alberto Fernández esta “a 3 o 4 puntos” de ser presidente el 27 de octubre próximo. Es poco. Pero puede ser mucho. Va a depender, en gran medida, de lo que pase en las próximas semanas.

En el Frente por Todos saben que las primarias tienen un valor estratégico. Si la fórmula que integran Alberto Fernández y Cristina Kirchner queda en el umbral de los 45 puntos en las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias” del 11 de agosto, la Casa Rosada quedará mucho más cerca.

Sin embargo, para que esto ocurra la fórmula opositora deberá ajustar su campaña, poniendo el foco en indecisos y desencantados con el gobierno, según coinciden todas las consultoras con las que habló Va Con Firma. Este segmento, según los analistas, suele definir su voto en los quince días previos a la elección. Es decir, a partir de ahora.

“El resultado de las PASO puede consolidar un voto estratégico. Las PASO se aproximarán a lo que representa una primera vuelta y la primera vuelta pasaría a ser lo más parecido a un balotaje, con un voto mucho más calculado”, explica a Va Con Firma el politólogo Mario Riorda, presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales.

Diferencias

Los sondeos de opinión, con diversa metodología y color, lo ponen a Alberto Fernández arriba de Mauricio Macri. Un encuestador que está procesando su último revelamiento adelantó a Va Con Firma que la ventaja del candidato opositor es de 41,1 a 37,6. Según este relevamiento, el Frente de Todos está a poco menos de cuatro puntos de ganar en octubre.

Descartada la posibilidad de lograr una diferencia de 10 puntos para evitar el balotaje, para que Fernández gane en primera vuelta necesita sí o sí los puntos en cuestión. La polarización a la que apuesta el oficialismo puede favorecerlo, ya que si bien hace subir a Macri también crece su principal contrincante, acercándose al anhelado 45% más uno de los votos.

Sin embargo con eso solo no alcanza, ya que el gobierno logró hacer que Macri sea competitivo como no lo fue desde que confirmó su intención de ser reelegido. La tregua que al oficialismo le dan el dólar y la merma en la suba de precios hace que el “voto económico” al que aspiraba el candidato peronista hoy sea insuficiente. 

Así lo demuestra el propio discurso oficial cuando logra crecer reemplazando el “voto económico” por el “voto ideológico”. Es decir, apelando a los valores más conservadores de una porción importante del electorado mediante un discurso basado en la respuesta punitiva frente a la inseguridad, el combate a la corrupción y el destierro del populismo.

“No sé si le alcanza al gobierno con el antagonismo y la polarización con el kirchnerismo, lo que sí es cierto es que no le quedaba otra y que fue efectivo, ya que no podía con el ‘voto retrospectiva’. Es decir, ‘yo gobierno bien, entonces vos me votás’. Por eso construyó su campaña en torno a dicotomías como populismo/república, corruptos/honestos, malos/buenos”, analiza Riorda.

Hasta dentro de dos semanas, y presumiblemente después también, Juntos para el Cambio consolidará la polarización con el kirchnerismo en la búsqueda de un voto emotivo (expresado en eslóganes como “juntos podemos”, “los argentinos juntos somos imparables”), basado en sentimientos y valores (republicanismo, orden, honestidad, meritocracia, transparencia) más que en un programa de gobierno en el cual explique qué va a hacer a partir de diciembre.

La cara visible de esta estrategia discursiva no es solo Mauricio Macri, sino también (y fundamentalmente) María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y, desde a partir de esta semana, Martín Lousteau, en lo que puede leerse como el primer paso de la segmentación del discurso oficial, en el caso de este último dirigido a los más jóvenes.

Mientras el oficialismo tiene un discurso homogéneo, eficiente para las posibilidades que le dicta la coyuntura y con intérpretes con guion unificado, y oxigenando el poco entusiasmo (cuando no abierto rechazo) que genera la figura presidencial, al peronismo todavía le cuesta encontrar el tono de lo que tiene que decir. Y, muchas veces, quién debe hacerlo.

Paso a paso

Por lo menos hasta las PASO el oficialismo va a seguir interpretando el mismo guion: correr el eje de la economía todo lo que pueda, mostrar obras como sinónimo de “hacer” y de anticorrupción, polarizar con Cristina Kirchner agitando el miedo a su regreso y apelar a las dicotomías que reducen la política a la lucha de buenos contra malos.

Los movimientos que el gobierno va a hacer a partir de este fin de semana están dentro de esa estrategia general: convocar a votar, ya que en la Casa Rosada están convencidos de que si baja el nivel de ausentismo crece el porcentual de la fórmula Macri-Pichetto; segmentar el público al que dirige su mensaje, algo así como un mensaje para cada usuario; reforzar la provincia de Buenos Aires (donde vota el 37 % del padrón nacional) apostando a que Vidal le sume a Macri los puntos que difícilmente él consiga por sí mismo.

El panorama en el Frente de Todos es más complejo. Por lo que fue su campaña hasta el momento y porque es el que tiene “la obligación” de conseguir los cuatro puntos que le faltan para definir la elección. Es aquí, y no en el oficialismo, donde todavía puede pasar algo distinto.

“Creo que hay tres momentos en la campaña de Alberto Fernández -explica Riorda-. El primero tuvo que ver con un discurso kirchnerista más tradicional para retener la totalidad de los votos de Cristina. El segundo es de un discurso más híbrido que tiene que ver con un equilibrio de fuerzas hacia el interior del peronismo y un momento de toma de decisiones”.

Según el especialista en comunicación política, esos dos momentos fueron los que dominaron la campaña del Frente de Todos hasta ahora. De ahí la sensación de mayor heterogeneidad y de búsqueda del tono. Y la ausencia de un mayor número de voces si se compara con la del oficialismo.

Mario Riorda es licenciado en Ciencia Política, magister en Política y Gestión Pública y doctorando en Comunicación Social. Consultor, y docente e investigador académico. Presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (Alice). 
 

¿Qué hacer?

“El tercer momento creo va a estar dominado por los contrastes. Es el ‘voto miedo’ al que Scioli acudió tardíamente en 2015. Es un voto que va a ir en busca del centro, con sus dos vectores, a derecha e izquierda, para lograr los puntos que hacen faltan para ganar en primera vuelta”, prevé Riorda.

De acuerdo al analista, esto puede producirse a partir de dos elementos principales: una mayor radicalización del discurso de Alberto Fernández y un acotamiento, todavía mayor, de la participación de Cristina en la campaña.

“Creo que va a haber una mayor radicalización discursiva, con más intensidad y mayor contraste respecto al gobierno de Macri y a las consecuencias que tendría la continuidad de su gobierno”, anticipa el experto.

Al mismo tiempo -según considera- “el rol de Cristina en la campaña seguirá por los carriles actuales”. Es decir, cediéndole el protagonismo al candidato presidencial y limitándose a intervenciones puntuales y focalizadas.

“Cristina tiene entre un 38 y 40 % de intención de voto, que es el 85-90% de los votos de Alberto. Y ya los transfirió. El 5 % que le falta a Alberto vienen por otro lado, por eso no sería conveniente para el Frente de Todos que ella lo opaque”, subraya Riorda.

En los próximos días se verá si este es el camino elegido por el Frente de Todos para logar en las PASO el envión necesario que le permita imponerse en la primera vuelta del 27 de octubre. O si el próximo presidente se definirá en un balotaje, el 11 de noviembre, donde todo es mucho más imprevisible.

29/07/2016

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