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La convocatoria a elecciones provinciales para el 10 de marzo de 2019 sacudió la modorra de la mayoría de la mayoría de los partidos. Una vez que el MPN resolvió su interna y con la ventaja que da la condición de gobierno y la organización política consolidada, impuso un calendario al resto de las fuerzas cuando muchas estaban aún en los aprontes. La convocatoria es tan legítima como inconsulta al resto de los partidos, al menos por lo que dijeron en los medios.
En una provincia que gobierna el mismo partido desde se creación en la década del ’60 del siglo pasado, se podría decir que la elección provincial siempre generó incertidumbre desde el segundo en adelante. El primero ya estaría definido según esos antecedentes, pero la dinámica de la política a veces da sorpresas. En esta ocasión se dan particularidades que emparejan la competencia por el poder político. Sin embargo, existen los datos duros de las estadísticas y una tendencia conservadora de las personas a la hora de votar que dan como resultado escasas variaciones en las últimas décadas.
Discurrir a lo largo de la contradicción entre historia y actualidad es el propósito de esta nota. Y con ‘invitadas’ de lujo que han sido decisivas en las dos últimas elecciones; las colectoras.
Interna y después
La interna del MPN del pasado 26 de noviembre dejó como claro ganador al actual oficialismo, con Omar Gutiérrez a la cabeza y una cosecha de poco más de 74 mil votos. El adversario interno, Rolando Figueroa, vicegobernador, logró casi 50 mil votos, un aval importante que en términos políticos luego se fue diluyendo con el correr de los días.
Dos cuestiones a destacar; la fractura interna en la fórmula de gobierno fue un hecho que nunca había ocurrido en la provincia. En la instancia de debate hubo superabundancia de denuncias del vicegobernador respecto a la forma de conducir la administración de Gutiérrez y de manejo de poder del ex gobernador Jorge Sapag. El vicegobernador ofreció en la campaña hacer un cambio de liderazgo, más que un nuevo proyecto de gobierno para la provincia.
Segundo punto de importancia; luego de conocer los resultados adversos, Figueroa denunció la consumación de un fraude electoral que no pudo demostrar ante la justicia. No obstante, barrió de un plumazo con una premisa política de contienda interna; “el que gana gobierna y el que pierde acompaña”. Por estas horas busca un partido habilitado para ir a la elección general por fuera del MPN, pero sin renunciar al MPN. Todo demasiado confuso cuyo único resultado visible es la expectativa que genera en los partidos de oposición.
La historia política de Figueroa está dentro del partido provincial y si bien existió un coqueteo de circunstancias con el peronismo, cualquier postulación suya le restará voto al MPN, se trate de muchos o pocos.
Se debe aclarar que la enmienda constitucional de 1994 impuso el sistema D’Hondt para la legislatura provincial y cuerpos colegiados, cuestión que no fue considerada para la vida interna del partido provincial. Por ende, los que pierden en la interna no acceden a lugares expectantes en la lista de diputados y prácticamente se quedan con las manos vacías. Eso la saben tanto Figueroa como el ex gobernador Jorge Sobisch, quien anunció mucho antes de esta interna su candidatura a gobernador por la Democracia Cristiana.
Todos los dirigentes conocen la importancia política de tener bancas en la Legislatura. Es un lugar de construcción, resistencia, difusión y eventual crecimiento. En el período de 1995 al 99, Felipe Sapag en el Ejecutivo tuvo que lidiar con un bloque interno opositor que respondía a Sobisch, con más de 10 diputados. Desde allí construyó el regreso al gobierno en el período siguiente. Tal posibilidad interna ya no existe.
Hasta aquí un repaso de algunas debilidades del oficialismo provincial, un ‘portaviones’ del que se espera que el capitán de turno le sume algún porcentual para la navegación sin zozobra hasta el 10-03.
Atento para el abordaje
Algunos ven al intendente de Neuquén, Horacio Pechi Quiroga, como el mejor alumno del partido provincial. Pechi es un político de cepa radical que irrumpió como concejal en 1987 y luego se metió en la grieta de Felipe Sapag y Sobisch para quedarse con el municipio neuquino en 1999. Desde ese lugar comenzó la construcción de poder que le permitió ejercer 4 intendencias y en el camino, 2 candidaturas a gobernador que no llegaron a buen puerto.
Ésta será la tercera oportunidad que va por el cargo mayor de la provincia. En algún momento, cuando la UCR local se unió con el PJ en el 2007, Pechi fue candidato del entonces presidente Néstor Kirchner. En esta ocasión irá de la mano del actual presidente Mauricio Macri.
Con el tiempo y la función, Pechi se constituyó en candidato con ‘peso’ político propio. Pese a los barquinazos electorales, se siente cómodo con los valores de una derecha política que en el país representa Macri. En el último período realizó mucha obra pública (35% del presupuesto) que los vecinos de la capital de algún modo avalan.
El intendente tiene real apetencia de poder y cuenta con el plus de un equipo técnico en funciones, dispuesto a cambiar de domicilio hasta Roca y Rioja, sede del gobierno provincial. En el 2015 Pechi logró 72 mil votos, el 21% del electorado en un solitario y distante tercer puesto.
El tejido de Penélope
El conglomerado de fuerzas que tienen como núcleo al PJ ha dilatado la definición de candidatos por diferencias internas no saldadas. Un sector motorizado por Oscar Parrilli, impulsa como candidato a gobernador al ex intendente de Cutral Co, Ramón Rioseco. En la vereda de enfrente se encuentra el diputado nacional Darío Martínez, junto a gran parte de la dirigencia provincial que son además autoridades partidarias. El crecimiento en las encuestas de Cristina Fernández de Kirchner le permitió a Parrilli recuperar protagonismo a nivel local. Comentarios recientes dicen que Cristina ordenó la unidad y que una encuesta realizada por consultora afín al sector defina la fórmula. En el 2015, como Frente para la Victoria logró el 31 % del electorado con 108 mil votos y se ubicó en segundo lugar.
Los problemas para definir la fórmula, la invisibilidad de cuadros y propuestas técnicas y la necesidad de captar a una parte del electorado de la capital (el 40% del padrón general) que le ha sido esquivo son algunos de los inconvenientes que el conglomerado tiene que superar en poco más de 2 meses de campaña. Las ‘órdenes’ en política se suelen acatar por conveniencia, del mismo modo que se ignoran en los hechos.
Corre con una ventaja, el respaldo de la expresidenta a la que muchos ven como alternativa al gobierno nacional de Cambiemos.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) en el 2015 logró el 3.3 % del electorado con 12500 votos. Las fuerzas que lo integran han incorporado como novedad que los diputados renuncian a la mitad del mandato para que asuma el siguiente en la lista. Es un gesto de desprendimiento que el resto de los partidos no imitan.
Las colectoras
Se trata de grupos políticos con alguna presencia territorial que presentan lista de diputados y adhieren a la fórmula de candidatos a gobernador y vice de alguna de las fuerzas mayores. La mayoría de los partidos o fuerzas que devienen en colectoras en general no desarrollan una actividad política o social intensa entre elección y elección, limitándose a la actividad legislativa. Sin embargo, cuando llega la cita con las urnas alcanzan el resultado que se proponen; una o más bancas y sumar votos a la fórmula mayor. “Caramba, ¡vaya curiosidad!”, diría Borges.
El MPN en su ingeniería electoral le ha sacado provecho a este recurso que comenzó a aplicar Sobisch en los 90 y perfeccionó Sapag en los últimos años.
En el 2011 la boleta del MPN para gobernador alcanzó el 28% de la preferencia electoral con 84 mil votos. El partido provincial con 3 colectoras sumó otro 17%, algo más de 51 mil votos. En ese entonces las colectoras fueron el MID (7,8% y 23560 votos) con candidatos a diputados del MPN; Unión Popular (4,34% y 13092 votos) del dirigente Carlos Sánchez, con base en Plottier y Partido Nuevo Neuquén (4.99% y 15053 votos) del ex intendente Sergio Gallia, ambos de origen peronista.
En el 2015 la boleta del MPN tuvo una leve baja, 25.96% con 96648 votos de adhesión de electores neuquinos. Esa vez fueron 4 colectoras las que le sumaron otro 11,9 % de los electores, con 44.607 votos. Se sumaron 2 colectoras nuevas; el Frente Integrador Neuquino (Frin) de Andrés Peressini, intendente de Plottier que logró un diputado con 10609 votos (2,85%) y el Frente Popular por la Dignidad, del dirigente social Jorge Salas, que llegó a 7111 votos (1,91%) y se quedó sin banca. La fuerza política de Gallia mutó de nombre para llamarse Partido Adelante Neuquén, con el que alcanzó 12980 votos (3,49%) y un diputado. En tanto, Unión Popular volvió a demostrar la vitalidad de sus electores al obtener casi la misma cantidad de votos de 4 años atrás, 13907 (3,74%) que le permitió retener la banca.
En el 2015 desapareció el MID como colectora y fuerza electoral.
El Frente para la Victoria (FPV) también experimentó con colectoras con una base del 12.7 % del electorado, 47547 votos con eje en el PJ. Se agregaron Unión de los Neuquinos (UNE) con 5.3% y 19 mil votos; Movimiento Libres del Sur (MLS) obtuvo el 6,3%; Nuevo Encuentro y Frente Grande con 4,97% y 18500 votos y el Frente Popular, con 0,8%. En total la fórmula a gobernador sumó 108 mil votos (31%).
Nuevo Compromiso Neuquino (NCN), el partido creado por Quiroga logró 21 mil votos (5,8%); la UCR le sumó casi 24 mil votos (6,4%) y Propuesta Republicana (Pro) obtuvo 27 mil votos (7,25%). El sector alcanzó los 72 mil votos (20%).
“En Neuquén, gano o gano”
Cuando era presidente Néstor Kirchner un dirigente importante de la provincia le preguntó a quién apoyaba en la elección provincial. “En Neuquén?, gano o gano” respondió con una sonrisa. De ese modo deslizó su aval al candidato del MPN, Jorge Sapag y también a Pechi Quiroga, por la Concertación Neuquina que formaron el PJ y la UCR local.
Votos a gobernador provincial desde 1983 a 2015
Desde el gobierno del presidente Mauricio Macri los rumores que corren en la región tienen un sentido similar. Algunos funcionarios nacionales apoyan a Pechi, pero no les disgusta Gutiérrez, que ha sido un aliado en decisiones importantes.
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