Género
08/03/2021

Día Internacional de la Mujer

Brechas de género en Neuquén en materia de seguridad social

Brechas de género en Neuquén en materia de seguridad social | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Las mujeres participan menos del mercado laboral y cuando lo hacen es en peores condiciones: desocupación y subocupación, mayores niveles de informalidad y precariedad, menos remuneración, peores condiciones de empleo, carga de tareas domésticas y de cuidados no remuneradas, segmentación horizontal y vertical o paredes y techos de cristal.

María Taboada *

Según datos de la secretaria de Seguridad Social a mayo de 2020 en la provincia de Neuquén había un total de 121.465 aportantes al régimen de seguridad social administrado por Anses (excluidos los empleados públicos provinciales y municipales que aportan a sus respectivas cajas jubilatorias), el 65 % varones y el 35% mujeres. Dentro de ese universo de aportantes se considera a trabajadores en relación de dependencia, autónomos, monotributistas y trabajadores de casas particulares. En el caso de monotributistas el número de varones y mujeres es semejante. La brecha se agranda considerablemente cuando consideramos que el 71% de los trabajadores en relación de dependencia son varones. Pero en aportantes del servicio doméstico encontramos que el 96% son mujeres. En este último caso las cifras son similares a las del promedio nacional. En cambio, hay unas diferencias en los otros dos indicadores. En el total nacional el 59% de los aportantes son varones y aquellos en relación de dependencia son el 64% (por lo general, aunque no se cuenta con números provinciales, el empleo público disminuye las brechas de género en la participación de las mujeres, aunque no necesariamente mejora los indicadores de segmentación vertical y horizontal).

Las mujeres ganan en promedio un 29% menos que los varones a nivel nacional, aunque esta brecha se amplía para los trabajadores informales, alcanzando un 35,6%, según el Dossier estadístico en conmemoración del 109 Día Internacional de la Mujer” publicado por el Indec.

Las mujeres participan menos del mercado laboral. Y cuando lo hacen es en peores condiciones (desocupación y subocupación, mayores niveles de informalidad y precariedad laboral, menos remuneración, peores condiciones de empleo, carga de tareas domésticas y de cuidados no remuneradas, segmentación horizontal y vertical o paredes y techos de cristal). Las mujeres alcanzan un mayor nivel educativo, pero participan en menor medida del mercado laboral. La participación de las mujeres en el mundo del trabajo, como la participación pública, política, y económica en general, es más Injusta.

  En la “tasa de actividad” de las mujeres no se considera el trabajo que se realiza dentro del hogar como parte de la actividad económica –aunque contribuye significativamente con ella-.  Y la distribución social de los trabajos no remunerados de cuidados y domésticos que recae mayoritariamente sobre las mujeres hace que tengan menos tiempo y recursos para dedicarle a su desarrollo personal, profesional y económico.

La principal ocupación de las mujeres a nivel nacional es el servicio doméstico remunerado que como sabemos es el más precarizado. También en promedios nacionales, si se suman, las trabajadoras dedicadas a tareas vinculadas al cuidado (salud, enseñanza y trabajo doméstico) representan 4 de cada 10 trabajadoras según información publicada por la dirección nacional de Economía, Igualdad y Género del ministerio de Economía de la Nación.

En el primer trimestre 2020 (última información desagregada disponible de Indec) la tasa de actividad en el aglomerado Neuquén/Plottier era de un 54,9%, pero de varones un 63,4% y mujeres 47,2%.

Otro dato representativo es que de 1.187 perceptores de la prestación por desempleo en la provincia, 836 son varones y 351 mujeres. Lo que encuentra explicación en que para poder acceder a dicha prestación debe haberse tenido un empleo registrado.

Esta situación que se da en la vida activa tiene una lógica reproducción en la pasiva, morigerada como se verá por efecto de las políticas de seguridad social.

Las moratorias previsionales (conocidas también como jubilaciones de amas de casa) si bien en un principio no consideraron la dimensión de género se constituyeron en la política más importante en reconocer monetariamente el trabajo doméstico y permitió que miles de mujeres accedieran a una prestación previsional.  Como se explicó más arriba las mujeres no cuentan con suficientes años de aportes.

A mayo de 2020 en la provincia de Neuquén había 58.354 titulares de prestaciones contributivas de Anses, a los que corresponden 65.152 beneficios (una persona puede cobrar una jubilación y una pensión al mismo tiempo).

De los 65.152 beneficios, 22.655 corresponden a jubilaciones cuyos titulares son varones y  30.219 a jubilaciones cuyas titulares son mujeres. Las 12.278 pensiones se dividen en 1.725 titulares varones y 10.553 mujeres.

Pero el dato importante a considerar es como se compone el universo de jubilaciones. De las 22.655 jubilaciones cuyos titulares son varones es menor el número de aquellos que accedieron a la prestación a través de una moratoria (10.967 con moratoria y 11.688 sin moratoria) en cambio en el universo de jubilaciones cuyas titulares son mujeres 5.205 accedieron a ella sin recurrir a alguna moratoria previsional en tanto 25.014 necesitó de ellas. El porcentaje de mujeres que cobran su jubilación en Neuquén a través de una moratoria es mayor que el de los hombres, pero la diferencia también es mayor que la media nacional (provincia: 17% vs 83% comparado con nación (23% vs 77%).

Es significativo también considerar el haber medio de las jubilaciones. Mientras que en el caso de los varones el mismo rondaba los $ 46.713 para la misma época, el de las mujeres los $ 27.596, en cambio las pensiones que percibían ellos alcanzaban en promedio los $26.425 y las que percibían las mujeres los $35.777.  El haber menor se explica en que las remuneraciones de las mujeres fueron menores que las de los varones durante su vida activa.

La situación provocada por la pandemia de la Covid-19 reforzó las desigualdades preexistentes. Pero el Estado Nacional desplegó un número importante y variado de políticas sociales tendientes a morigerar sus consecuencias que tuvieron efecto sobre todo sobre las mujeres, compensando la desigual distribución de ingresos.

Entre dichas medidas mencionamos al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que en Neuquén lo percibió un 56% de mujeres y un 44% de varones, demostrando que la “inactividad” y la informalidad son más importantes entre las mujeres que los varones. El mayor número de mujeres también se explica porque se incluyó a las trabajadoras de casas particulares, principal ocupación de las mujeres y el sector con mayor nivel de informalidad.

Los pagos extraordinarios, sumas fijas a las jubilaciones mínimas y  la AUH, también benefician a las mujeres, porque somos las mujeres las que percibimos menores jubilaciones. Y además representamos el 94,7 % de titulares de la Asignación Universal por Hijo. Lo mismo puede decirse de la Tarjeta Alimentar, destinada a quienes perciben AUH con niños menores a 6 años. Y de la reestructuración de deudas con Anses, habiéndose suspendido por un año el cobro de las cuotas y disminuyéndose las tasas de interés. En este caso debemos considerar que el 80% de titulares de la AUH tomaron créditos. Es decir, fueron todas políticas públicas redistributivas en función del género. Aún queda por analizar como de distribuyeron al interior del hogar las licencias y excepciones al trabajo presencial.

Las políticas públicas tienen efectos de género. No son neutrales.  Aspiramos a que la puesta en funcionamiento de un ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, la creación de diversas áreas, mesas de trabajo y organismos destinados a estudiar e implementar políticas en pos de una mayor igualdad, la discusión sobre las tareas de Cuidados no remunerados,  el diseño de un presupuesto con perspectiva de género contribuya no solo a igualar derechos y oportunidades en el mundo del trabajo y las políticas sociales sino a alcanzar un fututo sin estereotipos ni violencias.



(*) Titular de la UDAI de la Anses en Neuquén.
29/07/2016

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