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24/06/2018

Lista o guerra

Lista o guerra | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Por su naturaleza, un partido como el MPN no admite una conducción bicéfala. Muy por el contrario, requiere de un fuerte liderazgo que, preferiblemente, debe ser público, notorio y no alimentar la menor sombra de duda.

Héctor Mauriño

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El gobernador Omar Gutiérrez ha comenzado a mostrar sus cartas de cara a las internas para la renovación de autoridades partidarias del MPN. Esta semana admitió que es “altamente probable” que busque la reelección como presidente de la Junta de Gobierno de ese partido y también que lo acompañaría en la fórmula para cubrir la presidencia de la Convención “un hombre de Zapala”.

Como es obvio, pasado en limpio esto quiere decir que Gutiérrez va por el partido y que no lo quiere más a Rolando Figueroa en la cabeza de la Convención partidaria.

El vice salió esta semana a reivindicar su condición de ‘azul’ y sus íntimos aseguran que “no pide nada” para sí y que sintoniza con dirigente nuevos del partido y otros “dejados de lado” en que no conviene desgastarse en “una interna innecesaria”.

Agregan, en fin, en tono de advertencia, que si su jefe y esos dirigentes no son escuchados “no participarán” de la interna y eso precipitará las diferencias de cara al 2019.

Pero es un hecho que los principales exponentes de la lista Azul -Gutiérrez y el ex gobernador Jorge Sapag- no consideran más del ‘palo’ a Figueroa, no confían más en él y tampoco lo quieren ver más en la segunda estructura en importancia del partido gobernante.

Esto quiere decir también que  el gobernador y Sapag -hasta ahora verdadero hombre fuerte detrás del trono-, han resuelto dejarse de rodeos y enfrentar a un vice que no ha trepidado en hacer su propio juego desde el primer día.

Al parecer, desde la cúspide del oficialismo neuquino confían en que están en condiciones ganarle a Figueroa la interna por el partido, primer paso en la escalada en procura de la reelección del actual gobernador el año próximo. De ahí que Gutiérrez esté lanzado de lleno a la campaña y este fin de semana haya visitado varias localidades del interior, entre ellas Zapala, donde realizó un encuentro con jóvenes del partido.

Como todo el mundo conoce, Figueroa ha venido marcando sus diferencias con el gobernador y juntando masa crítica de cara a su futura postulación para la gobernación de la provincia, ya sea que le alcance para hacerlo en el 2019 o que tenga que esperar el turno siguiente. Todo en un marco de una cierta ambigüedad, consistente en seguir reclamándose del oficialismo gobernante mientras marca sus diferencias en lo político, lo ideológico y lo metodológico.

Como se sabe, el actual esquema de gobierno de la provincia y del partido fue alumbrado por Sapag cuando quedó claro que no podía forzar la Constitución para intentar una re reelección (que en realidad tampoco quería demasiado). De allí surgió la mentada “renovación generacional”, de la que fueron portadores Gutiérrez y Figueroa en su calidad de jóvenes cuadros del partido.

Pero ambos siempre compitieron entre sí y en los hechos Figueroa nunca aceptó subordinarse a Gutiérrez, sino que optó por diferenciarse desde el primer día asumiéndose como “peronista” y explicitando sus diferencias con un gobierno nacional con el que Gutiérrez, en cambio, mayormente comulga.

Por su naturaleza, un partido como el MPN no admite una conducción bicéfala (ninguno partido en realidad, pero el provincial menos). Muy por el contrario, este neoperonismo desarrollista con tintes de conservadurismo popular requiere de un fuerte liderazgo que, preferiblemente, debe ser público, notorio y no alimentar la menor sombra de duda.

Por eso la actual situación no puede extenderse más en el tiempo sin producir efectos profundos, que bien podrían poner en riesgo la continuidad en el poder de la fuerza política argentina que ha venido gobernando durante más largo tiempo.

La otra novedad de la semana es que ya hubo otras listas que reservaron color: para empezar la Azul y Blanca del petrosenador Guillermo Pereyra y la Blanca de Jorge Sobisch.

Pereyra ha ejercido una suerte de política pendular en relación al conflicto de poder instalado en el Ejecutivo. Si bien ha mantenido buena relación con Gutiérrez, en oportunidades no se ha privado de ensalzar a Figueroa y ahora último ha sacado de la manga la posibilidad de armar una “lista de notables”, que eluda la interna que plantean los ‘azules’ gobernantes.

Al parecer, esta semana también habrían existido contactos entre el pereyrismo y el gobierno, en los que se habría evaluado la posibilidad de armar una lista de unidad que respete la proporción que mantienen hoy día los azules en las estructuras partidarias.

El quid de la cuestión es que si bien Figueroa se sigue reclamando ‘azul’, los máximos exponentes de la lista ya no lo consideran tal y, en consecuencia, han decidido reemplazarlo con una joven figura de Zapala, dueña además de cierta prosapia partidaria. Con lo cual, además de eyectar a Figueroa del paraíso ‘azul’, pretenden hacer un reconocimiento a la ciudad donde nació, hace exactamente 57 años, el MPN.

O una lista al paladar de los azules o guerra, esa parece ser la opción que plantea el núcleo duro del oficialismo. El resultado, es todavía incierto.

Se verá.

29/07/2016

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