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03/06/2018

El valor del silencio

El valor del silencio | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El inefable Elías Sapag, solía recordar que “el hombre tiene dos ojos y dos orejas, pero solamente una lengua”. De lo que se deduce fácilmente que conviene ser prudente en el uso de esta última. Sobre todo en política.

Héctor Mauriño

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El gobernador Omar Gutiérrez afirmó que el ominoso veto de Macri a la ley que buscaba poner un freno al aumento desbocado de tarifas, hubiera significado “una disminución en los recursos provinciales de 2.000 millones de pesos”, en función de los impuestos y regalías que se habrían dejado de percibir.

De los dos senadores del MPN, uno optó por votar a favor de la norma impulsada por la oposición y la otra eligió sumarse a un proyecto esperpéntico -sacado de la manga a último momento por el macrismo-, con el argumento de que la ley antitarifazo de todas formas iba a ser vetada. Una consideración que deja plantada una duda sobre la necesidad de que exista un Poder Legislativo.

Pero ese voto tampoco pudo ser computado a favor de las buenas migas que el gobierno local mantiene con el de Macri. El mismo día, el gobernador había aclarado que hace mucho que no ve a la senadora y que no sabe “a qué proyecto político pertenece”.

Tal vez porque en esta oportunidad falló el alineamiento automático, o quizá por la necesidad de encontrar un argumento que justifique mínimamente la felonía de un presidente con el que tiene buena relación, Gutiérrez soltó lo de los 2.000 millones que se habría ahorrado la provincia, pero lo dicho sonó a sobreactuación y el gobernador bien se lo podría haber ahorrado.

El inefable Elías Sapag, uno de los bronces del partido gobernante que acumulaba sentencias picantes para cada ocasión, solía recordar que “el hombre tiene dos ojos y dos orejas, pero solamente una lengua”. De lo que se deduce fácilmente que conviene ser prudente en el uso de esta última. Sobre todo en política.

 “No comprenden el valor supremo del silencio”, reflexionó un veterano dirigente del partido provincial consultado sobre el mismo tema, poniendo una suerte remache a la cuestión.

Todos en esta provincia conocen la doctrina de la cohabitación con los sucesivos gobiernos nacionales acuñada por el Movimiento Popular Neuquino. Se argumenta que tal conducta política deja saldos favorables en beneficio de todos los mortales que pueblan estas tierras. Ultimamente autorización para contraer endeudamiento, precio del gas en boca de pozo por las nubes y carta blanca para convertir a Vaca Muerta en un imán para las inversiones.

Aunque es dudoso que algunas de estas políticas sean a la larga beneficiosas para todos -un ejemplo podría ser el aumento exponencial del gas domiciliario-, de lo que no hay duda es que algunas de ellas son francamente perjudiciales. Los ejemplos más a mano son el despojo a los jubilados y la política tarifaria confiscatoria y antisocial.

Esto, para no hablar de algunas delicias históricas del alineamiento con piloto automático, como la privatización de YPF con sus dos puebladas; la funesta Ley de Educación de los ’90 con su secuela de protestas sociales, o el ejército de desocupados que trajo la convertibilidad.

En la actualidad, detrás del alineamiento del gobierno local con el macrismo también existe una especulación política. Debilitado por el desgaste de más de medio siglo de hegemonía política, dividido y sin un liderazgo visible capaz de aglutinar sus extremos, el partido provincial enfrenta un fuerte desafío de cara a las elecciones provinciales del año próximo.

Para mayor preocupación, en la vereda opuesta aparece una figura con peso propio y formal adhesión a Cambiemos. Aunque a ojos vista no parece contar con total aprobación por parte del gobierno de los CEO, al que no inspira confianza por su extracción social y por su condición de político, algo que entre los actuales moradores de la Casa Rosada merece desprecio y encono.

No parece casual en ese contexto que algunos en el oficialismo neuquino abriguen la esperanza de que en 2019 Macri, pesto a elegir entre una fuerza propia que no controla y un aliado bien dispuesto, elija esto último. Ayuda a tal especulación el relativo peso electoral de Neuquén, que no es vista como un bocado apetecible en el mapa electoral nacional.

En fin, la esperanza de que Macri, si llega, no apoye a Gutiérrez pero tampoco a Quiroga. A cambio, claro, de que en las elecciones nacionales, que seguramente se realizarán después, el partido provincial ponga su corazoncito del lado de Mauricio.

Pero la jugada es azarosa, no sólo porque nadie sabe lo que hará Mauricio (ni él mismo) sino también porque, tal y como están las cosas hoy, tampoco se sabe si llega. Más aún, parece que no llega y que la derecha nacional tendrá que buscar a reemplazante para este hombre desgastado, que hasta aquí ha demostrado ser tan insensible como incompetente y tan corrupto como mentiroso.

Mientras esto ocurre el peronismo neuquino, que históricamente ha mostrado escasa vocación de poder en esta provincia, deberá decidir si esta vez está dispuesto a levantar una alternativa de poder o nuevamente se contentará con un premio consuelo.

Hablar de hacer fuerza en una muy probable elección de tercios, significa ponerse mínimamente de acuerdo entre todos los sectores. Pero claro, ya se sabe que para el PJ Rioseco es poco menos que una mala palabra y que Rioseco abriga sentimientos no muy diferentes por el PJ.

Habrá que ver.

29/07/2016

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