La campaña electoral con miras a las legislativas del próximo 22 obró una suerte milagro: por primera vez desde diciembre del 2015, el gobierno neuquino salió a cuestionar severamente algunas de las políticas de la administración macrista.

La candidata del MPN, Alma “Chani” Sapag, admitió el cambio de estrategia en la campaña y por si quedaba alguna duda lo dijo con todas las letras: “el adversario es Cambiemos”.

Dijo más. Aclaró que si bien el gobernador Omar Gutiérrez mantiene una buena relación con un gobierno nacional cuyo signo es el neoliberalismo, “eso no quiere decir que comulgue con ese tipo de ideologías”.

De paso, advirtió que la “esencia” de su partido “es social”  y que tiene clara la necesidad de hacer una “férrea defensa de conquistas que nos han llevado muchísimo tiempo y que no pensamos perder”.

La candidata oficialista hablaba del traspaso de la caja jubilatoria del ISSN a la Nación, bautizada por el gobierno nacional como “armonización”, un tema que se ha colado fuertemente en la campaña y que ha merecido el rechazo del gobernador, el vice y el bloque oficialista, al punto que ya se podría hablar de la “desarmonización”.

A dos semanas de las elecciones, el rechazo al traspaso del sistema jubilatorio se convirtió en uno de los ejes de campaña del MPN, Unidad Ciudadana, el Frente Neuquino y el Frente de Izquierda. La única excepción fue Cambiemos, cuyo candidato, David Schlereth y cuyo principal referente, Horacio “Pechi” Quiroga, salieron en cambio a respaldarlo.

Los gremios estatales se movilizaron esta semana para rechazar la transferencia y luego un encuentro entre sus dirigentes y diputados de todos los bloques legislativos incluido el del MPN, dieron a conocer un inédito compromiso para sancionar una ley que ponga un cerrojo a cualquier intento de traspaso. Otra vez, la única excepción fue la bancada de Cambiemos.

El punto más álgido de la confrontación verbal entre el gobierno local y el nacional fue cuando “Chani” Sapag denunció que la “armonización” esconde la intención de reprivatizar el sistema previsional y dio a conocer, a través de una entrevista publicada por , la exigencia del gobierno macrista de proporcionar información detallada sobre los 23 mil jubilados del ISSN.

La candidata del partido gobernante calificó el pedido de “ultimátum”, en el marco de lo que consideró un “embate” del gobierno nacional contra la provincia, caracterizado por medidas que la perjudican como la reducción del presupuesto de la Universidad del Comahue, la restitución del fondo del Conurbano Bonaerense y la liberación del precio de los combustibles.

Según detalló, el “ultimátum” incluye aportar datos sobre los afiliados al sistema de previsión y sus remuneraciones, el gasto detallado en jubilaciones, retiros y pensiones con cantidad de beneficiarios, y la historia de cada uno de los jubilados de la provincia.

No sólo para la candidata, también para el gobernador y el vice, en esta última jugada de Nación hay un avance concreto sobre las autonomías provinciales.

A esta altura de los acontecimientos, cualquiera podría plantearse que la escalada verbal del MPN contra el gobierno macrista es sólo pirotecnia de campaña, una vuelta de tuerca necesaria en la retórica proselitista del partido gobernante ante el esquivo resultado de las PASO, en las que si bien su candidata fue la más votada, ganó Cambiemos.

De hecho, el candidato del Frente Neuquino, Ramón Rioseco, así lo vaticinó, al señalar que la defensa de la caja jubilatoria durará exactamente hasta el próximo 22, día de los comicios.

Con todo, y a despecho de las proverbiales promesas estériles de cualquier campaña política, queda un margen de duda respecto de si el MPN estará dispuesto a violar su palabra.

El partido gobernante sabe bien que el tema de la “armonización” de la caja jubilatoria toca un resorte muy sensible de la sociedad neuquina y es difícil que acepte suicidarse políticamente de manera voluntaria.

Es cierto que el gobierno de Macri ha dado sobradas muestras de que no trepida en extorsionar a cualquier actor político remiso ante sus designios, y en el emepenismo esto no se ignora. No por nada la candidata admitió quesi los gerentes del gobierno nacional reaccionan “no mandándonos plata, encontraremos la forma de hacerles ver que ellos también necesitan de nosotros”.

La advertencia quedó flotando en el aire pero no fue tan sólo una ‘boutade’ de campaña, una fuente muy cercana al gobernador admitió que esperan represalias por el no traspaso de la caja y que en tal caso no permanecerán de brazos cruzados.

Por lo pronto, es de esperar que el regalo de un poncho mapuche que Gutiérrez le hizo a Macri, en ocasión del acto relámpago para inaugurar la obra inconclusa del tercer puente, no sea tomado también como una forma de resistencia. Después de todo, y desaparición de Santiago Maldonado mediante, el presidente y sus compinches del gabinete han dado sobradas muestras de que no ven con buenos ojos a los pueblos originarios.