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La semana que concluye el conflicto docente sumó nuevos elementos de análisis, el principal de ellos fue la fisura en el gremio docente entre el sector de la conducción provincial que lidera Marcelo Guagliardo y el que domina la seccional capital.
Tras un principio de acuerdo con el gobierno, que flexibilizó su ley de presentismo, ATEN provincia decidió no participar de la asamblea de capital exponiendo fuertes críticas hacia el sector “Multicolor”.
El documento dado a conocer por ATEN provincia destaca entre otras cosas que el sector de capital exhibe “clientelismo y violencia” y utiliza una estrategia “a la que nos acostumbró la derecha” que intenta “demonizar a los dirigentes que no son desde su tendencia desde la cancelación y violencia en cada debate”.
La dureza y contundencia del comunicado de ATEN provincial, nos exime de mayores comentarios sobre la raigambre autoritaria y tremendista -aunque sin duda bien pragmática cuando se trata de sus bolsillos- del sector capital del gremio, el más poderoso por número y por su poder de influencia en la opinión pública justamente por ser capitalino en una provincia centralista.
Desde el punto de vista del gobierno, este amague de fractura podrá ser anotado como un triunfo, después de todo la fuerte apuesta en la que se embarcó el gobierno de Figueroa sólo podría alcanzar sus objetivos si se cumplen algunas condiciones, la primera de ellas: lograr que se profundice la brecha entre la sociedad y los docentes, en la medida que un importante sector de la población acusa fatiga por un ausentismo que golpea en forma directa la organización familiar.
Claro que este objetivo está condicionado por el tiempo, en la medida que si el conflicto se extiende la sociedad torna a reclamar una solución del sector que tiene la mayor responsabilidad, que es el Estado.
El otro requisito, y siempre desde la perspectiva oficial la produndización de la fisura entre dialoguistas y partidarios de la presión y el mutismo dependerá de los propios maestros y, en última instancia, también de la gente. Lo primero, porque si son ciertos los porcentajes que se ocupa de distribuir el gobierno, la adhesión a las medidas de fuerza sería cada vez más baja lo que resultaría en ultima instancia decisivo para la resolución del conflicto en términos favorables para el gobierno.
Lo segundo, porque si el humor social hoy es partidario de ajustar la tuerca a los docentes, el paso del tiempo puede invertir esa ecuación. Dicho en otros términos: el progresismo y el campo popular no percibieron a tiempo el cansancio de la sociedad por algunos temas que la derecha tomó en cambio como banderas, como ocurre con la conducta de los empleados del Estado, entre ellos los docentes.
Pero con el decurso del tiempo y a medida que el desalmado del presidente y sus mandantes del poder económico van llevando adelante su plan de eutanasia social para quedarse con la torta (toda), crecen las posibilidades de que la reacción de la sociedad agredida incorpore también la defensa de los docentes neuquinos. No presagiamos ni dejamos de presagiar que habrá una pueblada, afirmamos que ante una presión tan brutal como la que ejerce la derecha a nivel nacional el humor social se vuelve volátil.
Esto debería encender una luz roja en el tablero de Figueroa.
Ya hemos dicho desde acá que fue el propio gobernador el que decidió poner en caja a los docentes, entre otras cosas porque las estimaciones indicaban que este año el Estado iba a tener que pagar más de 100 millones de dólares en licencias. Pero también, porque el gobernador se ha propuesto fundar un nuevo MPN y liderarlo por un largo período. Su modelo es Felipe Sapag.
Para ello, e independientemente de que le vaya bien, regular o mal, es condición necesaria resolver positivamente para la sociedad los descalabros y entresijos que a los largo de los últimos 60 años fue generando un partido hegemónico: desde la corrupción (Ej.: planes sociales), hasta las distintas formas de clientelismo (para todos, pero a cada cual según su clase social y su cercanía con el poder), pasando por el crecimiento -a juicio del actual gobierno- desmesurado del poder gremial.
También advertimos hace unas semanas que la pulseada no sería fácil porque ATEN es el gremio más poderoso de la provincia y pronosticamos un final abierto. En eso estamos.
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