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Panorama Político
29/08/2021

Aperitivo

Aperitivo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

A dos semanas de las PASO, la campaña transcurre entre bostezos y algunas estridencias, en el entendimiento de que lo que importa es juntar masa crítica para las legislativas de noviembre.

Héctor Mauriño

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A sólo dos semanas de la votación, en Neuquén las PASO no parecen quitarle el sueño a nadie. Las campañas se desenvuelven en medio de cierta apatía, con escasa participación y casi sin debate, un cuadro apenas justificado por la omnipresente pandemia que, a pesar de seguir ahí, atraviesa uno de sus momentos de menor virulencia.

Hay internas, en el MPN y en el Frente de Todos, dos de las principales fuerzas en la provincia, pero estas se desenvuelven sin mayores estridencias. La del oficialismo nacional, acaso porque las dos corrientes mayoritarias se pusieron de acuerdo, y la del partido provincial porque a pesar de que hay una puja instalada esta discurre hasta ahora en tono civilizado.

La candidata de la lista Azul, “Mage” Ferraresso, reúne las características buscadas de “cara nueva”, mujer, conocimiento y desenvoltura personales. No es una recién llegada, pero se advierte que tampoco es demasiado conocida, a diferencia de lo que ocurre con su partenaire, Osvaldo Llancafilo, quien acusa mayor conocimiento entre afiliados y simpatizantes.

Pero para los estrategas de la lista oficialista este no es un problema, al menos de cara a las PASO, consideradas una suerte de aperitivo previo a las elecciones del 14 de noviembre en el que solo cuenta la fuerza propia y que en todo caso servirá, precisamente, para que la candidata se haga conocida.

La lista “A” cuenta con un aceitado mecanismo electoral, que se basa en una suerte de ecuación matemática. Mil predicadores, que a su vez llegan a 10 personas cada uno y estas a otras tantas. De tal manera que el impacto final alcanza a unos 100 mil.

En el comando sapagutierrista razonan que en 2017 “Chani” sacó 82.000 votos y que ahora se advierte “malhumor social” por la pandemia y la crisis que, estiman, se verá reflejada en una baja asistencia a los comicios. Por eso mismo, no les parece aventurado pensar en un 15 por ciento de los 530.000 empadronados o sea entre 82.000 y 90.000 votos.

Además del contacto persona a persona están las redes antisociales, que también utilizan al igual que su competidor, el ex vice y candidato de la lista “F”, Rolando Figueroa.

A diferencia del oficialismo partidario, Figueroa sí elige confrontar con sus adversarios internos, que no son, claro, los candidatos sino el gobierno y más precisamente, el establishment partidario que lidera Jorge Sapag.

“Al que opina diferente se lo corre de lado”, disparó Rolando en una entrevista con Va Con Firma. Y su compañera de fórmula, la ex titular del SIEN, Luciana Ortiz Luna, aparece en un video denunciando que “tapan nuestros carteles pero no van a tapar nuestras voces”.

Esta mujer se atraganta en la glotis de los azules porque cuestionó al gobierno durante el grave conflicto de Salud, motivo por el cual fue inmediatamente expulsada del paraíso emepenista, motivo también por el cual la eligió Rolando de compañera de fórmula.

Con todo el ex vice, por ahora, parece haber aprendido la lección, en la interna de 2019 fue demasiado lejos, se metió en cuestiones personales y hasta llegó a sugerir (decir, bah) que la cúpula partidaria estaba sospechada de corrupción. Algo que en verdad fue un búmeran porque el entonces vice parecía haber olvidado como había llegado hasta allí.

Esta vez, hay crítica, la necesidad de confrontar la tiene el que desafía, pero las cosas parecen no salirse de madre. Está claro que Rolando construye para el 2023 y que esta campaña es nada más que un paso, ganarla no es un objetivo en sí mismo sino un requisito para seguir juntando masa crítica. Puede ganar o perder e igual gana, claro que si no obtiene una cantidad interesante de votos, se habrá descalificado a sí mismo.

Hay algo más en este panorama de la interna del MPN. Jorge Sobisch, que como se sabe es del MPN, fue intendente del MPN y tres veces gobernador del MPN, pero a los efectos prácticos revista en la Democracia Cristiana, cometió un error (o mejor dicho dos) de principiante: llegó tarde a la presentación de listas, lo rechazaron y entonces dijo que iba a la Corte, pero también llegó tarde a la Corte… (Je, je).

Así las cosas el ex candidato a presidente que supo alumbrar el MPN anda solito y su alma y sin nada que hacer en las PASO. No vaya a ser que se le ocurra arrimarle algunos votos a Rolando como según se dice hizo ya en la interna de 2019.

Como se sabe, además, Gastón Sobisch, hijo del tres veces ex, es candidato a concejal de la capital y los que dan rienda suelta a la imaginación (en la política neuquina hay unos cuantos) quieren ver en esto una jugada del ex, ex, ex a favor de, digamos, las nuevas generaciones, que contaría con cierta aquiescencia del gobierno comunal. ¿Podrá ser? Resulte cierto o no, de lo que no parece haber duda es de que también Sobisch encara su relevo generacional.

Sea como fuere, ayude o no Sobisch a inclinar la balanza a favor de Rolando, en las filas del oficialismo Azul proceden como si lo que hace o deja de hacer su oposición interna los tuviera sin cuidado.

No pasa lo mismo con su principal competidor de cara a las elecciones legislativas, el Frente de Todos. Por eso, la semana que concluye el sapagutierrismo le dio una vuelta más de tuerca a la campaña, al confrontar con el gobierno nacional. La excusa elegida fue el proyecto de ley de Hidrocarburos, según se informó ya redactada y en manos del Presidente, quien la está revisando antes de mandarla al Congreso.

Allí el disparador también fue una nota de Va Con Firma, escrita por el ex concejal e ingeniero en petróleo Luis Durán, donde advirtió sobre el plan de bajarles los impuestos y las regalías a las ultra-recontra-rentables multinacionales petroleras. Un verdadero escándalo.

El primero que salió a atajarse fue el gobernador Omar Gutiérrez, quien además preside el lobby de las provincias petroleras. “No tengo el borrador”, dijo. Luego, como era de esperar, salió Llancafilo en nombre de la fórmula y hasta el jefe de Gabinete Sebastián González dijo presente.

¿Qué no consultaron al gobierno de la principal provincia productora de hidrocarburos? Puede ser que no esté de acuerdo, pero que no lo hayan consultado suena dudoso. ¿O lo que molesta es que el proyecto trascienda?

Es conocido el buen vínculo que tiene el secretario de Energía Darío Martínez con Gutiérrez y con Sapag. Su nombramiento fue saludado con satisfacción por el oficialismo neuquino y por todo lo que se sabe la relación ha seguido siendo fluida. Más bien, lo ocurrido tiene aroma a campaña electoral. Es un hecho que esa batalla se dilucidará entre el MPN y el Frente de Todos. Cambiemos, Juntos por el Cambio, Cambia Neuquén o como se llame pasado mañana, anda por el suelo. Dividida y sin una figura que reemplace a Quiroga, la derecha neuquina camina sonámbula por el callejón de la amargura.

El MPN letra “A”, está de más recordarlo, tiene el aparato del Estado provincial y una poderosa maquinaria electoral. El gobierno nacional ha hecho un enorme esfuerzo para preservar a la población de la peor pandemia de la historia y ha puesto una red de contención al colapso social heredado del Macri y profundizado por la catástrofe sanitaria.

Puede ser que la gente no esté contenta, no tiene motivos para estarlo, después del huracán Macri y del (la) Covid hay poco para festejar, pero nadie se chupa el dedo y todos saben que sin este gobierno podrían estar mucho, pero mucho peor.

Así las cosas, la campaña de cara al próximo 12 de septiembre, dentro de escasas dos semanas, transcurre entre algunos bostezos -de la población y de los protagonistas-, en el entendimiento de que lo que importa es juntar masa crítica para las legislativas de noviembre, en las que el plato fuerte será el duelo entre el MPN y el FdT.

29/07/2016

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