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Panorama Político
27/06/2021

Más política

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En el tema del endeudamiento, el gobierno se viene comportando como un elefante empantanado. Ahora quiere salir con la suya enfrentando a la oposición con los gremios. No advierte que la relación de fuerzas no lo favorece y debe acudir a la política.

Héctor Mauriño

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El ministro de Economía Guillermo Pons les acaba de mandar a los gremios una nota en la que les advierte que si no se aprueba el endeudamiento de la provincia en 12.800 millones de dólares, resistido por el grueso de la oposición, el gobierno no podrá hacer frente a los aumentos comprometidos.

Que se sepa los gobiernos del Movimiento Popular Neuquino (todos los gobiernos neuquinos ¡bah!) casi nunca han participado de sus decisiones a los sindicatos e inclusive pocas veces se han sentado a discutirlas con la oposición.

No se trata solamente de la vieja, obvia, astucia de enfrentar a los sindicatos con los legisladores reacios a aceptar sin más sus designios. Un viejo truco al que acudió frecuentemente Sobisch, basado en enfrentar a padres con maestros, a diputados opositores con oficialistas y a policías autoacuartelados con la sociedad. Es peor aún, es una suerte de inercia empecinada.

¿Qué pasa, que el gobierno de Omar Gutiérrez se comporta como un paquidermo empantanado”, primero con la prolongada huelga de los “autoconvocados” de Salud y ahora con este proyecto de endeudamiento, uno más de una larga fila, que la oposición se resiste a convalidar.

Hay un déficit de política en la actual administración. No siempre pero en la mayoría de las sucesivas gestiones las autoridades surgidas del partido provincial se han comportado más como administradores que como políticos. A tal punto ha sido la abrumadora mayoría de su partido, primero con votos propios y con el correr de los años, cuando estos se volvieron más magros, con las dichosas colectoras.

Pero esta es una administración sin mayoría y en lugar de aceptarlo y suplir el déficit con más política, negociando de manera creativa con aquellos sectores reacios a aprobar sus planes, se comporta como un chico caprichoso que insiste una y otra vez con lo mismo y se cierra al diálogo, un expediente que le permitiría si no salir totalmente con la suya, alcanzar al menos una síntesis creativa que permita zanjar la cuestión.

En este tren de cosas, el empecinamiento oficial primero dejó que se extendiera demasiado un conflicto tan grave como puede ser el de los trabajadores de Salud en medio de una pandemia. Cuando finalmente lo resolvió, lo hizo con una concesión a todas luces desproporcionada, no porque los beneficiarios no la merecieran sino porque no estaba a la altura de las posibilidades de las arcas provinciales.

Si no tenía los recursos y sabía que no iba a ser sencillo conseguirlos porque el año pasado ya le habían rechazado un pedido de endeudamiento por un monto similar, ¿por qué se comprometió a un aumento tan contundente como el otorgado?

Pero lo hizo, e inmediatamente tornó a responsabilizar a los diputados de la oposición por el conflicto. Procedió como si les arrojara en la cara la factura por sus desatinos, cuando nadie en su sano juicio podía pensar que el conflicto de salud, en medio de la crisis sanitaria era un simple reclamo destemplado.

En este afán olímpico de ignorar datos de la realidad, el gobierno neuquino ha conseguido el milagro de unir el agua con el aceite: en la vereda de enfrente de su ciego afán por endeudarse sin ceder nada a cambio, se han juntado sectores del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. Algo impensable en la Argentina de hoy.

No fue el único acto de magia de la administración actual, también logró poner en el primer plano de los acontecimientos a una Legislatura sumida en cierta modorra y conformismo. ¿Qué negocio es este?

El martes se vuelve a reunir la comisión legislativa donde se encajó el endeudamiento, el gobierno todavía está a tiempo de hacer lo que no ha hecho: ofrecer una alternativa consensuada que tenga en cuenta una relación de fuerzas que le es adversa. Para eso, para solucionar conflictos de intereses, está la política.

29/07/2016

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