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07/03/2021

Gaido quiere

Gaido quiere | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El intendente del MPN parece entender de qué se trata su misión y de la responsabilidad que tiene ante los que lo votaron y ante su propio partido. También de la oportunidad que se le presenta a nivel personal.

Héctor Mauriño

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Quienes conocieron a Horacio “Pechi” Quiroga, el cuatro veces intendente de Neuquén, el radical sui generis que le amargó la fiesta durante 20 años al MPN, saben que su desaparición ha dejado un hueco difícil de llenar.

Sin embargo Mariano Gaido, un hombre del MPN que ascendió por la vía jerárquica del partido pero que no contaba con fuerza propia al momento de iniciar su campaña a intendente, parece entender de qué se trata su misión y su oportunidad, de la responsabilidad que tiene por delante ante los que lo votaron y ante su propio partido.

Aunque el discurso florido de los políticos todavía le es esquivo -aprenderá-, Gaido parece contar con diagnóstico certero y un plan bien encaminado, que en lo sustancial consiste en no confrontar con fantasmas y hacer lo que ellos no pudieron o no quisieron hacer. No es fácil, pero lo está intentando.

Cualquiera que se ponga a observar la cantidad de obras, parques, plazas y macetas que este ex ministro de Sapag y de Gutiérrez ha erigido en esta ciudad en menos de un año y en plena crisis por la pandemia, tiene motivos para sospechar que el intendente protagoniza una suerte de cruzada, destinada a conquistar a los vecinos mientras cumple con el cometido encomendado por su partido y contribuye a tallar su propia figura política.

Lo mismo vale para acciones como el desalojo del club de ricos y famosos de la costa del río Neuquén, que nadie se atrevió a acometer en 25 años y que el señor Gaido logró concretar. Se dirá que fue benigno con la cofradía de jueces, comerciantes y funcionarios que habitan el lugar, pero lo hizo.

Y otro tanto se puede decir de la cruzada que acaba de inaugurar, de enterrar la engorrosa renovación por mitades del Concejo Deliberante cada dos años, que todos a su turno dijeron querer fulminar y nadie hizo.

Será por eso que cuando habla Gaido se cuida bien de criticar directamente a Quiroga, sabe que eso solo lograría irritar a una parte del electorado de clase media que habita en el centro y que necesita capturar para su proyecto si quiere llegar a buen puerto.

Por eso prefiere censurar por defecto u omisión las limitaciones de su antecesor que en realidad fueron variadas, como hostilizar a la Universidad del Comahue, censurar a los vecinos por desordenados y sucios, entablar una guerra inútil contra el gremio municipal y los sindicalistas en general de la que solo podía salir averiado el mismo.

Gaido, en cambio, se persigna cada vez que tiene que mencionar a su antecesor, le reconoce los méritos y dice que el vino a sostenerlos y a realizar aquello que, ¡oh desliz!, el fallecido ex intendente no hizo, como los loteos sociales, multiplicar el espacio verde, reformar la Carta Orgánica, recordar que el oeste también existe o “dialogar” con vecinos y oposición en lugar de “imponer” su parecer.

“Si cumplo mi compromiso, y la ciudadanía me concede la posibilidad de repetir quiero repetir”, confiesa Gaido sin hacerse rogar. Su partido, el señor Sagag, los Gutiérrez, el señor “Caballo” Pereyra, todos en ese Club de Toby que es el MPN ¡tienen unas ganas de que le vaya bien! Pero, ojo, también él quiere y se empieza a convencer de que puede.


 

29/07/2016

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