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28/02/2021

¡Pelón Pelón!

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Hasta en China hay quienes dicen que el peronismo es “la doctrina más importante en la historia moderna de la Argentina”. ¡Qué diría el genelal!

Héctor Mauriño

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‘Si hasta en Pekín hay peronistas’, habría dicho Perón guiñando un ojo si se hubiera enterado de lo que se supo esta semana: una profesora de la Universidad de Beijing que vivió en la Argentina ha escrito un libro sobre peronismo y opina que se trata de “la doctrina más importante en la historia moderna” de este país. 

Es el general, el que en el ’72 cuando la Argentina gorila se daba vuelta como un guante y aparecían peronistas hasta debajo de las piedras, reveló con afectada sorpresa que “hasta en Nueva York hay peronistas”.

El, que tenía el Libro Rojo de Mao sobre el escritorio por si hacía falta y lo alzaba exclamando con una sonrisa cómplice: “este es uno de mis libros de cabecera”. Y así, como al pasar, si la visita tiraba para la izquierda, digamos, más o menos nacional –con Moscú nada que ver-, dejaba entrever que hasta se carteaba con el líder chino.

Fue por entonces cuando advirtió, en pleno duelo verbal con Lanusse, que “primero les ganamos con los hombres, después con las mujeres y ahora les vamos a ganar con los chicos”.

Cuando descubrió la “juventud maravillosa” y empezó a hablar de las “formaciones especiales”, cuando enseñó que “al enemigo hay que tirarle hasta con los botines”.

No, lo de “imberbes y estúpidos” fue después, cuando ‘los chicos’ amagaron con disputarle la conducción. ¡Qué ocurrencia! Al hombre que entre el ’43 y el ’45 hizo una revolución. El que le arrebató poder a la oligarquía, en esa semicolonia británica que era la Argentina, para dárselo a los de abajo.

Claro que su conducta con los muchachos podría haber sido otra. Como dijo alguna vez Felipe Sapag -que además de líder como Perón era también padre-, “Perón se portó mal con los jóvenes, él podría haber hecho otra cosa”.

Quién sabe. Pero ya está. Lo que importa hoy es que el tiempo le ha vuelto a dar la razón: ¡hasta los chinos!

Eso sí, nadie sabe qué fue del librito de tapas rojas, ni de aquel que agitaba Perón ni del de los chinos. Pero China se encamina a ser –ya es, ¡bah!- la primera potencia económica mundial. Hasta fabrica vacunas a lo bestia. Y todo eso con el misterio oriental de combinar uno de los pocos partidos comunistas que quedan en pie con un capitalismo de Estado eficaz (como el peronista).

Porque en esto se equivoca la doctora Ziying Li -la compañera (qué menos) autora del único libro que se escribió en China sobre el peronismo-, no tenía razón el ex presidente Duhalde cuando en medio de la hecatombe del 2001 dijo que “la Argentina está condenada al éxito”. Todo lo contrario. En realidad está condenada al fracaso, mientras no se le quite el poder a la clase que practica un capitalismo de pillaje y se caga en el prójimo. La misma que combatió Perón. Con ellos no hay país, ni destino posible.

¡Cuánta ignominia!, ¡qué contumacia!... Diría el general, los mismos crápulas de siempre siguen teniendo el poder real.

Pero atención, para todos los que esgrimen el argumento, hasta cierto punto real pero sin duda paralizante, de que no se puede hacer más porque la relación de fuerzas es adversa, Perón hizo lo que hizo en el ’45 contra todos juntos y a pesar de todos; contra el conservadurismo, la Unión Cívica Radical, los demócrata progresistas y, aunque todavía no se pueda creer, contra los socialistas y el Partido Comunista.

No sólo. Contra el departamento de Estado de Estados Unidos, que se cansó de mentir e inventar calumnias (como hoy, ¿vio?) y amenazaba a diario con una intervención militar, mientras enviaba un inspector de colonias atrevido, que supo liderar a la oposición pero que sin querer proporcionó la opción de hierro: “Braden o Perón”.

La relación de fuerzas se puede cambiar, cómo no se va a poder cambiar si hasta en Pekín hay peronistas.

29/07/2016

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