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05/03/2023

Columnistas

La primera ciudad en territorio argentino

La primera ciudad en territorio argentino | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Caleta Hornos (y Nueva León, la primera ciudad argentina) está a unos 40 kilómetros al sur de Camarones, un pintoresco y ordenado pueblo asentado sobre la bahía del mismo nombre, con menos de 1.000 habitantes.

Humberto Zambon

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El primer asentamiento poblacional español en el actual territorio argentino corresponde al fuerte Sancti Spiritus, levantado por los hombres de Sebastián Caboto en la desembocadura del Carcarañá en el Paraná. Pero fue un asentamiento provisorio, de carácter militar. Por el contrario, la primera ciudad formalmente instalada fue Nueva León, en la actual provincia de Chubut, fundada el 9 de marzo de 1535, un año antes de la primera fundación de Buenos Aires.

El escenario histórico

Al iniciarse la década de los ´30 del siglo XVI, los reyes de España estaban dispuestos a ocupar todo el territorio de América del Sur. Hacía 40 años que Colón había llegado al nuevo continente y diez desde que Magallanes y Elcano descubrieron el estrecho que une al Atlántico con el Pacífico y circunvalaron por primera vez la tierra, demostrando empíricamente su forma esférica. Hacía muy poco tiempo que Pizarro había vuelto del Perú con preciosos objetos de oro y que había regresado la expedición de Caboto, sin oro pero llenos de rumores sobre incalculables riquezas que habrían en tierras al oeste, más o menos cercanas al Paraná.

Carlos V dividió al territorio de América del Sur en cinco franjas de 200 leguas cada una, limitadas por los respectivos paralelos terrestres. De norte a sur, la primera le correspondió a Pizarro (ampliada posteriormente a 270 leguas), la segunda a Almagro, la tercera a Pedro de Mendoza, cuyo territorio abarcaba desde el paralelo que pasa aproximadamente por la actual ciudad de Santos en Brasil hasta el que pasa por Bahía Blanca, el cuarto a Simón de Alcazaba, al sur del territorio otorgado a Mendoza y hasta la mitad de la actual Provincia de Santa Cruz, y el quinto, el más austral, que abarcaba el estrecho de Magallanes, correspondió al obispo de Plasencia, Gutierre Vargas de Carvajal.

Con el fin de hacer efectiva la ocupación territorial se restableció la figura del “adelantado”, nacida durante la guerra contra los moros. El adelantado tenía como función el anticiparse a las fuerzas reales, tratando de ganar tierras a los infieles, arrebatándole sus bienes y convirtiendo al cristianismo a sus habitantes, haciendo posible el posterior dominio por parte de la corona; arriesgaba sus propios bienes, a cambio de privilegios materiales que se detallaban en un contrato denominado “capitulación”.

El 21 de mayo de 1534 se firmó en Toledo la capitulación con Pedro de Mendoza, otorgándole los territorios de la región del “río de Solís, que llaman de la plata”, y poco después se firmó la capitulación con Simón de Alcazaba, otorgándole los territorios al sur de los de Mendoza.

Alcazaba era un experimentado marino y conocido cosmógrafo nacido en Portugal, de amplia formación teórica y práctica obtenida en viajes a oriente, conociendo las Molucas y China. Mientras Pedro de Mendoza preparaba una importante expedición con más de 2.000 personas, Alcazaba se conformó con una mucho más modesta, de dos naves, las viejas carabelas “Madre de Dios” y “San Pedro”, y con una dotación equivalente al diez por ciento de la anterior. Esto le permitió zarpar un año antes que Mendoza, con el plan de atravesar el estrecho de Magallanes y establecer sobre el Pacífico, en el actual territorio de la Patagonia chilena, la cabecera de su territorio. La razón de la elección del Pacífico era obvia: estar más cerca de la posible ubicación del oro y las riquezas, objetivo final de la aventura.

La aventura de Alcazaba

Zarpó el 21 de setiembre de 1534; el 26 de noviembre llegó a las costas de Brasil y el 15 de diciembre al Río de Solís; el 17 de enero de 1535 arribó a la boca del estrecho, pero los fuertes vientos y las corrientes marinas le impidieron avanzar. Finalmente retrocedió hasta llegar a la actual Bahía Gil, al norte del Golfo San Jorge; allí encontró la Caleta Hornos, que denominó “Puerto de los Leones”, cuya calma e imponente belleza les hizo recordar las rías de Galicia. El 26 de febrero de 1535 desembarcaron y comenzaron la edificación de una iglesia (con techo de lona), de misa diaria, y un incipiente poblado; el 9 de marzo de 1535 fundó, formalmente, la Provincia de Nueva León y procedió a diseñar su fortaleza capital.

Casi de inmediato emprendió el primer viaje de reconocimiento de su territorio, con rumbo noroeste, aunque, catorce leguas más adelante, se sintió enfermo y volvió a su capital, ordenando a sus hombres continuar con la expedición. Estos llegaron al río Chico y, siguiendo su trayectoria, se encontraron con el Río Chubut.

De todas formas, la aridez de la tierra y el clima hostil, con el viento fuerte y constante, fue desanimando a los conquistadores. Según parece, los escasos indios que encontraron, los tehuelches, los recibieron de la misma forma que sus descendientes recibirían a los colonos galeses tres siglos y medio después: curiosa y pacíficamente, pero sin la menor disposición a trabajar para el hombre blanco (“indios mansos pero inútiles para el trabajo”). Además, y fundamentalmente, no encontraron ni trazas de oro ni riquezas. Todo hizo que la expedición terminara en rebelión: volvieron a la capital -después de recorrer unos 500 kilómetros- y, como Alcazaba se negó a abandonar su provincia y regresar a España, lo mataron.

El caudillo de la rebelión, Juan Arias, quiso que los leones se convirtieran en piratas (para salir a “robar a todo trapo”), con lo que se habrían anticipado a los bucaneros que posteriormente asolarían el Caribe. Sin embargo, triunfó una posición moderada, liderada por Juan de Mori: volver y pedir clemencia (triunfó merced al degollamiento de Juan Arias y sus principales seguidores). Lo cierto es que el 17 de junio del mismo año abandonaron Nueva León y, embarcados en la San Pedro (la “Madre de Dios” había naufragado en aguas del Golfo San Jorge), pusieron proa hacia Santo Domingo, ya que este destino le pareció a Juan de Mori más prudente que el regreso liso y llano a España. Allí pidieron perdón y dejaron la crónica de su aventura.

La región hoy

La caleta Hornos es uno de los paisajes más hermosos de toda la pintoresca costa patagónica, conocida como lugar reparado por quienes navegan por placer o deporte el litoral marítimo sureño. Al norte se encuentra el Faro de Leones (frente a la isla Leones) y más allá la reserva faunística del Cabo de las Dos Bahías, donde viven en libertad gran cantidad de guanacos y algunos ñandúes. En las costas hay lobos marinos y pingüinos, además de interesantes lugares de pesca (como Caleta Sara, donde se ha realizado la fiesta nacional del salmón).

Caleta Hornos (y Nueva León, la primera ciudad argentina) está a unos 40 kilómetros al sur de Camarones, un pintoresco y ordenado pueblo asentado sobre la bahía del mismo nombre, con menos de 1.000 habitantes. Camarones está a 72 km. de la ruta 3, unido a ella por la ruta provincial Nº 30, totalmente pavimentada.

Un dato interesante es que en Camarones Juan Perón pasó su niñez y luego, durante la adolescencia, los meses de vacaciones del liceo militar, debido a que su padre era el juez de paz del lugar.

Que Nueva León, ubicada en la Patagonia, haya sido la primera población fundada por los españoles en el actual territorio argentino, un año antes que Mendoza fundara por primera vez a Buenos Aires (3 de febrero de 1535) y 19 años antes que la corriente conquistadora del noroeste fundara Santiago del Estero, es casi desconocido, incluso por los mismos patagónicos. Es parte de la marginación cultural, política y social que históricamente viene sufriendo la Patagonia.

Felizmente se está redescubriendo y revalorizando el pasado histórico, como forma de afirmación de la identidad cultural de la Patagonia. Así, en Camarones amplios carteles recuerdan la epopeya de Alcazaba y, sobre la costa, un monumento con forma de torre fortificada recuerda la fundación de Nueva León. En el Chubut, la ley provincial 2271 declara asueto provincial al 9 de marzo de cada año, mientras que la Ley provincial 4188 (de 1996) declara de interés histórico y turístico el área de Caleta Hornos, ordenando al ejecutivo provincial la apertura de accesos adecuados y la creación de un centro de información para promover aspectos de la cultura regional. Con un grupo de amigos visitamos la región en 1997; el camino de Camarones hasta la caleta era de tierra y paulatinamente se iba convirtiendo en una huella natural muy deteriorada y prácticamente intransitable, salvo con vehículos especialmente preparados y guiados por algún conocedor de la región; hubo que abrir una tranquera. A pesar de la Ley 4188 tengo entendido que poco ha cambiado desde entonces.

Sin embargo, la belleza de la costa, la riqueza faunística, el valor histórico y la relativa cercanía de centros turísticos en pleno desarrollo (unos 300 kilómetros de Puerto Madryn), permiten augurar para el futuro próximo un flujo turístico creciente.

Y Nueva León será el símbolo de la reivindicación patagónica.

 

BIBLIOGRAFÍA

-Felix Luna: “Historia integral de los argentinos”, tomo II, pg. 272 y siguientes (Ed. Planeta).

-Ezequiel Ortega: “Como fue la Argentina, 1516-1972”, Tomo I pg. 55 y sig. (Ed. Plus Ultra).

-José María Rosa: “Historia Argentina”, pg. 183 y siguientes.

29/07/2016

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