No falla. Porteño y de derecha, una combinación que abunda, desemboca en ignorancia supina en casos como las reivindicaciones culturales y de derechos de los pueblos originarios.

Por estos días, voceros y activistas de la derecha política y del mundillo periodístico que opera a su favor cargado de prejuicios y sentencias formuladas desde el desconocimiento, impulsaron una campaña en contra de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) por el izamiento de la bandera mapuche en la ceremonia del Wiñoy Xipantu, la celebración del Año Nuevo que coincide con el inicio del invierno.

Se trata de un burdo intento por transformar este evento convocado por una organización mapuche, y llevado a cabo en diferentes unidades académicas y en la sede central de la casa de estudios, en una expresión secesionista, en una ofensa al país, a sus instituciones y a los símbolos patrios.

Los ataques contra la Universidad, sus autoridades y la comunidad educativa se concentraron en el acto de izamiento de la bandera, pero el contenido de su carga ideológica derrama sobre el rechazo a las políticas interculturales en general, caminos que la UNCo tiene transitados desde su nacimiento. La Universidad se llama Comahue, su símbolo es un instrumento musical mapuche (el cultrum) y cuenta con una numerosa población que tiene ascendencia mapuche. En idioma mapudungun, Comahue significa “lugar de la riqueza” o “lugar donde el agua hizo daño”, elegido por la ubicación geográfica. Y el cultrum o tambor de machi representa la división mítica del espacio mapuche.

El Estatuto de la casa de estudios, en el artículo 74 que corresponde al apartado que describe la función social de la universidad, refuerza la idea una UNCo culturalmente abierta. Dice: “La Universidad Nacional del Comahue guarda íntimas relaciones de solidaridad con la sociedad de la cual forma parte. Es un instrumento de mejoramiento social al servicio de la nación y la región y de los ideales de la humanidad. En su seno no se admiten discriminaciones de tipo religioso, racial, ideológico y económico”.

En noviembre de 2019, el Consejo Superior de la Universidad incorporó, a instancias de una propuesta surgida de la secretaría Académica y de la Facultad de Humanidades, el Wiñoy Xipantu con dos días de feriado en el calendario académico dentro de la semana que va del 19 al 24 de junio. Se trata de un avance más profundo a lo ya hecho en materia de integración y reconocimiento de derechos que tiene vigencia desde 2020 pero que, por la pandemia, recién se puso en práctica el año pasado. Y otro empujón más en ese mismo sendero se encuentra la facultad de Lenguas, que tiene un departamento de Lenguas Originarias y una cátedra sobre Lengua y Cultura Mapuche.

Para Miguel Pichetto y sus seguidores, que ven a los reclamos de los mapuche como “factor separatista”, y para los José Luis Espert que piden que “metan balas a los delincuentes que se dicen mapuche”, van algunos datos de contexto. Ya en 1992 la ley Federal de Educación (24.195) reconocía en su artículo 5º, inciso Q “el derecho de las comunidades aborígenes a preservar sus pautas culturales y al aprendizaje y enseñanza de su lengua, dando lugar a la participación de sus mayores en el proceso de enseñanza”. La reforma constitucional de 1994 consagró el acceso a una educación bilingüe e intercultural, un camino que en Neuquén se transita, fuera de la UNCo, especialmente en escuelas rurales. Y en la reforma constitucional de Neuquén del 2006 se incorporaron y perfeccionaron los derechos enunciados en la Constitución Nacional.

¿Qué pensarán los Pichetto y los Espert, preocupados por las supuestas intenciones secesionistas de comunidades mapuche, de la propuesta que impulsa el Partido Republicano de Texas, Estados Unidos, para convertir a ese Estado (Texas) en una nación independiente? Por supuesto que este proyecto de ruptura que surgió de la convención del partido que expresa a la derecha estadounidense y que incluye una convocatoria a un referéndum, no figura en sus agendas. Entre bomberos (perdón a los bomberos) no se pisan la manguera.

En redes sociales, Micaela Gómiz, secretaria general del gremio de los docentes universitarios (Adunc), tradujo con una potente síntesis lo que implica el vuelo corto de la antojadiza lectura impulsada por los antiderechos: “Qué porteñada ridícula toda esa derecha escandalizada por el izamiento de las banderas mapuche. Si se enteraran del hospital intercultural, la educación bilingüe en escuelas rurales y el reconocmiento de justicia mapuche, se caen del orto. Ni hablar de que Neuquén es una voz mapuche, el himno se llama Neuquén Trabun Mapu y su letra habla del Tayil Mapuche que ´hoy es canto al país”, dice Gomiz y sigue: “Faltan muchos derechos en Neuquén, pero la bandera se iza hace años en decenas de escuelas y el pueblo mapuche es parte de nuestra identidad. No sean burros, además de fachos”. La última reflexión se la pido prestada para titular esta columna.