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Entrevistas
24/02/2018

Fernanda Vallejos

“Si no se corrige el rumbo, vamos a la quiebra de nuestra economía”

“Si no se corrige el rumbo, vamos a la quiebra de nuestra economía”  | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La diputada nacional por Unidad Ciudadana expresó que con esta política “vamos a la insolvencia” y “no nos conduce a ningún otro lado más que a lugares que tristemente ya hemos conocido”. Destacó que la inflación “es fruto de una decisión política del gobierno”.

Diego Colao

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Fernanda Vallejos, ex funcionaria de Economía del gobierno de Cristina Kirchner señaló que “no se ve ningún horizonte razonable de salida a esta política económica” y destacó que “no nos conduce a ningún otro lado más que a lugares que tristemente ya hemos conocido”.

 

“Es una política con un derrotero que lamentablemente si no media una rectificación, si no se corrige el rumbo económico vamos a la insolvencia y vamos a la quiebra de nuestra economía una vez más”, remarcó la diputada nacional por Unidad Ciudadana, en diálogo con Va Con Firma.

 

Para Vallejos, “la inflación es fruto de una decisión política del gobierno” ya que está “fogoneada” por los aumentos “que el gobierno ha habilitado”, sobre todo en las tarifas de servicios públicos y porque desguazó los “mecanismos de control que tenía el Estado para intentar una articulación con los formadores de precios”.

 

Y agregó que el objetivo de la inflación es “profundizar una caída real de los salarios y una caída de los salarios en dólares, porque en definitiva lo que están pensando es cómo beneficiar al poder económico”.

 

-¿Coincide con el diagnóstico de que la economía argentina es una bomba de tiempo?

 

-Sí, es una bomba de tiempo que está construyendo el gobierno, no cayó del cielo por obra de magia. Es el resultado de una política económica errática que ha abierto todos los frentes que tenía por abrir y no se observa en el equipo económico el más mínimo atisbo de cómo piensan cerrar esos frentes. Conocimos los resultados de lo que tiene que ver con el frente externo, que me parece que desde el punto de vista económico es lo que más preocupa. Esto sumado a la bola de nieve imparable del endeudamiento que es realmente la única respuesta que el gobierno parece tener al alcance de la mano para cubrir todos los baches que ha abierto con su política económica. También están los números de lo que tiene que ver con la fuga de divisas; con el déficit comercial, donde mes a mes vamos sumando récords sobre récords; una lluvia de inversiones que prometieron y no llegaron, por el contrario, lo que tenemos es un drenaje de las empresas multinacionales que lejos de traer dólares a la Argentina lo que hacen es llevarse esos dólares. La formación de activos externos está en niveles récord, en enero superaron los 3.100 millones de dólares y la proyección analizada es escalofriante. Y lo mismo tiene que ver con lo que estamos pagando de los intereses de la deuda. Más allá de que el gobierno justifica su política hablando de su supuesto esfuerzo por reducir el déficit, lo único que observamos es un ajuste brutal del gasto primario, pero el déficit fiscal se sigue expandiendo de manera impactante por el efecto del peso de los intereses de esa deuda que se ha tomado de una manera sumamente irresponsable, y de hecho en enero hay una escalada del déficit de 366%. 

 

-¿Cuál es la gravedad y las consecuencias que trae el déficit comercial?

 

-El gobierno ha generado un mecanismo de dependencia tremendo, porque tenemos un déficit comercial creciente, en enero de 2018 arrancamos con un déficit de 1.000 millones de dólares  e importamos cada vez más, las importaciones crecen de manera brutal; y las exportaciones no remontan porque el mundo y el comercio internacional no está andando de la manera más aceitada. Cuando el gobierno asumió no había razones para suponer objetivamente que las exportaciones pudieran ser uno de los grandes motores del crecimiento como el gobierno sostuvo, y lo que vemos es que las exportaciones tienen un comportamiento muy tímido, y la expansión de las importaciones es de una agresividad pasmosa, fruto de que han decidido desregular completamente el comercio exterior, abrir de manera irresponsable las importaciones y además de una manera unilateral a contramano de lo que sucede en el resto del mundo. En estos días se sigue negociando el acuerdo Mercosur Unión Europea y pese a que Macri y sus pares neoliberales de la región han estado dispuestos a ofrecer prácticamente todo, aun así no se destraba el acuerdo porque los países europeos no van a dejar de proteger sus producciones domésticas. Lo mismo sucede con Estados Unidos, con las sanciones al biodiesel argentino, y las dificultades que tiene Argentina para acceder a cualquier mercado de exportación; porque lo que hace cualquier economía más o menos razonable es proteger su producción y su trabajo. Todo lo contrario a lo que está haciendo Argentina, que estamos importando trabajo extranjero a la par que se habilita la destrucción de agentes de trabajo locales y se está dejando abandonada y huérfana a nuestra industria nacional. No se ve ningún horizonte razonable de salida a esta política. Esto es un descalabro absoluto, es una política llena de inconsistencias que no nos conduce a ningún otro lado más que a lugares que tristemente ya hemos conocido. Es una política con un derrotero que lamentablemente si no media una rectificación, si no se corrige el rumbo económico vamos a la insolvencia y vamos a la quiebra de nuestra economía una vez más.

 

-El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne dijo en España que el gobierno tiene “muy pocas herramientas pero una voluntad de hierro para derrotar a la inflación”. ¿Qué opina de esto?

 

-El gobierno dice A cuando es Z y Z cuando es A, y te dan vuelta todo con un ejercicio de cinismo tal que no tengo registro histórico de que haya habido un gobierno con este nivel de descaro de decir cualquier barbaridad sin ponerse colorado. Hoy la inflación es fruto de una decisión política del gobierno, está fogoneada mes a mes por los aumentos que el gobierno ha habilitado, fundamentalmente en los precios regulados. De hecho, Dujovne lo termina reconociendo cuando dijo que tuvimos una inflación muy alta porque estuvo determinada por los aumentos en las tarifas de los servicios públicos. Eso es una decisión política del gobierno. Y con los precios que no son regulados, de mercado entre comillas, por ejemplo los alimentos y bebidas, tan sensibles para los sectores más vulnerables, también han tenido que ver con una decisión del gobierno, porque es el que decidió desguazar los mecanismos incipientes de control que tenía el Estado para intentar una articulación con los formadores de precios en esos rubros. Y la prueba más palpable de la cero vocación que tiene el gobierno de controlar la inflación es que ha puesto como secretario de Comercio a un hombre del supermercadismo privado.

 

-¿Por qué cree que no lucha contra la inflación, en que lo beneficia al gobierno?

 

-Este es un gobierno de empresarios. Que por un lado responde a un mandato que tiene que ver con un ordenamiento global de la economía, que no se circunscribe a la Argentina, sino a un programa neoliberal de escala internacional en el que se inscribe la política económica del macrismo. Las reformas y las decisiones económicas no se apartan ni un poquito de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, y tienen que ver también con esta vocación de Macri de incorporar a la Argentina dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Todo va en el mismo sentido, ajuste más ajuste sobre los argentinos en un contexto de programas que lo que hacen es beneficiar al poder económico internacional, en primer orden, de una economía muy transnacionalizada; y en segundo orden, al poder económico local, también muy en articulación con el internacional. Entonces se benefician los actores que integran el gabinete de este gobierno porque todos están de alguna manera vinculados a intereses privados y están haciendo grandes negocios del otro lado del mostrador gracias a las decisiones que van tomando desde la administración del Estado y que benefician a sus mandantes que son los que dictan los grandes lineamientos de la política económica, que son el poder económico y financiero internacional. Ni hablar del gran negocio de la deuda y de la fuga; todo va a abultar los grandes bolsillos del capital financiero internacional y doméstico. Y después todo lo demás está en el orden de la “cháchara” y de lo que se vocifera para las tribunas domésticas. Fijáte que el 28 de diciembre se hizo una conferencia de prensa con bombos y platillos, donde se modificaron las metas oficiales y se pautó una nueva meta de inflación del 15%. A esta altura no hay un solo economista que no se ría frente a esta meta, es una tomada de pelo y es inverosímil. Y como sucede desde que asumieron, todas estas proyecciones y objetivos descaradamente mentirosos que se plantean tienen que ver con otro objetivo que es perjudicar a los trabajadores, con profundizar una caída real de los salarios y una caída de los salarios en dólares, porque en definitiva lo que están pensando es cómo beneficiar al poder económico. Como en su momento lo dijo Mauricio Macri cuando tenía menos asesoramiento “duranbarbístico”, que debían recortar lo que consideran un costo más, el costo salarial, que son los salarios de todos los trabajadores argentinos. Pero cuando sucede eso, la economía se va al tacho porque los argentinos pierden capacidad de consumo, se desploma la economía, se destruye el comercio y la industria. Este tipo de dinámica económica no se sostiene mucho en el tiempo, y en eso se inscribe la voracidad que uno observa de los negocios y negociados que hacen y que parecen no tener explicación pero que responden a que los tiempos tienen un plazo perentorio.

 

-¿El vencimiento de 500 mil millones de pesos de Lebacs de marzo deja al gobierno entrampado en un política de tasas altas?

 

-Otra bomba de tiempo que aparentemente ahora están intentando de desmontar. La política de tasas altas conspira contra la actividad productiva y la inversión productiva, que es lo que de la boca para afuera dicen que intentan incentivar. Pero por otra parte tiene un costo altísimo en materia de déficit cuasi fiscal porque  lo que hemos pagado por intereses de Lebacs es absolutamente descomunal. Y además esto tiene un riesgo, porque el negocio del “carry trade”, en la medida que la volatilidad internacional en los mercados financieros se acentúe o se mantenga como venimos viendo, también se vuelve un negocio más riesgoso y tampoco está claro que el gobierno pueda sostener en el tiempo. Es otra bomba que tiene entre sus manos por el sotck de Lebacs que hay en circulación; y no está claro cómo piensa el gobierno administrar ese otro frente abierto que tiene.

29/07/2016

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