Entrevistas
22/10/2017

Ricardo Ragendorfer

“La pregunta es si en el país sigue rigiendo el Estado de Derecho”

“La pregunta es si en el país sigue rigiendo el Estado de Derecho” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El periodista, que siguió el caso Maldonado, aseguró que resulta tan llamativa la desaparición forzada de Santiago “como su reciente aparición no menos forzada”. Expresó que la mayoría de los medios de comunicación fue “cómplice con el gobierno”.

Diego Colao

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Ricardo Ragendorfer resaltó sobre Santiago Maldonado, que “a esa desaparición forzada por parte de una fuerza del Estado le siguió 80 días después una aparición no menos forzada”.

Para el periodista especializado en el género policial, más que realizar especulaciones sobre la aparición del cuerpo “lo que deberíamos estar preguntándonos es si en este momento en Argentina sigue rigiendo el Estado de Derecho”.

“Desde el principio la actitud del gobierno se ha caracterizado por una defensa a ultranza de la Gendarmería por no ser ajena a la proliferación de una cantidad inagotable de versiones falsas y por negar la figura de la desaparición forzada”, destacó Ragendrofer en diálogo con Va Con Firma; y agregó que “podríamos hablar de encubrimiento”.

En cuanto a la actuación de los medios de comunicación, expresó que “la mayoría de los medios, salvo honrosas excepciones, construyeron su cobertura de un modo absolutamente funcional y cómplice con el gobierno”.

- ¿Cuales son los aspectos más importantes que a su criterio se desprenden de lo que ocurrió con Santiago Maldonado?

- Queda claro que se trató de una desaparición forzada ocurrida durante un operativo represivo y perpetrada la desaparición de Santiago en manos de una fuerza de seguridad, desde luego resulta tan llamativa esa desaparición forzada como su reciente aparición no menos forzada.

-¿Cómo analiza el papel del gobierno?

-Desde el principio la actitud del gobierno se ha caracterizado por una defensa a ultranza de la Gendarmería por no ser ajena a la proliferación de una cantidad inagotable de versiones falsas y por negar la figura de la desaparición forzada; o sea podríamos hablar ya de encubrimiento. En ese sentido hay que decir que una desaparición forzada es un delito que se inicia con la privación ilegal de la libertad de una persona en manos de agentes estatales y siempre se completa con el silencio cómplice o la negativa a proporcionar información y menos a esclarecer el hecho por parte de las máximas autoridades nacionales.

- ¿Cree que el juez Otranto contribuyó al encubrimiento?

-Sí, por un lado se negó a producir peritajes y diligencias que eran absolutamente necesarias, por otra parte, tardó varios días en empezar a investigar una desaparición forzada como tal, ya que al principio, pese a los indicios que indicaban lo contrario, el protocolo que usó fue el de extravío de personas. Pero más allá de estas cosas que con muy buena voluntad se puede calificar de errores procesales, pienso que tuvo un rol clave en el encubrimiento a partir del hecho, por ejemplo, que había aceptado a pies juntillas la intervención totalmente absurda en un sistema basado en la división de poderes, del comisariato político que ejercía sobre su trabajo el funcionario del ministerio de Seguridad, Gonzalo Cané. Por otra parte, la negativa a peritar los cruces de llamadas de Noceti, otro de los grandes sospechosos del asunto, no ha sido simplemente un criterio judicial; sino también había un motivo personal: miedo a que ese cruce revelara llamadas de Noceti hacia él o de él hacia Noceti, antes durante y después del hecho en el que desapareció Santiago Maldonado. A eso se le debe agregar por ejemplo, la aparición de un informe de inteligencia de la propia Gendarmería que da cuenta de una llamada efectuada por Noceti al escuadrón de Esquel para advertir el 3 de agosto que el 10 de agosto Otranto iba a efectuar una inspección con peritajes al escuadrón para analizar los vehículos. Esa información únicamente pudo haber salido de Otranto. A lo cual también podemos agregar ciertos rasgos de nepotismo, puesto que su señora, la doctora Rafaela Ritondo, es secretaria letrada de la fiscalía Federal a cargo de la Doctora Ávila. Se podría decir que mientras instruía la causa Maldonado, el doctor Otranto dormía con la fiscalía.

-Usted estuvo en la zona de Esquel con los mapuches. ¿Cree que se los victimizó y probablemente se los intente acusar de haber plantado el cuerpo? ¿Que sea la teoría que planteen desde el gobierno?

-Sí, son capaces de plantear cualquier cosa. Desde luego que no solo se los victimizó sino que hay una persecución alevosa y explícita desde hace bastante tiempo hacia ellos, y muestra de ello es el brutal operativo represivo que hubo en los primeros días de enero donde actuó además de la Gendarmería, la policía provincial junto a agentes de la Agencia Federal de Investigaciones, la AFI. Esto no trascendió de una manera tan estentórea como lo que pasó a partir del 1 de agosto porque en esa oportunidad afortunadamente no hubo ninguna desaparición forzada.

- ¿Cómo vio el tratamiento que hicieron los medios de comunicación del tema, como la últimas notas que están publicadas en Clarín donde se habla de una interna mapuche y un testigo encubierto?

- La mayoría de los medios, salvo honrosas excepciones realizaron su trabajo, construyeron su cobertura de un modo absolutamente funcional y cómplice con el gobierno. De hecho fue la caja de resonancia ineludible de todas las versiones falsas que fue haciendo circular el gobierno. El puestero acuchillador, esa gran pieza del periodismo argentino que será recordada por las futuras generaciones “El barrio donde todos se parecen a Santiago Maldonado”, una maravilla realmente. Y en los últimos días debemos destacar la nota de Clarín a que hacés mención y una de La Nación que describe el operativo como una denodada epopeya de agentes civilizatorios en medio de salvajes que le tiraban piedras, cuchillazos, palazos.

- Se dice que el cuerpo debía aparecer luego de las elecciones, ¿Cuáles son sus conjeturas, por qué cree que pasó esto?

- Eso lo dijo Jorge Asís y me pareció atendible, pero como soy periodista y no comentarista deportivo, no me atrevería a plantear hipótesis acerca de la razón por la cual el cuerpo apareció antes de las elecciones, o si hay una interna de la Gendarmería con el gobierno, o si hay una interna de la Gendarmería con las fuerzas de seguridad o si hay una interna en la estructura misma de la Gendarmería. Te vuelvo a decir lo que plantee al principio, a esa desaparición forzada por parte de una fuerza del Estado le siguió 80 días después una aparición no menos forzada. Supongo que en las próximas horas vamos a tener más datos sobre si ese cuerpo fue realmente plantado ahí; porque no es muy difícil determinar por medios científicos cuándo murió, de qué murió, si fue llevado de un lugar a otro. En todo caso más que efectuar especulaciones que no tienen a priori mucha seriedad, o un tinte conspirativo, lo que deberíamos estar preguntándonos es si en este momento en Argentina sigue rigiendo el Estado de Derecho.

29/07/2016

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