Al evaluar la reciente Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur que se realizó en Mendoza, la ex embajadora argentina en Caracas, Alicia Castro, dijo que la oposición de varios mandatarios a la expulsión de Venezuela que planeaban Mauricio Macri y Michel Temer “fue un fracaso diplomático y político” para ambos y para la cancillería argentina, al tiempo que calificó a los presidentes de Argentina y Brasil como “dos agentes de la desintegración regional y económica” del sur del continente.

Advirtió además que un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea “nos haría retroceder al siglo XIX”. Por otra parte, criticó la reforma laboral en Brasil “que le quita los derechos laborales conseguidos durante 50 años a los 200 millones de brasileños y brasileñas”, y consideró que ese hecho muestra que existe “una élite minoritaria que está imponiendo con mucha violencia en nuestro continente consensos anti democráticos”.

Castro, quien participó en la capital mendocina de la Cumbre de los Pueblos que se realizó en forma paralela a las deliberaciones de los gobernantes, se refirió también en esta entrevista con Mendoza a la situación de Aerolíneas Argentinas, asunto que conoce especialmente por haber liderado durante muchos años el gremio de Aeronavegantes, y al respecto denunció que el gobierno nacional lleva adelante “un vaciamiento deliberado” de la línea aérea de bandera.

-Uno de los objetivos principales que tenían algunos presidentes en la Cumbre de Mercosur, fundamentalmente los de Brasil y Argentina, era expulsar a Venezuela del bloque regional. ¿Qué análisis realiza de la declaración final, que no adoptó esa medida y en cambio llamó al diálogo entre el gobierno y la oposición?

-Lo ocurrido en la cumbre fue un fracaso diplomático y político para Temer, Macri, y para la cancillería argentina que había anunciado en conferencia de prensa que iban a expulsar a Venezuela del Mercosur. No pudieron lograrlo gracias a la férrea oposición del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, y del presidente de Bolivia Evo Morales, y también por la influencia que tuvo la Cumbre de los Pueblos que se realizó el día anterior a la reunión de jefes de Estado.

-¿Por qué cree que el presidente Macri decidió suspender la Cumbre Social del Mercosur?

-Como sabemos, la Cumbre Social es una instancia protocolar de las reuniones del Mercosur. Sin embargo Macri la canceló, para suprimir la participación democrática de las organizaciones sociales y políticas que normalmente llevaban a los mandatarios sus preocupaciones y sus propuestas. Esta fue una Cumbre particularmente antidemocrática. Si vemos el operativo policial y de seguridad con francotiradores que armó el presidente Macri y lo comparamos con aquellas cumbres de hace poco tiempo en las cuales los presidentes caminaban abrazados a su pueblo, nos damos cuenta de cómo ha bajado la densidad democrática en nuestra región. Pensemos que Argentina usurpó la presidencia pro témpore del Mercosur el año pasado, y ahora Macri se la otorga a Brasil, que tiene un presidente que no ha sido elegido por la población, y que a su vez usurpó el mandato de Dilma Rousseff. Al mismo tiempo, pocos días atrás en Brasil se difundió una condena a nueve años de prisión para el ex presidente Lula, y su pretendida inhabilitación política, así como en Argentina se pretende inhabilitar a Cristina Fernández de Kirchner. Esto sucede porque son los líderes más representativos y populares que tienen ambos países. En el caso de Brasil la sentencia contra Lula se realizó un día después de que el Senado, con 50 votos a favor y 26 en contra, le quitara los derechos laborales conseguidos durante cincuenta años a los 200 millones de brasileños y brasileñas. Hay realmente una élite minoritaria que está imponiendo con mucha violencia en nuestro continente consensos anti democráticos.

-¿Por qué los gobiernos de Brasil y Argentina insisten en realizar un acuerdo con la Alianza del Pacífico y con la Unión Europea?

-Macri muy tempranamente manifestó su voluntad de acercarse a la Alianza del Pacífico, de hecho Argentina ya es observadora de la Alianza, que fue creada y auspiciada desde los Estados Unidos, con México, Chile, Perú y Colombia, justamente para imponer el libre comercio, mientras que la Unasur, el Mercosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), estaban antes en un proceso de organizar y potenciar el comercio intrarregional que había crecido muchísimo en los últimos diez años. De modo que es una tendencia opuesta, y por eso podemos ver claramente que Macri y Temer son dos agentes de la desintegración regional y económica de nuestro bloque. Con respecto al acuerdo de libre comercio con la Unión Europea en los términos en los que se está planteando, va a significar una reprimarización de la economía argentina porque quedará destinada a ser proveedora de materias primas y consumidora de productos terminados en Europa con valor agregado de mano de obra europea. O sea, que es una nefasta negociación que nos hace retroceder al Siglo XIX, sumando además la sumisión a los grandes grupos de poder y económicos. Pensemos la influencia que puede tener esto en la industria de la alimentación o de los medicamentos. Creo que más temprano que tarde, los límites a estas políticas los pondrán los pueblos que se revelarán contra estas medidas completamente anti populares y negativas para nuestra industria y nuestro empleo. En el caso de Argentina tenemos la oportunidad cercana en octubre de ponerle un freno al ajuste y a la violencia con la que Macri está imponiendo medidas para las minorías.