Entrevistas
21/05/2017

Mercedes Marcó del Pont

“Hasta el FMI está cuestionando las políticas de apertura del gobierno”

“Hasta el FMI está cuestionando las políticas de apertura del gobierno” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La ex presidenta del Banco Central durante el gobierno de Cristina Kirchner destacó que el organismo internacional afirma que “la desregulación financiera produce una acentuación de la desigualdad a los países que la implementan”. El modelo del gobierno “supone inevitablemente el deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías”, señaló.

Diego Colao

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“El gobierno nacional está aplicando un modelo que no es novedoso en la Argentina, que tiene una matriz ideológica conceptual absolutamente neoliberal y que supone inevitablemente el deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías”, expresó Mercedes Marcó del Pont.

Para la ex presidenta del Banco Central y del Banco Nación durante la presidencia de Cristina Kirchner, “el problema fundamental de la Argentina es que está generando un estímulo a la especulación financiera, que determina que a nadie le convenga invertir en la economía productiva”.

Marcó del Pont explicó en diálogo con Va Con Firma que “hasta el mismo Fondo Monetario Internacional está cuestionando la políticas de apertura y desregulación absoluta de la cuenta capital como la que está implementando el gobierno”, porque afirman que “la desregulación financiera produce una acentuación de la desigualdad a los países que la implementan”.

“Todos aquellos que militamos y representamos fuerzas políticas que no comulgan con la lógica neoliberal tenemos que tener en claro que hay que unirse y confrontar claramente con este modelo económico”, concluyó.

- ¿Cómo analiza el rumbo económico del gobierno?

- Creo que es absolutamente coherente con el modelo económico que está aplicando el gobierno nacional desde sus inicios, que es un modelo que no es novedoso en la Argentina, ya se aplicó en otras etapas históricas, que tiene una matriz ideológica conceptual absolutamente neoliberal y que supone inevitablemente el deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías, una pérdida de los trabajadores en la distribución del ingreso y el achicamiento del mercado interno. Todo esto a partir de una lógica que vuelve a subordinar el funcionamiento de la economía argentina a la suerte de los mercados financieros internacionales. Los únicos dólares que están llegando a la Argentina no son dólares de inversión, sino que son dólares de deuda o especulativos. Y lo que se advierte es que esa salida del cepo que tanto se dijo que iba a generar mayor bienestar, en realidad está teniendo como contrapartida un endeudamiento, pero además una fuga de divisas muy importante. Hoy no hay confianza por parte de los inversores en la Argentina más allá de los especuladores, porque la dolarización está en sus máximos históricos, muy superior a los que tuvo el gobierno de Cristina Kirchner. No hay razones para ser optimistas, esto ha sido muy estudiado, ya que tuvimos muy cerca la experiencia de los ‘90. En un contexto internacional todavía mas difícil que en los ‘90, porque el episodio de la crisis política en Brasil y los impactos en Argentina ponen en evidencia la enorme vulnerabilidad que este gobierno está generando a partir de esta desregulación financiera respecto de lo que pasa en el mercado internacional.

- ¿Cree que la meta de inflación del Banco Central del 17% respondea objetivos políticos?

- El régimen de metas de inflación parte de un diagnóstico equivocado que plantea que las causas del problema de la inflación en la Argentina son por exceso de demanda, por lo tanto hay una cantidad de dinero que convalida ese exceso de demanda. Lo que vemos en la actualidad y a lo largo de la historia de la Argentina es que los problemas de inflación vienen fundamentalmente por shocks de oferta o por problemas de puja distributiva, que la política de absorción de liquidez que desenvuelve el Banco Central y de aumento de la tasa de interés no están resolviendo el problema; la inflación se está moviendo por los aumentos de tarifa y por la inercia que generó la devaluación del año pasado. Y por el contrario, está teniendo muchos costos, no solamente en términos productivos por el aumento de la tasa de interés sino por la bicicleta financiera y la burbuja financiera que está impulsando el Banco Central. Por más que insista en cerrar una burbuja de cristal de que este año la inflación va a ser del 17% todo indica que no va a ocurrir, que va estar en torno al 22%, y por el contrario el Banco Central ha concedido grados de libertad para hacer política monetaria porque tiene hoy un pasivo remunerado que es un 20% superior a las reservas internacionales. Ese si es  un problema porque ha perdido la capacidad para manejar la tasa de interés. Porque si eventualmente quisiera bajar la tasa de interés tendría una presión sobre el dólar muy pero muy fuerte. Hoy el problema fundamental de la Argentina es que está generando un estímulo a la especulación financiera que determina que a nadie le convenga invertir en la economía productiva, esa es la síntesis de la lógica de la valorización financiera, si uno puede tener rentabilidades en dólares tan elevadas con operaciones de poco riesgo como son las letras del Banco Central por qué va a generar inversión productiva, sobre todo no teniendo en el escenario futuro perspectiva  de mejora de la demanda. Porque lo que estamos viendo en la Argentina es que lo que no se recupera es la demanda.

- ¿Cuál es la consecuencia más grave de la burbuja financiera?

- El gobierno ha hecho un pésimo diágnostico acerca de la coyuntura internacional, de una crisis financiera que todavía no terminó, de una enorme incertidumbre y volatilidad financiera, de retrocesos de devaluaciones competitivas que van y vienen, de inversiones extranjeras que no están viniendo a países emergentes sino que en muchos casos se están yendo; entonces esta apuesta a abandonar el mercado interno y lanzarse a los mercados internacionales y abrir la cuenta capital y la cuenta comercial no es saludable y estamos viendo las consecuencias. Como este desplazamiento de producción nacional por oferta importada por la apertura comercial, que está impactando muy fuertemente en el entramado de pequeñas y medianas empresas y de muchas economías regionales. Lo que tendría que estar cuidando el gobierno sensatamente es el mercado interno en este contexto internacional y se advierte que no lo está haciendo. Por un lado por la apertura, por el otro porque la única variable que está aumentando es la inversión pública, pero el resto de los programas en Salud, en Educación han tenido recortes, porque se han puesto tozudamente en instaurar un techo salarial del 20% que va a suponer no solamente cristalizar la pérdida del año pasado sino que va a suponer otra pérdida en 2017, y si acá no hay recuperación del salario real no hay posibilidad de que se recupere el consumo interno.

- ¿Que opina de lo que dijo el presidente Macri en China de que Argentina tiene que ser el supermercado del mundo?

- Me hace acordar a Alsogaray cuando decía que es lo mismo producir caramelos que acero. Es una visión un poquito más sofisticada de la vieja teoría neoliberal que plantea que Argentina tiene que especializarse en lo que tiene más ventajas comparativas, todo lo que viene del sector agropecuario y este caso, la industria que manufactura estos productos del sector, que son los alimentos. Obviamente es una ventaja enorme de la Argentina que tiene que desenvolver, pero un país para alcanzar el desarrollo tiene que transformar íntegramente su estructura productiva, y tiene que industrializar otros sectores. Puedo tomar uno, el sector metalmecánico, el sector productor de bienes de capital están sufriendo muchos problemas en gran medida por la caída del mercado interno, pero también por la presión de las importaciones. Lo que se está profundizando en la Argentina es algo que durante el gobierno del kirchnerismo se había desplazado de los problemas de restricción externa históricos de la Argentina. Uno es el crecimiento brutal del endeudamiento externo fundamentalmente del sector público y el otro es la fuga de divisas, porque nos estamos endeudando para que haya un segmento muy pequeño de argentinos que están dolarizando sus excedentes y los están sacando del circuito de la producción. Los datos de abril, muestran que la compra de dólares en el primer cuatrimestre fue un récord histórico, casi 13 mil millones de dólares, si uno lo compara con lo que se necesita para importar llegó casi a lo que se está utilizando para importar. ¿Cuántos argentinos compraron? No llega al 2% de los argentinos, fueron 750.000 personas que están adquiriendo y dolarizando sus riquezas. Esta es una historia que ya conocemos. Hasta el mismo Fondo Monetario Internacional está cuestionando la políticas de apertura y desregulación absoluta de la cuenta capital como la que está implementando el gobierno. El FMI hace poquito tiempo sacó un documento que decía que la desregulación financiera produce una acentuación de la desigualdad a los países que la implementan. Las perspectivas no son buenas y están dentro de la matriz ideológica del gobierno. No me sorprende el devenir de la economía, que no va a crecer el tres y medio, va a crecer el dos, el uno y medio; pero los contenidos del crecimiento como ocurrió en otras etapas neoliberales en la Argentina no son contenidos con empleo nacional, con industria; son contenidos con una creciente primarización e inequidad en la distribución del ingreso.

- ¿Cree que si al oficialismo le va medianamente bien en las elecciones de octubre van a profundizar las políticas de ajuste?

- Creo que sí, siempre el neoliberalismo viene a disciplinar al salario, a bajar la participación de los trabajadores en la distribución de la riqueza, pero en esta etapa se le está haciendo difícil avanzar más raudamente porque hay una sociedad integrada después de 12 años de crecimiento del empleo y de mejora de la distribución del ingreso, porque hay un sector sindical con capacidad de pulsear y de lucha y organizado; entonces creo que el gobierno necesita avanzar en el cambio legislativo para disciplinar al trabajador y eso se discute necesariamente en una ley de flexibilización laboral, por ejemplo, en el Congreso de la Nación. Si uno mira el documento que le elevó la misión del FMI que vino a la Argentina advierte que hay casi una hoja de ruta que tiene que hacer el gobierno, muchas ya las viene haciendo, en términos de recorte del gasto, en el fallido intento de modificar el porcentaje de movilidad jubilatoria, en el recorte de los planteles del sector público. Y ahí lo que está planteando el FMI y lo tiene en cartera el gobierno para después de octubre es la flexibilización laboral y el tema del recorte del gasto en salud, miremos lo que está pasando con el Pami y los medicamentos, es la reforma del sistema previsional; la vuelta a la discusión de un sistema que no sea solidario, de reparto, que garantice la cobertura para todos los trabajadores pasivos en la Argentina. El gobierno necesita la legitimidad política para avanzar más aceleradamente en estas transformaciones que son regresivas, y por lo tanto la discusión de lo que viene para delante de cara a las elecciones es fundamental, porque creo que todos aquellos que militamos y representamos fuerzas políticas que no comulgan con la lógica neoliberal tenemos que tener en claro que hay que unirse y confrontar claramente con este modelo económico.

29/07/2016

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