El dirigente de la Pastoral de Migraciones e integrante de la Red Nacional de Líderes Migrantes en Argentina Jorge Muñoz, anunció que desde este último organismo se harán operativos en las fronteras para supervisar los controles migratorios que hace el Estado, y combatir los maltratos que reciben quienes quieren ingresar a nuestro país.

Muñoz destacó la convocatoria que hizo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al gobierno argentino para que explique los decretos de necesidad y urgencia (DNU) que impusieron modificaciones a la ley de Migraciones.

El dirigente sostuvo que, comparada con el panorama a nivel nacional “Neuquén sigue siendo un pulmón”.

-¿Está funcionando la Red Nacional de Líderes Migrantes en Argentina?

-Sí, mucho. Si no estamos nosotros los migrantes que somos los sujetos, esa política está demasiado renga, vacía. Nacimos para llenar ese vacío.

Nacimos para defender la ley 25871 de 2004 con uñas y dientes, porque fue la primera ley del planeta sustentada en el sistema internacional de derechos humanos. Fue en octubre de 2014, en el primer encuentro que se hizo en Centenario, localidad a la cual la red declaró municipio más hospitalario del país.

-¿Se reunieron con las autoridades nacionales migratorias?

-Sí, estuvimos con el director nacional de Migraciones Horacio García, el sub director Julián Curi, y el encargado de Políticas Internacionales S Federico Agustí, la plana mayor de la política migratoria en este país.

-¿Que plantearon en ese encuentro?

-Fuimos a la ofensiva, y les dijimos que no íbamos a discutir los decretos de necesidad y urgencia (DNU) de Mauricio Macri, sino que le fuimos a mostrar cuáles habían sido las nefastas consecuencias de estos dos decretos en la población migrante. Les dijimos que eran humillantes, denigrantes y ofensivos. Y que nosotros no lo íbamos a permitir, que nos habíamos constituido para supervisar las políticas migratorias del país y velar por el cumplimiento pleno de la ley 25871.

-¿Qué pasó con los migrantes a partir del discurso del gobierno, y los decretos del presidente para controlar el ingreso a la Argentina?

-Nos han agredido, nos han humillado, nos ofendieron, vamos a hacer todo lo que haya que hacer para que el DNU no prospere en el Parlamento. Uno de los impactos más atroces que ha generado, es que ahora cualquier persona escucha un tonito distinto que huele a que es migrante, o ve una imagen física, o de otro color su piel, o sus rasgos, como en el caso de los bolivianos, y los denuncian. Esto lo hace el común de la población. Si había algún germen discriminatorio o xenófobo, ya nos asocia con delincuencia, porque esto es lo que el gobierno ha instalado en los medios masivos de comunicación.

-¿Van a ir a hacer controles a los pasos fronterizos?

-Sí, vamos a ir a hacer operativos a la fronteras más calientes, a las dos donde ya están operando. La Quiaca, en Jujuy, y a la triple frontera, en Misiones. Vamos a hacer operativos de supervisión y de control del trabajo de Migraciones, y del manoseo y maltrato que le están haciendo a nuestra gente más pobre en esas fronteras. Allá nos vamos a ir a instalar. Los primeros días de abril viajamos desde Neuquén, para participar junto a otros integrantes de la Red de Líderes de Migrantes en Argentina.

-La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) convocó al gobierno argentino a explicar los DNU, ¿qué piensa de eso?

-La red estuvo en la CIDH en Washington, porque la CIDH convocó de oficio al gobierno argentino para que fuera a explicar cómo era un decreto de necesidad y urgencia para la política migratoria, cómo se puede relacionar la política migratoria con la delincuencia. Por primera vez la CIDH cuenta con la voz del propio sujeto, es un hecho histórico.

-¿Cómo es la situación en Neuquén con los migrantes?

-Aunque vivimos todos los días peleándonos por algo, por alguna instancia estatal, la verdad es que lo hacemos en silencio, porque comparado con el panorama a nivel nacional Neuquén sigue siendo un pulmón, sigue siendo un lugar donde desde lo migratorio podemos respirar con cierta tranquilidad y respirar un aire relativamente puro. No digo que no tenemos dificultades, que no haya xenofobia, que no haya discriminación, que no haya algún grado de hostilidad, pero es mucho más tenue que en otros lugares porque creo que nosotros hemos cosechado esto que alguna vez nos honró y es que fuimos, la ciudad de Neuquén, la capital de los Derechos Humanos, y eso también se irradió al resto de la provincia.

-¿Qué comunidades hay acá en Neuquén?

-La mayoría de los migrantes en la zona somos chilenos, después vinieron en masa los hermanos bolivianos, la otra migración masiva importante, que no se nota tanto porque no tienen rasgos físicos que los distingan con ustedes los argentinos, es la comunidad paraguaya. A ellos los tenés que escuchar hablar para darte cuenta, sea porque hablan guaraní, o porque tienen un tonito muy simpático a los oídos. Después masivamente no hay más, pero tenemos de todo, de Sudamérica del país que quieras, muchos colombianos, brasileros que no habíamos tenido nunca. Del Caribe, tenemos muchos cubanos, muchos dominicanos, y muchos haitianos también están llegando. Es curioso porque antes toda esa población de dirigía hacia el norte, así que hoy tener acá gente de El Salvador, de Costa Rica, de Honduras, es muy curioso, es como que la direccionalidad del foco migratorio estuviera cambiando hacia el sur, y por la cuestión del petróleo, estamos teniendo gente de Estados Unidos y México.

De África tenemos muchos migrantes de Senegal, y en menor escala de algún otro país, de Nigeria, de Malí, y de Sierra Leona. También europeos jóvenes, italianos y españoles hay muchos.

-¿Cómo es la radicación legal para ellos?

-Por los trámites migratorios, todos los sudamericanos están hoy incluidos en el Mercosur, y quienes trabajamos en la ley migratoria cometimos un error, dividimos a los migrantes en Mercosur y extra Mercosur. Los que son del Mercosur tienen todas las facilidades y hay una interpretación errónea y caprichosa de las autoridades migratorias porque entienden que al extra Mercosur habría que ponerle dificultades, y ahí hay problemas con otras comunidades muy importantes que tenemos en la zona que son los que vienen del Caribe y otros de distintos países fuera del Mercosur.

-¿Las culturas se integran, o cada comunidad mantiene sus costumbres pero solo entre ellos?

-Tu pregunta me hace acordar mucho a Don Jaime (De Nevares), porque él lo primero que nos dijo cuándo nos pidió que armemos la Pastoral de Migraciones, es que no quería que hiciéramos un gueto, quería que fuéramos puente, enlace para la inserción, para la integración, porque el gran aporte que nos podían hacer en ese momento los migrantes, que en su mayoría eran de Chile, era mantener su chilenidad, y que nosotros le aportáramos la argentinidad. Son las riquezas más grandes que tenemos para intercambiar.

Pasa mucho tiempo y los cubanos siguen manteniendo el tonito cubano, y están maravillados con Argentina, a todos les gusta mucho Argentina. Hay una convivencia muy linda y muy interesante, y ojalá que cuando el Estado meta la mano, lo haga para contribuir a que este intercambio, este trueque cultural tan lindo se potencie, porque de verdad se vive la interculturalidad. Si esto prospera, la convivencia de tanta diversidad cultural, va a ser de una enorme riqueza, vamos a crecer mucho, porque si le preguntamos a una persona que pasó por todo el sistema educativo, qué sabe de África, de Asia, o del Caribe por ejemplo, no sabe nada, y tenemos acá personas de todos esos lugares. Si establecemos un diálogo respetuoso con ellos, nos vamos a enriquecer enormemente.

-¿Hay un discurso que intenta tratar de ignorantes a los migrantes?

-Si, por ejemplo, cuando el estúpido de (Miguel) Pichetto habló de los senegaleses, los trató de ignorantes y de una migración casi despreciable. Bueno, él no sabe que cualquier senegalés habla cuatro idiomas como mínimo, acerquémonos a hablar con ellos, les va a hacer muy bien, y a nosotros también, vamos a aprender de ellos, vamos a conocer culturas que a pesar de haber pasado por todo el sistema educativo, ignoramos. Creo que estamos ante una enorme oportunidad para vivir esto como un paraíso y no como un infierno o una torre de babel.

Entrevista: Mauricio Rojas