La diputada provincial del Pro Carolina Rambeaud sostuvo que “es el momento” de diversificar la matriz productiva la provincia, para que las oportunidades de trabajo no estén basadas sólo en el empleo público.

Rambeaud integra un bloque de dos legisladores provinciales de Neuquén (el otro es Damián Canuto) que representan al oficialismo nacional.

La diputada se complace de la relación del gobierno de Mauricio Macri con el gobernador Omar Gutiérrez, pero considera que la provincia está “muy complicada” por su “dificultad financiera estructural” que viene de lejos.

Del presidente Mauricio Macri, afirma que “enfrentó” los problemas “y cumplió con los compromisos asumidos”, pero aún así, piensa que “hay que darle tiempo al gobierno para terminar de acomodarse”. Centra sus expectativas para la reactivación de la economía en que se crearán las condiciones para la inversión privada, y en una obra pública a la que observa en un proceso de regularización.

Aunque dice tener “un muy buen diálogo con todos los bloques” e incluso lo describe en alguna situación, Rambeaud es implacable con sus pares en la Legislatura “que representan al gobierno nacional que terminó en diciembre”. Dice que “a veces” han sido “muy virulentos” con sus críticas a la figura de Macri, y les pide “ser más responsables en sus apariciones y discursos públicos, porque la violencia desde el discurso genera violencia también en los hechos”. Como ejemplo de esos “hechos”, menciona nada menos que a las “amenazas” que denunciaron miembros del oficialismo nacional.

- ¿Cómo es el trabajo en Legislatura, cómo han sido estos nueve meses como diputada?

- La verdad es que con mucho dinamismo. La Legislatura presenta un panorama muy fragmentado, y están expresadas todas las representaciones políticas que tiene Neuquén, hay muchos bloques de muy pocos integrantes. Por un lado está el partido oficial, el MPN, que no tiene mayoría en la Cámara, también es la primera vez, entonces hay un trabajo de mucho estudio, de mucho debate de en las comisiones para lograr el consenso y las mayorías necesarias, y así transformar los proyectos en ley, o resoluciones o comunicaciones según sea el caso. Debatimos todos los temas que presenten los distintos bloques, no solamente los del Poder Ejecutivo. Es mi primer experiencia en el ámbito legislativo y lo tomo con mucha responsabilidad y entusiasmo.

- ¿Y se logran introducir temas propios, o tal vez modificaciones a algún proyecto de ley, y que finalmente se aprueben?

- Sí, es difícil pero lo estamos haciendo. Se comienzan a tratar en la Comisión de Asuntos Constitucionales los proyectos de reforma política, que tuvo mucho impulso a principio de año y se demoró un poco la puesta en debate en la Legislatura, que es el ámbito donde se tiene que debatir efectivamente. Ahí va a ser muy enriquecedora la discusión porque es un tema arduo y con muchos matices. También trabajamos en muchos de los proyectos que envió el Ejecutivo. Algunas cosas pudimos mejorar, otras no nos alcanzaron los votos, pero de a poco vamos poniéndonos en sintonía y viendo cómo es este juego y el rol dentro de las comisiones. (Estamos) bien, encaminados.

- Piensan totalmente distinto en algunos casos, y sin embargo se puede debatir, hay dialogo…

- Absolutamente. Tenemos un muy buen diálogo con todos los bloques. Cuando discutimos arduamente el proyecto sobre la coparticipación, la restitución histórica a las provincias del 15% que antes se descontaba, estuvimos trabajando desde nuestro bloque, el Pro, conjuntamente con la gente del FpV y el resto de los diputados en la más perfecta armonía. Se puede tener visiones distintas en algunos aspectos, o ideológicamente tener visiones disimiles, pero siempre con el mayor de los respetos. A veces las sesiones dan para discusiones más enérgicas o donde se pone más pasión, y quizá para el afuera parece que las discusiones toman un cariz más violento. Pero no es así, es parte del debate digamos, de la dinámica. Nosotros siempre estudiamos los temas y los trabajadores con la mejor de las intenciones, tratando de hacer aportes constructivos. De ninguna manera queremos entorpecer una gestión de gobierno que es absolutamente legítima, como es el caso del gobernador actual.

- Ud. y el otro diputado del Pro, Damián Canuto, son oficialistas a nivel nacional, y cuando hay críticas al gobierno nacional en alguna sesión, son ustedes los destinatarios. ¿Cómo lo viven?

- Hubo una dinámica en la Legislatura, que al comienzo fue bastante áspera, virulenta si se quiere, en cuanto a críticas de quienes representan al gobierno que terminó en diciembre, hacia la figura de Macri. En general tratamos de responder con números, con cifras certeras, no desde un lugar de fanatismo sino lo más razonable posible. Pero generalmente en la “hora de otros asuntos” (N. de la R.: nombre de un momento específico de la práctica parlamentaria), que es cuando generalmente se dan estos debates, a veces se percibe es una postura muy irreductible de quienes son hoy parte de la oposición al gobierno nacional, y muy virulenta. El gobierno nacional tiene la legitimidad que le dieron los votos y tiene todo el derecho de implementar el plan que la gente votó. Más allá que todos podamos expresarnos y disentir, hubo una actitud organizada desde la oposición muy violenta sobre todo hacia la figura del Presidente. Esta cuestión, que se ha calmado un poco pero se vivió en el último mes, de amenazas, que desde la dialéctica, desde el discurso virulento, me parece que baja a los hechos. A veces dirigentes que en su momento tuvieron responsabilidades deberían ser más medidos, más responsables en sus apariciones y discursos públicos, porque la violencia desde el discurso genera violencia también en los hechos. Nosotros tratamos de no engancharnos en esa dinámica pero a veces hay que contestar y poner las cosas en su lugar, desde la visión que uno tiene.

- ¿Cómo ve al gobierno nacional en estos primeros meses? ¿Cuál es la visión, desde acá desde Neuquén?

- El gobierno se hizo cargo de los principales problemas a los que se enfrentó al asumir, y ha cumplido con sus compromisos asumidos. Estaba pendiente resolver el problema con los fondos buitres, la salida del cepo. En este momento hay una proyección y planificación encaminada a atraer inversiones y a reactivar la economía, que no desconocemos viene con un párate bastante importante desde hace un par de años, y que requiere de inversiones y reactivación del sector privado. Lo más genuino que puede hacer el gobierno es generar las condiciones para que se den esas inversiones privadas. La otra pata de la reactivación es la obra pública. También se puso las cuentas en ese sector, había una gran deuda con contratistas y muchas obras paradas. Por allá por marzo-abril logró regularizarse, y hoy vemos bastantes obras nuevamente en curso y muchas planificadas. Hay que darle tiempo al gobierno para que termine de acomodarse, pero la forma de gestionar es muy profesional y responsable en cada área. También me gusta el estilo del presidente porque es una persona totalmente abierta al diálogo, ha generado un vínculo muy diferente con los gobernadores y con los intendentes de todo el país, independientemente del color político. Da lugar al encuentro, al intercambio de ideas, y a lo que le corresponde por ley a cada uno, a cada provincia y municipio.

- ¿Cree que le fue más difícil de lo que imaginaban? Porque por ejemplo las inversiones no llegan todavía...

- Sí. Yo creo que ha sido más difícil porque se encontró una estructura estatal totalmente devastada y con funciones desvirtuadas. Los fondos públicos en el gobierno anterior se manejaban de forma absolutamente discrecional y teníamos un Estado ausente en áreas claves, y con todo un manejo tan complicado y tan oscuro en el área de la obra pública. Esto ahora es ámbito de la justicia, las denuncias y todo lo que conocemos por los medios de comunicación y demás, y me parece que el presidente ha sido muy prudente en sus apreciaciones públicas de dejar actuar a la justicia. Pero sí, ha sido muy difícil y va a ser muy difícil porque requiere un cambio cultural. El presidente entiende a la política como un servicio y así lo tienen que entender todos los funcionarios, desde el más encumbrado hasta el último director político de un área, y lamentablemente en Argentina la política ha sido el reducto de aquellos que buscan el provecho propio y se olvidan de las necesidades de la gente.

- Y hablando de la gente, los ciudadanos, los vecinos, ¿cómo creen que están ahora, respecto de cómo estaban antes?

- Yo creo que en general la gente tiene puestas muchas expectativas en este gobierno y le está dando este tiempo. Probablemente la situación económica para muchos sea complicada, hay problemas a nivel empleo, desde el oficialismo no se desconoce la realidad. Pero se ha trabajado mucho para tener datos precisos de esa realidad porque en el gobierno anterior, entre otras cosas que se hicieron de manera perversa, a mi entender, se desmanteló el sistema de estadísticas públicas. No sabíamos el índice de pobreza, ni el de inflación, cada uno tiraba el dato que le convenía. Se está trabajando y ya se cuenta con índices que por ahí no favorecen al gobierno, pero que están a la luz y que todo el mundo los conozca. Es un punto de partida. Y claramente había un estancamiento en este último tiempo en la economía, y esto repercute y mucho en las familias. Pero las expectativas de aquí en adelante, tanto a nivel empresarial como de la población en general, son buenas. Esto tiene que ver con tener reglas de juego claras, seguridad jurídica y ser abiertos a lo que se viene en materia económica, ser abiertos a la globalización. No encerrarnos en nosotros mismos sino salir a vender todo lo nuestro, sean servicios, sean productos, sea inteligencia, poder venderlo afuera y poder salir.

- Ud. decía que el presidente ha generado una buena relación con todos los gobernadores sin importar el color político. De hecho con el gobernador Gutiérrez tienen muy buena relación,  hace poco estuvo el ministro Dietrich en la provincia y antes otros ministros. ¿Cuál es su opinión como legisladora acerca de la provincia, y del gobierno provincial?

- Yo celebro que la relación con la Provincia sea en estos términos, igual que con las demás. Lo que está claro es que Neuquén tiene una dificultad estructural financieramente, un déficit que tiene que ver con una dificultad para generar opciones, oportunidades de trabajo, que no se centren exclusivamente en el empleo público. Es público y notorio el gran crecimiento que ha tenido la planta del Estado provincial en los últimos años, y eso no ayuda porque no es trabajo genuino. La provincia tuvo una gran oportunidad con el tema petrolero, hubo un boom cuando fue lo de Vaca Muerta, y finalmente estamos teniendo una retracción en ese sentido, no ha habido posibilidad de diversificar lo que tanto se habla, la matriz productiva en la provincia. Es el momento (de hacerlo), y creo que el gobernador en ese sentido es una persona muy trabajadora, que está las 24 horas del día pensando en sacar a la provincia adelante, y tiene a sus equipos trabajando en sintonía con Nación para pensar otras alternativas de modo de generar genuinos recursos en Neuquén. Pero evidentemente la situación en la provincia es muy complicada, no de ahora sino de sino de muchísimos años, y necesariamente precisa de Nación. Es una de las provincias a las que Nación le ha adelantado un gran porcentaje de la coparticipación para hacer frente al pago de sueldos, y la verdad es que un poco asusta. Lo mismo que endeudarse para enfrentar gastos corrientes. El endeudamiento debería estar destinado a obras, a planificar la infraestructura a largo plazo, y no para pagar gastos corrientes. Esperemos que se vaya solucionando, pero eso requiere ser muy estrictos en el gasto. A veces es doloroso, complicado, antipático, pero quienes gobiernan deben entender que son recursos de todos. Neuquén no puede tener los déficits que tiene por ejemplo en salud pública o educación. Tiene un presupuesto per cápita que comparado con otras provincias es muy alto. Hay que hacer un cambio radical en cómo se administra. Nosotros hacemos la comparación en cómo se administra la municipalidad de Neuquén, que tiene una situación superavitaria, no tiene deudas, está al día con sus cuentas. Alĺí hay un apego a las buenas prácticas de la administración. El gobierno nacional va en ese camino y baja esa línea a todas las provincias, está en cada uno llevarlas adelante y cumplir con esas pautas.

- Uds. presentan un proyecto para que el ISSN publique todos los meses quién le debe, qué organismo no paga la cuota que corresponde...

- La idea es tomar lo que se hace a nivel nacional en AFIP y Anses. En la provincia el Estado le retiene a los empleados un porcentaje de su sueldo, 5% para la obra social y 14% para caja jubilatoria, esas son retenciones que hace cada organismo estatal a sus empleados. Por otro lado, el Estado como empleador tiene la obligación de hacer una contribución a los dos sistemas. Nuestro proyecto tiene que ver con el acceso a la información pública. Queremos que todo aquel que quiera verificar quiénes son los deudores del ISSN, pueda entrar a la página y ver todos los meses la situación de cada organismo del Estado, y por otro lado que cada empleado del Estado individualmente, con una clave personal pueda ver su situación particular, como hace cualquier empleado del sistema privado, que entra a la página de AFIP con su CUIL y clave personal, y consulta su situación: si tiene los aportes al día, las contribuciones del empleador al día. Queremos que a nivel provincial sea lo mismo. Esta información no es pública hoy, y lo que pretendemos es que se transparente y se haga pública.