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Columnistas
13/03/2018

Prisión domiciliaria

El revanchismo de la derecha no tiene igual

El revanchismo de la derecha no tiene igual | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Los condenados por crímenes de lesa humanidad nunca han dicho dónde quedaron los cuerpos masacrados de los desaparecidos, no han admitido lo que era evidente y que la justicia llamó Plan Sistemático de aniquilación. ¿Puede hablarse de reconciliación?

Osvaldo Pellin

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Proponen 96 indultos (prisión domiciliaria) para condenados por crímenes de lesa Humanidad.

A propósito, recuerdo que Rudolf Hess, criminal de guerra nazi estuvo más de 40 años en la cárcel de Spandaw, en Berlin Occidental después de los juicios de Nüremberg y allí murió. No se sabe si por suicidio o envenenamiento, a los 93 años de edad, portando una enfermedad de Alzheimer. En ese momento él era el único interno en un presidio con capacidad para 500. Muchos quisieron que lo liberaran de la cadena perpetua a que lo habían condenado, aduciendo razones humanitarias, pero tanto Inglaterra como la URSS se opusieron. Recién después de su muerte, se destruyó esa prisión militar construida en 1883.

En nuestro país todos los condenados que ahora se pretende indultar (y llamo indultar a los beneficios de la prisión domiciliaria que obtendrían) tuvieron un juicio justo, con el debido proceso y con presunción de inocencia. Ellos, que eran según todos los testimonios, criminales de lesa Humanidad, cuyos delitos no prescriben, gozaron de esos derechos y esperaron en sus casas el fallo condenatorio de la Justicia.

Hoy los presos políticos de la Argentina: De Vido, Milagro, Zannini y muchos otros, no han podido ejercer ni siquiera el derecho al debido proceso en eventuales juicios y permanecen presos con prisión preventiva ignorando de qué se les acusa y poder, en consecuencia, arbitrar los medios para poder defenderse.

La perversidad y el revanchismo de la derecha no tiene igual, carece de límites y arrasa si es preciso con el Derecho y en su autoritarismo, de cualquier manera, condena, reprime y castiga...

Sé que algunos lo han pensado desde el primer día: reconciliar.

Cabe entonces, preguntar, si ¿es posible hablar de reconciliación con quienes fueron los asesinos de un padre, de una madre o de un hermano?

Puede hablarse de reconciliación si nunca han dicho dónde quedaron los cuerpos masacrados de los desaparecidos, si no han admitido lo que era evidente y que la Justicia llamó Plan Sistemático de aniquilación.

El daño no tiene otra reparación que el esclarecimiento de los crímenes cometidos y la identificación de los culpables. Eso se logró de modo inobjetable en el marco de la ley, sin venganza.

Ahora se pretende, so pretexto de la superpoblación carcelaria, otorgar los beneficios de la prisión domiciliaria a estos 96 que deberían permanecer presos hasta el final de sus días, como en su momento Rudolf Hess. Al menos ellos, puesto que es más grave y más riesgoso para el conjunto social la liberación de estos victimarios que los beneficios que pudieran otorgarse a condenados por delitos comunes.

29/07/2016

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