Columnistas
18/02/2018

Los números de la economía para este año

Los números de la economía para este año | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El sector externo argentino, con su fuerte endeudamiento, muestra la gran fragilidad de la economía, agravada por la incertidumbre del mercado internacional. Esto se puso de manifiesto con el anuncio de la suba de la tasa de interés de Estados Unidos que repercutió en una baja del 10% en los bonos argentinos y en una caída en el valor de las acciones en la bolsa argentina.

Humberto Zambon

[email protected]

Hace muchos años, cuando yo era estudiante de economía, un dicho corriente entre los universitarios era que “Dios creó a los economistas para que los meteorólogos no pasen tanta vergüenza“. Es que en ambas disciplinas influyen tantos factores que dificultan la realización de pronósticos más o menos fidedignos.

Desde entonces, en especial merced a los datos satelitales, la meteorología ha ido tomando mayor precisión, cosa que no ocurrió con la economía. De todas formas, en base a la tendencia que muestran las principales variables económicas, es posible vislumbrar su comportamiento futuro, conscientes de la fuerte incertidumbre que rodea estas estimaciones.

En una vista a vuelo de pájaro de las principales variables podemos estimar:

El Producto bruto (PBI) que consiste en la suma de los bienes y servicios producidos en un país durante un año. En el año 2016 tuvo una fuerte caída respecto al año anterior que las cifras oficiales del Indec estimaron en -1,66%, aunque para muchos estudiosos la baja fue mayor. El año pasado tuvo una recuperación del 1,5%, con lo que el total está por debajo del registrado en el año 2015 (-0,13%); si tomamos en cuenta el aumento de la población, el promedio por habitante cayó un 2,22%; esto significa que cada argentino en el año pasado año tuvo 2,2% menos de bienes que en el 2015, pero como estuvo acompañado de una mayor concentración en la percepción de la riqueza y una caída del salario real de la mayoría trabajadora, la sensación social es que la disminución ha sido mucho mayor.

En la discriminación por rubros del PBI se ve que la industria siguió cayendo (un 3,36% en los dos años) y dado la política de libre importación de bienes y de la caída en el ingreso por habitantes, se puede asegurar que continuará la misma tendencia este año.

En el último año tanto el agro como la minería mantuvieron aproximadamente el mismo nivel; en el 2017 la leve recuperación vino de la mano del aumento del sector financiero, del comercio (que todavía está por debajo del 2015 en un 0,6%) y, especialmente, de la construcción (que subió un 7,1% aunque, como el año anterior había bajado un 12,4%, todavía está 6,2% negativo respecto al 2015), en particular en la obra pública que se reflejó en el incremento de la venta de cemento a granel, y, en menor medida, en la recuperación de la construcción privada. Se supone que este año, debido al ajuste de gastos gubernamentales, la construcción pública va a disminuir su impulso, aunque la inercia que tiene la actividad es de esperar que cierre con una cifra positiva pero bastante menor a la del año anterior.

Con esos antecedentes lo más probable para este año es un crecimiento nulo o levemente negativo del PBI.

El déficit fiscal. La reducción del déficit fiscal es uno de los objetivos de la política gubernamental. En el año 2017 se celebró como un éxito el que las cuentas primarias de la Nación hubieran cerrado con un déficit primario (sin contar los intereses) del 3,9%, inferior a la pauta prevista al comienzo del año. Sin embargo, el déficit total aumentó y su nivel alcanzó límites preocupantes por su repercusión en el nivel de la deuda pública:

Déficit primario 3,9% del PBI

Intereses de la deuda 2,3%

Déficit cuasifiscal (Lebacs) 1.8%

Déficit provincial 1,1% Total 9,1 % del PBI

El ahorro que se piensa obtener con el ajuste del gasto público es menor que el aumento de los intereses previstos para el corriente año, mientras que también aumentará el déficit cuasi fiscal (del Banco Central) y, con mucha suerte, el déficit provincial quedará estable. Además, como la reducción del gasto público influye en el nivel del producto y en la recaudación impositiva, la reducción del déficit primario prevista no está asegurada ni mucho menos.

El dólar y el sector externo. El externo es el sector crítico de la economía debido al déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos (mayor al 4% del PBI) originado en la suba de las importaciones y de los intereses de la deuda, agravado por el alto nivel de crecimiento del endeudamiento en estos dos años. Para el 2018 se precisa un mínimo 30 mil millones de dólares de nueva deuda para cerrar las cuentas. La anunciada suba de intereses por parte de la FED de Estados Unidos va a afectar estas cuentas y puede poner en peligro la fuente de financiación externa.

Por otro lado, el Banco Central tiene reservas suficientes para determinar en el corto plazo el tipo de cambio. De todas formas, el gobierno está presionado por dos tendencias antagónicas: el de los exportadores y las economías regionales que quieren un dólar más alto y, por el otro lado, para el control de la inflación se necesitaría un dólar “planchado” al nivel actual. De todas formas y teniendo en cuenta lo ocurrido en los primeros días del año y la evolución de la paridad cambiaria real, se puede estimar una suba del dólar para el 2018 del 20 al 30%.

La inflación. Como se explicó la semana pasada, para este año es de esperar una inflación con un piso del 25%, acercándose al 30% como más probable. En particular los datos del Indec conocidos esta semana son alarmantes: en enero una suba de los precios al consumidor del 1,8 pero con mayoristas que subieron un 4,6% (7,1% los importados), lo que en los próximos meses se va a trasladar a la góndolas de los mercados.

En resumen, la situación del sector externo argentino, con su fuerte endeudamiento, muestra una gran fragilidad de la economía, agravado por una alta incertidumbre en el mercado internacional. Esta situación se puso de manifiesto cuando se anunció la próxima suba de la tasa de interés (de Estados Unidos y, en consecuencia, mundial) que repercutió en una baja del 10% en los bonos de deuda argentinos (el doble que en los mexicanos) y en una baja en el valor de las acciones en la bolsa argentina.

El panorama para el futuro no es nada halagüeño.

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]