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16/01/2018

Cambiemos, el odio como programa

Cambiemos, el odio como programa  | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El odio copó la eventual inteligencia del gobierno y lo ha confundido tanto que podríamos atribuir en ello el alto porcentaje de atropellos, de corrupción impúdica y errores de gestión cometidos.

Osvaldo Pellin

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El odio es mal consejero y si no que lo diga este gobierno que hoy padecemos. Por diferenciarse de lo que odia, pero también por apurarse en percibir para sí y sus amigos los despojos del Estado que dijeron venían a honrar, emprendieron medidas para deshacer todo lo bueno hecho por el gobierno que los precedió. Tenían la necesidad de colocarse en las antípodas de sus políticas.

Sin rescatar lo que era bueno, lo que tenía consenso, lo que constituían legítimos derechos adquiridos.

Así han dado lugar a su aversión a todos quienes integraban el gobierno anterior para crear la crítica e inventarles el perfil de acérrimos enemigos.

No hay caso, el odio hace cometer groseros errores porque bloquea todas las instancias de la comprensión.

Ahora, Cambiemos está encuadrado en una gestión francamente antipopular solo sostenida por aquellos que de su mismo palo se han visto beneficiados por sus decisiones sin equidad y sin beneficio colectivo. Por decisiones en suma, privilegiadas para aquellos que sustentan su mandato con el poder del que están dotados. Me refiero a los medios de prensa y al Poder Judicial.

Han entrado entonces en una espiral de desaciertos que generan nuevos desaciertos esperando que con tozudez, aun lo errado, se imponga por la fuerza bruta.

Desenredar hacia el futuro este enjambre de ataduras que le han impuesto al país serán los auténticos problemas a resolver. La deuda externa, la cesión territorial en la Patagonia al imperio norteamericano, el desprendimiento de las alianzas con los países de la región, la enemistad manifiesta con los países de la región y de Medio Oriente por seguir a Trump en su provocación globalizada, el pésimo concepto internacional como evasor de nuestro presidente por sus cuentas off shore.

Ya Cambiemos ha perdido todo objetivo y su gestión se hunde en una improvisación que se aleja cada vez más del sentido de Nación soberana.

Sus manotazos de ahogado se centran en un endeudamiento irresponsable como el del adicto que necesita incrementar la dosis del tóxico que lo envenena para poder parecerse momentáneamente a una persona normal.

El odio copó la eventual inteligencia del gobierno y lo ha confundido tanto que podríamos atribuir en ello el alto porcentaje de atropellos, de corrupción impúdica y errores de gestión cometidos.

Y cuando digo odio hablo de un arma solo en apariencia defensiva. Cuando digo odio digo también intereses y el odio por carecer de una mayor impunidad que la que en realidad aun sustentan, para acometer sus políticas y sus delitos.

Evidentemente intentar una cura especializada no tiene lugar. Es tarde. Como los familiares de un alienado que piden auxilio para su internación porque han sido desbordados por su conducta, es el pueblo el que tiene en sus manos la extirpación de estos dirigentes, que no solo no han entendido su misión histórica, sino que han perdido la brújula del retorno a la equidad y al sentido de pertenencia nacional.

29/07/2016

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