Entrevistas
26/06/2016

Daniel Gollán

“Van a privatizar el sistema de salud”

“Van a privatizar el sistema de salud” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El ex ministro de Salud de la Nación, denuncia un giro privatista en la política sanitaria y advierte sobre la manipulación de las estadísticas para disimular las consecuencias de esta decisión. Además, refiere qué pasó con la epidemia del dengue y lo que sucede con la gripe.

Sergio Fernández Novoa *

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Responsable de la salud pública durante el último año de gobierno de Cristina Kirchner, Daniel Gollán es un médico sanitarista que fue discípulo de Floreal Ferrara y está formado en la tradición iniciada por Ramón Carrillo. Con amplia experiencia en la gestión institucional, describe cómo el gobierno de Mauricio Macri está construyendo un sistema de salud cuya cobertura dependerá de los ingresos de cada individuo, analiza el impacto que esto tendrá en la calidad de vida de la población y propone recorrer el país para que “la gente tome conciencia” de lo que está pasando.

- ¿Cuál es su evaluación sobre el sistema de salud de la gestión de Cambiemos?

- Hay una visión que está en las antípodas de la gestión de los últimos doce años. El modelo de salud que propiciamos nosotros está basado en la salud como derecho, mientras que el macrista es un modelo basado en la salud como un bien de mercado, transable, una posibilidad de negocios. Esas diferencias son determinantes a la hora de decir qué hace el Estado.

- ¿Esto supone diferentes intervenciones del Estado?

- Sí, claro. Bajo nuestro modelo había un Estado muy presente territorialmente, haciendo difusión, promoción de la salud, prevención, pero en forma activa. No en base a una propaganda que dice “Señor, usted tiene que vacunarse” o “Señor, usted tiene que prevenir el dengue”, sino que eran los agentes territoriales, los equipos de salud en los barrios proactivamente, trabajando sobre la salud. Todo eso fue retirado. Se ve claramente en la ejecución presupuestaria de los primeros cinco meses del ministerio de Salud de la Nación, que no llega al 1,5% que tenía cada una de estas áreas. Hay un retiro del Estado, que tiene como proyecto delegar en las provincias y en los municipios el cuidado de la salud. “Cuando hoy uno se pregunta por qué no hay vacunas contra la gripe, es porque no las compran ni las distribuyen”.

- ¿El impacto de este giro ya se siente en la vida cotidiana?

- Cuando hoy uno se pregunta por qué no hay vacunas contra la gripe, es porque no las compran ni las distribuyen. Cuando uno se pregunta por qué no se hizo nada contra el dengue, es porque la línea del ministerio es que eso lo tienen que hacer las provincias y los municipios. Cuando uno se pregunta por qué se está avanzando hacia un supuesto seguro privado de salud, es porque van a debilitar el hospital público, van a debilitar el sector público de la salud y van a hacer un sistema donde le van a dar una cantidad determinada de dinero a las provincias o a algún intermediario privado, haciendo una especie de seguro de baja calidad para el que tenga pocos recursos. Van a privatizar el sistema de salud. El objetivo es que la salud reditúe como un negocio. El paradigma de esto son los Estados Unidos, donde el gasto de salud de cada habitante es de 9.300 dólares. Por supuesto que esto no es equitativo. Algunos gastan muchísimo más y otros no gastan nada porque no pueden acceder. La relación es con el individuo, que toma un seguro y compra servicios de salud: el que tiene más plata compra más servicios de salud y el que tiene menos gasta menos y accede mucho menos. “Lo que hemos vivido en estos seis meses es un deterioro absoluto, que se va a ir manifestando en los indicadores de toda la situación sanitaria del país”.

- Sin embargo cuando uno escucha las publicidades de las prepagas, incluso la difusión que dan sobre sus prestaciones obras sociales de sindicatos, se muestra un modelo que funciona bien. Este modelo de salud privado, ¿es o no eficiente según su análisis?

- Gasta tres veces más y obtiene peores resultados. Esto es porque no hay una estrategia de salud pública. Es una estrategia privada que consiste en vender muchos servicios, muchos medicamentos, mucha tecnología, mucha e innecesaria cobertura médica a los que más tienen, mientras que los que menos tienen quedan fuera del sistema. Ese es el modelo del gobierno de Cambiemos. Lo que hemos vivido en estos seis meses es un deterioro absoluto, que se va a ir manifestando en los indicadores de toda la situación sanitaria del país. Hoy hay más casos de todas las enfermedades infectocontagiosas. Están apareciendo casos que ya no son de malnutrición por comer inadecuadamente, sino de no comer o comer poco. Esto está pasándole mucho a los jubilados, a los mayores de 65 años que no llegan con el dinero al día 20 y van a comer a los comedores. Comen mal, tuvieron que apagar la estufa porque no pueden sostener el costo de la energía, tienen frío y hoy van a una farmacia y tienen que pagar el medicamento del PAMI. Con el dengue fue una situación catastrófica porque prácticamente no intervinieron en la peor epidemia de esta enfermedad que hemos tenido en la historia argentina. No hubo intervención del Estado y retiraron todos los dispositivos territoriales de prevención y promoción. Todo lo que tenía el ministerio. Eran 667 empleados que estaban becados y directamente los retiraron en plena epidemia. “Con el dengue fue una situación catastrófica porque prácticamente no intervinieron en la peor epidemia de esta enfermedad que hemos tenido en la historia argentina”.

- ¿Cuál es el rol de la industria farmacéutica en este esquema?

-La industria farmacéutica en todo el mundo está manejada por CEOs de las corporaciones. Es una industria un poco pesada, por decirlo de alguna manera. Es la segunda o tercer industria que más factura a nivel internacional, con un proceso de acumulación de capital que no se dio nunca en la historia. La política es de expoliación absoluta de los pueblos. Sin ir más lejos, la vacuna para la hepatitis C cuesta 1,7 dólares y se vende a 1.000 dólares. Hace algunos años, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pasando por encima del presidente de los Estados Unidos, se reunió con miembros del Tea Party del Partido Republicano. Ahí estaban la industria farmacéutica y la armamentística, que son lo mismo.

- ¿Hay una intervención en la generación de las estadísticas para disimular el estado de situación que se está gestando?

- Estadísticas tenemos, pero hay un sesgo muy fuerte. Las estadísticas que estamos leyendo no son las verdaderas. Tienen un retraso muy grande con los hechos porque desarmaron los sistemas que teníamos de detección y registro del dato en tiempo real, del día a día. Desarmaron todo eso y dejaron lo que depende del Sistema Nacional de Vigilancia, que está tres o cuatro semanas atrasado. Pero, además, hay sub registro. No repartieron reactivos para saber si una persona tenía gripe o si una persona tenía dengue y entonces quedó registrada la enfermedad que llevó al fallecimiento o la enfermedad del diagnóstico clínico, pero no se puede constatar. Hay un sub registro muy grande por falta de insumos para hacer el diagnóstico definitivo. Además, hubo una indicación de registrar menos, de no registrar, como también hay una indicación explícita de no promocionar el uso de la vacuna.

- La sub ejecución presupuestaria ya se venía viendo en la Ciudad de Buenos Aires en varios sectores…

- Es una constante del Pro en la salud pública. La diferencia está en que la Ciudad de Buenos Aires tiene un 84% de la gente con obra social o prepaga. Es decir, que tiene otras alternativas. Pero no es esta la realidad del resto del país. Hay provincias con el 60 o 65% de la población que dependen exclusivamente de la prestación pública. En la provincia de Buenos Aires casi el 40% de sus habitantes depende exclusivamente de la prestación pública. Es decir, si no hay un hospital, si no hay un centro de atención primaria, no te podés atender. Cuando se desfinancia eso, no tenés alternativa. Sumado a que empezamos a recibir en los hospitales públicos a la gente que empieza a perder su obra social por el desempleo. Es todo un círculo vicioso. 

- En los sondeos de opinión sobre temas de coyuntura, la salud y la educación suelen aparecer en puestos muy bajos. Sin embargo, cuando se pregunta sobre las bases de un país, suelen aparecer en primer lugar…

- Sí, claro. La salud, incluso, está peor que la educación. La salud está por debajo de la educación en la ponderación de la gente. Es una cuestión que tiene que ver con el concepto de salud general que culturalmente se ha instalado. Cuando uno le pregunta a la gente qué es la salud, contesta “que me curen cuando me enfermo”. En realidad la salud es mucho más que eso. Lo vemos desde Ramón Carrillo en adelante. Evidentemente no está eso en el ideario de la gente. Es un tema pendiente. Por eso estamos recorriendo todo el país haciendo debates, no sólo con el sector que trabaja en salud, sino con las comunidades, para que se ponga en la agenda el tema, porque si esto no ocurre va a ser muy difícil resolver el problema.

- ¿Qué balance hace de la política de Salud del kirchnerismo y de su gestión al frente del ministerio de Salud?

- Nos han faltado cosas, pero no podemos dejar de lado el enorme progreso que hemos tenido. Durante nuestra gestión, por ejemplo, nos propusimos fortalecer el sub sector público, que es el que financia cada una de las cosas. El Estado pone su parte para atender a la población que no tiene otra cobertura que la pública. Esto apunta a un 33% de la población, pero termina atendiendo al 55%. El 100% de los accidentes agudos son cubiertos por el Estado, y los privados nunca le devuelven nada al Estado. A partir de esto generamos un gran caudal de información que permitió que a las personas que ingresaban al hospital público y tenían obra social se las atendiera como si no la tuvieran, pero se cargaban los datos y luego se emitía el pedido de pago directamente a la obra social. Si no pagaba, se descontaba del Fondo Común de la Superintendencia de Salud. Por supuesto que políticas como esta hoy están discontinuadas. Por eso la gente tiene que tomar conciencia de que es un tema central y que debe opinar.

Sergio Fernández Novoa

Producción periodística: Agustín Mozzoni y Simón García Mayer



(*) Periodista. Ex Vicepresidente de Télam y ex presidente del Consejo Mundial de Agencias de Noticias y de la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias.
29/07/2016

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