Columnistas
02/12/2017

Análisis rionegrino

“Tenemos Castello, carajo”

“Tenemos Castello, carajo” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Dicen que esa fue la frase que utilizó el gobernador Weretilneck para anunciarles a sus más allegados la colocación en Nueva York del bono por 300 millones de dólares que abre la posibilidad de iniciar las obras del Plan. Para el mandatario, sin duda, la mejor noticia de un año complicado. En la oposición Soria sabe que su principal concentración debe estar en el mantenimiento de la unidad, pero es consciente que las divisiones en el peronismo nacional van a repercutir.

Hernán D´Andrea

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Sin dudas que el hecho que más concitó la atención de los argentinos en general y los rionegrinos en particular en la semana que finaliza, fue el asesinato por la espalda del joven barilochense Rafael Nahuel en otra muestra de la acelerada disolución del estado de derecho y las garantías constitucionales que se registra en el país.

Otra vez, una fuerza de seguridad que recibe directivas del gobierno nacional es protagonista principal de la muerte de un pibe en nuestras tierras y más allá del relato, los discursos, las mentiras y la pasividad de algunos medios, lo cierto es que se ha instalado, mal que nos pese a algunos, un discurso autoritario y represivo que creíamos superado.

Más grave aún es que ante esa pasividad de los medios, la violación de la división de poderes,  y en definitiva la falta de respeto a la Constitución nacional,  quienes hoy gobiernan utilizando “inteligentemente” la insólita, estúpida e inexplicable “grieta” que nos divide entre los unos y los otros, establece a su gusto su propio relato, instala la hipótesis del enemigo interno, culpa de la violencia a grupos virtuales, nos mantienen a todos entretenidos en discusiones estériles y sin sentido y para completar su accionar nos “premia” con tarifazos, reformas laborales que nos hacen perder derechos adquiridos, manosean nuevamente a nuestros viejos, endeudan al país a límites insospechados y nos meten, otra vez, en un terrible ajuste disfrazado de reforma.

Igualmente los más grave de todo es que el Estado, más allá del disfraz que le pongan, está matando pibes y encima lo justifican.

Dicho esto que no podíamos, ni queríamos soslayar, ahora si nos mentemos en los vericuetos de la política rionegrina y sus últimas novedades.

Para el gobierno lo más importante de la semana fue haber colocado el “salvador” bono por 300 millones de dólares en el exterior a una tasa a largo plazo del 7,75% para poder poner en marcha el promocionado proyecto de obras, infraestructura y desarrollo productivo conocido como Plan Castello. 

Para Weretilneck, más que una bocanada de aire puro como se dice habitualmente, fue haber encontrado el desfibrilador más adecuado para poder salir del casi mortal proceso político que lo tuvo como protagonista en los últimos cuatro meses y ahora intentar con los medicamentos necesarios una adecuada recuperación, que le hará más llevadero el 2018 y si cumple con el tratamiento, estar en condiciones de posicionarse en línea de largada en 2019.

Como se sabe el Plan Castello le permitirá al gobernador volver a estar “en cada lugar” con buenas noticias y con obras e infraestructura que la sociedad demandaba.

Casi con seguridad en esta etapa de “recuperación”, la recorrida por la provincia ya no será tan unipersonal como en el pasado, sino que será llevando de la mano a uno o dos de sus principales “acompañantes terapéuticos” para que los vayan conociendo, que se vayan instalando y estar en condiciones a mediados del 19, uno de ellos, a ser su sucesor en la prosperidad y no en la adversidad.

Para afrontar la última etapa de la gestión y para llegar a la próxima contienda electoral en esas condiciones, Weretilneck está obligado a revitalizar y consolidar su gobierno y así tener chances de continuidad en el poder.

Luego vendrá el análisis si es con alianza o sin ella, pero lo cierto es que hoy, como están las cosas, no está en condiciones de decidir ir solo, porque su partido quedó medio enclenque y tampoco de negociar con nadie, porque lógicamente lo estaría haciendo en inferioridad de condiciones.

Siguiendo el tratamiento concientemente, todo indica que el año próximo, alejado al menos de los vaivenes electorales, permitirá acomodarse e incluso borrar de la memoria colectiva los malos momentos vividos.

Claro que existen también algunos desafíos que habrá que afrontar, como el salarial que se agudizará a principios de año y los resultados de la aplicación de las recetas del gobierno de Macri como la presión fiscal, el ajuste y control del gasto público para lograr la reducción del déficit.

Con el pacto fiscal firmado y cumpliendo con los deberes se supone que la situación financiera no ofrecerá sobresaltos y que están garantizados los pagos de sueldos y aguinaldos. La llegada de fondos frescos para el “San Castello” le permitirá obras, presencia, buenas noticias y respuestas a la sociedad que ayudará a revertir la situación.

Entonces ahí sí, decidir los planes a ejecutar. La posibilidad, por ahora más lejana que nunca, de la reforma constitucional, o consolidar la imagen de un sucesor, que pareciera ser el legislador Alejandro Palmieri.

También se confirma el análisis que se hace en los más altos niveles, de producir una reforma en la ley electoral que incluiría el voto electrónico y el ballotage.

En este último escenario, es en donde no se descarta una alianza anti Soria con Cambiemos, pero claro, evidentemente hoy no es el momento de producir la negociación, ya que el macrismo rionegrino aún cree que puede solo e incluso ya tiene dos anotados para la gobernación; Sergio Wisky y Aníbal Tortoriello y todavía no se ha expresado el radicalismo.

Como es natural o al menos siempre sucede, cuando en alguna elección hay una buena performance o un resultado supera las expectativas, comienzan los posicionamientos internos que en la gran mayoría de los casos, sino hay alguien que ponga paños fríos, terminan dañando lo poco o mucho que se ha consolidado, sobre todo en partidos o alianzas nuevas.

El Pro rionegrino lo vivió hace poquito. Cuando algunos empezaron a hacerse los rulos y a intentar posicionarse visualizando el empuje de lo nacional, le pusieron un interventor desde Buenos Aires que los hizo entrar en razones.

Aún tranquilo en el otro extremo está el ganador del 2017 que es el Frente para la Victoria, cuyo titular, Martín Soria sabe que la llave para abrir la puerta del despacho de Laprida y Belgrano es la unidad partidaria.

No sólo por la situación actual, sino por la experiencia histórica de varias generaciones de peronistas que saben que los enfrentamientos internos del pasado no tan lejano le impidieron llegar a ese lugar durante 28 años.

Por ahora, salvo algunos pequeños escarceos, todo indica que se llega con tranquilidad, tolerancia y espíritu conciliador al congreso que se realizará en Roca el 16 y 17 de este mes.

Soria deberá afrontar con liderazgo e inteligencia las cuestiones locales que por ahora están bastante acomodadas, pero llegarán algunas exigencias de participación y protagonismo en ese ámbito, pero por sobre todo deberá estar muy atento a los alineamientos que se sucederán en el orden nacional del peronismo.

Como se sabe las perspectivas de una divisoria de aguas entre el peronismo tradicional y el kirchnerismo es toda una posibilidad, teniendo uno de los sectores en pugna a un rionegrino, como Pichetto, de protagonista.

Los kirchneristas están convencidos que Cristina desde el Senado tendrá un rol fundamental en el nuevo armado peronista para enfrentar exitosamente dentro de dos años a Cambiemos.

Hay que ver como se presenta ese panorama el año que viene y cómo repercute en acomodamientos por estos pagos, ya que en el Frente para la Victoria provincial llegó unido a las legislativas, pero el espacio está integrado por militantes del justicialismo, del kirchnerismo y otras vertientes de opinión que es un verdadero archipiélago de organizaciones, sin que respondan a una estructura vertical entre ellas o punto de referencia común, si bien hasta ahora han acatado la jerarquía del jefe provincial del PJ.

Insistimos en que Soria sabe que su principal arma es el mantenimiento de la unidad, pero todo indica que esa unidad mucho dependerá de lo que suceda en Buenos Aires donde la “eventual” fractura del peronismo tendrá sus lógicas consecuencias en la provincia.

29/07/2016

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