Posiblemente el tema de la adhesión a la ley de ART en Río Negro sea solo una discusión menor o por qué no una excusa, pero lo cierto es que ha desnudado algunos cruces verbales entre dirigentes y referentes del peronismo rionegrino y también podría ventilar algunas discrepancias que existen puertas adentro del partido gobernante en la provincia.

El senador Miguel Pichetto, que estuvo alejado de los avatares políticos provinciales y sobre todo los internos partidarios, luego de perder frente a Weretilneck en 2015, ahora, vaya a saber por qué motivo, se ha convertido en el “lanzallamas” de temas que inmediatamente provocan discusiones.

En la semana dijo que no entendía, sobre todo a sus compañeros, que llevan más de un año si adherir a la norma surgida del seno del gobierno y que fue avalada por el Congreso y la CGT.

Como al pasar agregó que ya había hablado el tema con el gobernador y su vice. Por lo pronto los muchachos que integran el bloque liderado por Alejandro Marinao no parecen muy convencidos de acompañar la iniciativa.

También el diputado nacional Martín Doñate le recriminó a Pichetto sus declaraciones acerca del tema y dijo que “está muy claro que el Frente para la Victoria en Río Negro no acompañará una medida que sólo traerá inestabilidad a las familias rionegrinas.

Y ahí saltó el legislador cercano al senador, Ariel Rivero que dijo que “Doñate no debe ni puede intervenir o afirmar algo cuando aún nosotros no hemos iniciado el debate y se preguntó “y ¿Doñate desde dónde habla, desde Unidad Ciudadana o desde el Peronismo?”.

Otro flanco que se abre en el Frente que conduce Martín Soria, que hasta ahora fue un grupo compacto que logró muy buenos resultados electorales, es la respuesta de los sectores más kirchneristas que conforman la mayoría del FpV, a quienes no les cayó del todo bien la participación de la diputada María Emilia Soria en la sesión que dio su aval a la quita de los fueros a su par Julio De Vido.

El responsable político de La Cámpora en la provincia, Diego Pereyra mencionó que la decisión no fue bien receptada por varias de las organizaciones integrantes del Frente y que tanto en encuentros realizados en Bariloche y en Cipolletti comenzamos a hablar de nuestra proyección hacia adelante y la posibilidad de unificarnos en un espacio como Unidad Ciudadana.

Agregó que “evidentemente hoy hay personas dentro del justicialismo con quienes estamos teniendo serias discrepancias en Río Negro, como es el caso del senador Miguel Pichetto”.

Y sobre la relación con el presidente del partido, Martín Soria, Pereyra dijo que “hasta aquí hemos acompañado, entendíamos que el 2017 no era nuestro momento de tener una participación activa en la política, acompañamos a las propuestas del Frente para la Victoria con la intención original de que Cambiemos no tuviera un diputado en la provincia, y ahora seguiremos discutiendo en base a ejes programáticos a fin de llegar a la unidad más amplia posible, siempre alineados detrás de la figura de la compañera Cristina Fernández de Kirchner”.

También el tema de la adhesión a la ley de ART podría llegar a tener influencia en el oficialismo gobernante en la provincia, en donde Weretilneck se comprometió con el presidente Macri a tratar el tema en lo inmediato.

Ese compromiso, podría confirmar o no, cuanto repercutieron hacia adentro de Juntos Somos Río Negro (JSRN) estos últimos meses de desaciertos, magra performance electoral, discusiones, dimes y diretes, que para algunos dejó enclenque la estructura del novel partido del gobernador y sobre todo el comportamiento que en el bloque legislativo asumirán los que se siguen reivindicando como “peronistas”, incluyendo por supuesto al propio vicegobernador Pesatti, y reniegan del posible acercamiento con Cambiemos.

Si bien tanto el gobernador como su vice lo disimulan y no se han expresado al respecto, en Viedma se comenta con insistencia que la relación entre ambos está un tanto resquebrajada.

Si bien el tema no está planteado públicamente por sus protagonistas, sin dudas hay un caldo de cultivo que se originó inicialmente en el proceso electoral para las legislativas, cuando Pesatti no quiso ser el candidato a diputado, después se sumaron posiciones dispares en cuanto al tema de la central nuclear y el cierre, los fracasos electorales de las PASO y en los municipios, sobre todo en el de Maquinchao.

Pero sin dudas el principal tema de debate, aun no oficial, es el rol a cumplir por el gobierno y el partido en la nueva instancia política nacional en donde parece ser que hay dos visiones totalmente distintas y consecuentemente dos proyectos antagónicos.

Para muchos la propuesta del partido rionegrino y federal, sin dependencia de estructuras nacionales, ya no tiene sustento posible a partir de lo que consideran una irremontable debacle en la que se cayó en los últimos procesos electorales.

Pareciera ser que Weretilneck está pensando en algo más que la estabilidad institucional en su relación con el gobierno de Macri y ve una luz de esperanza en algún acercamiento político con vista al 2019.

Pesatti, por el contrario, se esmera en diferenciarse de las posturas del gobernador, principalmente en la eventualidad de cualquier alianza con el oficialismo nacional y en el esquema de la relación Nación-provincia, promoviendo una posición más vital, y de mayor firmeza en los reclamos federales y en la defensa de los intereses rionegrinos contra el accionar del poder central.

Incluso no dejan de llamar la atención algunas actitudes del vicegobernador que está teniendo mayor presencia mediática y el rol que adquirió hacia afuera de los límites provinciales afianzando su relación con sus pares de Neuquén y Chubut con la intención de consolidar un bloque regional.

“La región patagónica debe construir una identidad de bloque”, dijo en Chubut Pesatti cuando concurrió a las exequias de Das Neves y a la asunción de Arcioni, agregando que “habrá un alineamiento fuerte contra el gobierno nacional”.

Arcioni, en este caso por el lamentable fallecimiento de Das Neves, ya ocupa el cargo de gobernador y está claro que tanto Pesatti como el neuquino Rolando Figueroa, comparten el objetivo de ser los reemplazantes de Weretilneck y Gutiérrez y más aún si sus compañeros de binomio se desvían de sus concepciones ideológicas.

Como suele suceder en el juego político los adversarios ya comenzaron a “condimentar” esa posible fractura entre el gobernador y el vice, para lograr sus propios beneficios.

Es el caso del dirigente del Pro rionegrino Juan Martín que en el transcurso de la semana afirmó que no descartaba un acercamiento entre Cambiemos y el partido del gobernador, aunque puso como límite a aquellos dirigentes que sienten “nostalgia de los años del kirchnerismo” y ubicó en esa situación al vicegobernador Pedro Pesatti, de quien dijo que “está buscando que Soria le ofrezca cobijo para el 2019”

Dos integrantes del oficialismo, provenientes del sector peronista de JSRN acusaron recibo y tuvieron alguna reacción.

Primero respondió el presidente del bloque de legisladores, Alejandro Palmieri que dijo que “los de Cambiemos están agrandados y por el contrario los que estamos abiertos a sumar dirigentes y militantes somos nosotros, siempre que estén de acuerdo con “la visión municipalista, federal, y de identidad rionegrina”.

Después se sumó el también legislador Alfredo Martín que dijo que Juan Martín “solo tiene intenciones de destruir a nuestra fuerza” y aseguró que “Juntos Somos Río Negro volverá a ganar en 2019”.

Agregó que “para nosotros, Pedro Pesatti es fundamental en nuestro armado político, ya que Weretilneck–Pesatti no fue una simple fórmula electoral, sino que es el resultado del trabajo de dos compañeros que en los momentos más difíciles se pusieron al hombro la construcción de este Río Negro”.

Hasta ahora las cuestiones internas tanto en el Frente para la Victoria como en el partido gobernante se limitan a estos enfrentamientos mediáticos o a simples especulaciones, pero lo cierto es que si no surgen con el tratamiento de la adhesión a la ley de ART, que tiene acuerdo de ministros y que podría tratarse la próxima semana, en algún momento van a aflorar, como seguramente las habrá en el seno del Cambiemos rionegrino, que por ahora está atravesando la “luna de miel”, pero que va a tener sus debates cuando se ponga proa al 2019 con o sin nuevas alianzas.