Se ha conocido el Presupuesto de Gastos y Cálculo de Recursos para el año 2018 que el Poder Ejecutivo elevó al Legislativo para su consideración. La primera observación que cabe es que se trata de una ratificación de la política económica seguida en los primeros dos años del gobierno, basado en el endeudamiento público creciente. Eso a pesar de las promesas en contrario, inclusive lo expuesto en el mismo presupuesto, que  prevé reducir el peso de la deuda pública respecto al PBI a partir del año 2020, precisamente cuando haya terminado su mandato.

En el presupuesto se prevé emitir deuda por 2 billones 180 mil millones de pesos, de los cuales un billón 284 mil millones será para amortizar la deuda anterior, pagar los intereses de la deuda y cubrir el déficit fiscal. Es la famosa bola de nieve que se desliza de la montaña aumentando su tamaño; en este caso no se pagan los intereses sino que, junto a los nuevos déficits, van aumentando la deuda pública. Según el presupuesto, a fin de año el endeudamiento público neto crecerá en 896.000 millones de pesos.

Lógicamente, con una deuda pública creciente, los intereses no paran de aumentar. Y hay que tener en cuenta que más de la mitad son obligaciones en moneda extranjera. Los intereses se han convertido en el principal gasto del Estado: 408.742 millones de pesos (286.191 millones que figuran en el presupuesto, sin contar los intra-sector público, por 122.551  millones, por ejemplo al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, que resultará necesario pagarlos, por lo que no se los puede omitir), y eso sin contar con los intereses crecientes que genera el Banco Central con sus letras (como mínimos otros 266.000 millones en el año).

Los intereses (los 409 mil millones) son la partida más abultada del presupuesto: casi el doble que el pago neto de seguridad social (pagos por 1.433  millones con una recaudación de 1.210 millones), el doble que educación y cultura (204 mil millones), casi 4 veces el de salud (107 millones) y 12 veces el de ciencia y técnica.

Los intereses para el 2018 aumentarán a un ritmo de 28% respecto al 2017 mientras que el resto de las partidas de gastos primarios lo hacen al 16% promedio. Es una prueba clara del costo de esta política de endeudamiento permanente.

Por otro lado, el plan de emisión de deuda de 2 billones 180 mil millones de pesos, o 113 mil millones de dólares, según el tipo de cambio previsto por el presupuesto, implica un festival continuo y permanente de endeudamiento. En su página web Héctor Giuliano hizo un cálculo interesante: significa colocar deuda a razón de 181 mil millones de pesos por mes, 6.000 millones por día o 250 millones por hora (o, si se quiere, más de 4 millones de pesos por minuto).

Si hubiera un torneo de endeudamiento, seríamos candidatos a ganar el campeonato mundial.