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Columnistas
24/09/2017

Primavera blindada

Primavera blindada | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Lamentablemente en este tiempo lo único que parece haber renacido es aquello que creíamos haber enterrado para siempre: la espantosa figura de la desaparición forzada, la hipótesis del ‘enemigo interno’ y del ‘delito de opinión’.

María Beatriz Gentile *

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La primavera es una estación difícil. Idealizada como la estación del amor, la juventud, la fertilidad, de ella se esperan siempre nuevos comienzos. Por eso será que cierta semántica épica llamó “primavera de los pueblos” a las revoluciones liberales del siglo XIX o calificó  así a intentos de liberalización política como el de Checoeslovaquia en 1968. Aunque es conocido que esa “primavera de Praga” terminó abruptamente bajo las armas soviéticas.

 En el hemisferio sur su arribo no siempre fue bendecido por la fuerza de la vida. En la memoria histórica de los argentinos septiembre tiene la noche más oscura. Esa en que los lápices de los estudiantes dejaron de escribir fagocitados por el terrorismo estatal de 1976. Es el mes de golpes militares emblemáticos. El de 1930 que impuso la tutela castrense que nos regiría de aquí en adelante, el de 1955 que inauguró el apartheid político y social de las mayorías populares y el de 1973 que aunque ocurrido en Chile, preanunciaba lo que nos sucedería años después. Prolongados inviernos sin primaveras que festejar.

Esta vez tampoco hay celebración de nuevos comienzos. Como si realmente el pasado no pasara, asistimos a la desaparición forzada de Santiago Maldonado que lleva 53 días sin que el gobierno y la Gendarmería lo reconozcan y sin que se dispongan a esclarecer lo sucedido.

Entre otras cosas el siglo XX no parece haber ocurrido.  Discursos y  prácticas violentas reaparecen como fundamento de los intereses de la vieja ‘nación de propietarios’. Esa que insiste en convencernos de que el único derecho consagrado por la Constitución es el de la propiedad privada. De allí, por ejemplo, que  nueve propietarios de campos previos al río Escondido en la provincia de Rio Negro se movilicen en estos días para resistir  a quienes exigen la obligación de servidumbre de paso.

 Quizás estos señores de la tierra esperen que la justicia rionegrina imite a su par  vecina y se ponga firme contra quienes se pronuncian. En la última semana, 100 efectivos de la policía neuquina desalojaron las tierras ocupadas por las comunidades mapuches del paraje Tratayen; área de interés donde tienen locaciones las petroleras que operan en la formación de Vaca muerta. El fiscal habló de que encontraron drogas y bombas molotov y que solo había tres personas que fueron arrestadas. La prensa hegemónica le dio cobertura y no escatimó  adjetivaciones racistas para contribuir a la versión del maputerrorismo, como ironizara Jorge Nahuel, vocero de la Confederación Mapuche.

Ahora, si bien se mira, estas lecturas sesgadas vienen desde hace unos años.  En el 2009el empresario zapalino  Carlos "Nuno" Sapag hablaba de que sectores mapuches eran respaldados por "miembros de las FARC y terroristas de ETA".  Claro que en esa oportunidad no se trataba del potencial económico de los hidrocarburos del que depende la provincia, sino de las tierras de Quillén en la localidad de Aluminé. Esta diferencia seguramente hizo que el alocado discurso pasara inadvertido.

 Hoy la realidad es otra. El gobernador de la provincia Omar Gutiérrez se ha desentendido del desalojo realizado y de otros allanamientos ocurridos en similares conflictos. En un abandono manifiesto de la tradición de su propio partido no ha querido involucrarse.

 El revival de civilización y barbarie que estamos viviendo solo pretende justificar la apropiación de la tierra y de los recursos en pocas manos instalando un estado de amenaza que no tiene fundamentos. El prejuicio es hijo del miedo y el poder sabe como instalarlo.

Lamentablemente en  este tiempo lo único que parece haber renacido es aquello que creíamos haber enterrado para siempre: la espantosa figura de la desaparición forzada,  la hipótesis  del ‘enemigo interno’ y el ‘delito de opinión’ con el cada vez mayor apagón informativo. Otra vez  la primavera llegó blindada.



(*) Historiadora, decana de la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue.
29/07/2016

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