Desde el 19 al 26 de este mes se desarrolla en Nueva York, como todos los años, la Asamblea General de las ONU (Organización de las Naciones Unidas). Al igual que esta organización madre, la asamblea fue instituida en 1945, apenas concluida la segunda guerra Mundial, y es el principal organismo deliberativo, directivo y representativo de las Naciones Unidas.

Está integrada por los 193 miembros de la ONU, y se convirtió en el foro principal en el que se desarrollan debates formales y públicos entre los gobernantes de todo el mundo. Además, es un ámbito donde alrededor de las sesiones formales, tienen lugar conversaciones multilaterales en torno a toda la gama de problemas internacionales especificados en la Carta de Naciones Unidas.

Este año, la representación argentina estuvo encabezada por la vicepresidenta de la República, Gabriela Michetti, debido a que el presidente Mauricio Macri no concurrió por dolencias en su rodilla, según la información oficial. Es la primera vez, desde el año 2002, que un jefe del Estado argentino se ausenta del más importante foro mundial.

Sosteniendo la política exterior basada en fraternales e íntimas relaciones con el gobierno de Donald Trump, la representante argentina, acompañada por el canciller Jorge Faurie y otros miembros del Ejecutivo nacional, mantuvo encuentros amistosos con el propio presidente norteamericano, con la primera ministra británica, Theresa May y con la reina Máxima de los Países Bajos, entre otros.

Según trascendió desde fuentes diplomáticas, hubo algunas discusiones entre el canciller y la vicepresidenta por el contenido del discurso que esta última debía pronunciar en representación de nuestro país. Según los trascendidos, la Cancillería pretendía una alocución basada en los nuevos acuerdos comerciales, en el aumento de las exportaciones y en la aspiración de atraer inversión extranjera directa.

Michetti, en cambio, optó por poner el énfasis en la “Agenda 2030”, un plan estratégico destinado a erradicar la pobreza a nivel mundial, y unificó ese tema con el discurso interno de campaña electoral dentro del país, definido por la consigna “pobreza cero”.

Así fue como la representante argentina sostuvo ante la Asamblea General de Naciones Unidas que “nuestro gobierno tiene como eje central el objetivo de avanzar hacia el aspiracional (sic) de ‘pobreza cero’”.

Siguiendo su propio guion, también optó por mencionar la “educación inclusiva” y hablar sobre la creación de la Agencia Nacional de Discapacidad, en medio de la polémica en el país por la quita de pensiones por invalidez, y también señaló una supuesta “creación de empleo” durante la gestión macrista.

Ya metiéndose en la arena internacional, y en línea con Trump, Michetti fustigó duramente a Venezuela al condenar “la represión, la persecución y la existencia de presos políticos” en dicho país. Y pidió, apostando más fuerte aún, “el restablecimiento de la democracia en Venezuela".

Sobre ese país, y al contrario de lo que sí hicieron varios líderes latinoamericanos -incluidos algunos que tienen cercanía ideológica con el macrismo-, Michetti no condenó las amenazas del presidente Estados Unidos de atacar al territorio y a la población venezolana.

Ejemplo de un gobernante conservador que sí se expresó al respecto, fue el colombiano Juan Manuel Santos. Luego de cenar el lunes con el propio mandatario norteamericano, en una reunión compartida con sus pares de Brasil, Michel Temer; de Panamá, Juan Carlos Varela; y la propia Michetti en nombre del gobierno argentino, Santos publicó en Twitter: “Seguiremos buscando una transición política en Venezuela. Reiteramos a Donald Trump que América Latina no apoyará una intervención militar”.

En cuanto al discurso oficial de la vicemandataria argentina en la ONU referido a la estrategia oficial para esclarecer los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, se limitó a pedir que Irán colabore para que declaren los acusados. “Queremos la comparecencia de los acusados a prestar indagatoria, no queremos pasar otros 20 años sin justicia", dijo.

No hubo mención al Memorándum de Entendimiento con la República Islámica de Irán, firmado durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y tan cuestionado y criticado por el actual gobierno, donde uno de los principios rectores del acuerdo ponía el énfasis precisamente en esa posibilidad: que el juez pudiera indagar a los acusados.

Respecto a la soberanía de las islas Malvinas, Michetti manifestó un tibio reclamo por los “legítimos e imprescriptibles derechos” sobre ese territorio, y tras sostener que el gobierno de Macri “inauguró un nuevo clima en la relación con el Reino Unido”, agregó: "Esperamos que esto genere un clima para hablar".

Así, con la vicepresidenta de la República llevando adelante las posiciones del actual gobierno nacional en el máximo foro mundial, Argentina se diferencia cada vez más de Rusia, de Irán y de China, En cambio, mantiene una cautelosa pero obediente posición de sumisión a los intereses occidentales y a su visión del mundo.