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Columnistas
13/08/2017

Meritócratas y emprendedores

Meritócratas y emprendedores  | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

“El gobierno busca incorporar en los ciudadanos la idea de que el éxito y el destino son un producto meramente individual”, señala el autor. Advierte que si Cambiemos logra instalar estos conceptos “como parte de las verdades del sentido común, el desempleo y la miseria serán un producto individual y no de una determinada política económica”.

Sacha Pujó *

Desde su llegada al Ejecutivo el gobierno de Cambiemos se propuso, más allá de los inocultables objetivos económicos, una búsqueda de cambios, valga la redundancia, a nivel de la sociedad. Hace algunos meses planteábamos que uno de los ejes delcambio era la instalación de un consenso sobre la meritocracia. Para poder llevar adelante las actuales medidas económicas el gobierno busca instalar e incorporar en los ciudadanos la idea de que el éxito y el destino son un producto meramente individual, así como la naturalización de la desigualdad social. El corolario de este consenso es una organización social compuesta por emprendedores.

Apelar a la figura del emprendedor con espíritu de empresa no es ninguna novedad. A nivel global este paradigma está relacionado con la difusión de las ideas neoliberales a través de agencias y ONG, pero en Argentina se hace fuerte con la construcción política del Pro, las ONG y fundaciones que abastece de cuadros al gobierno. Ya en 2009 en la Ciudad de Buenos Aires Macri instituyó por ley el Día del Emprendedor y a partir de ahí se han desarrollado anualmente políticas y acciones para promover una “Ciudad Emprendedora". De hecho en la página web del GCBA existe una agenda para que "los emprendedores tengan un acceso unificado a toda la oferta de actividades, eventos, talleres, cursos, convocatorias y otras propuestas que hay en el ecosistema emprendedor”

En el libro "El Cambio y la impostura” (2017), Ezequiel Adamovsky plantea que en la base del cambio cultural que persigue el Pro hay una idea de comunidad imaginada, descolectivizada, sin estructuras que vinculen y protejan a las personas. Siguiendo al autor el habitante ideal de esa comunidad es el emprendedor, aquel que tiene iniciativa, responsabilidad, liderazgo, energía positiva y es definido, como reza en la página del GCBA, por un espíritu innovador.

El cambio social y cultural que postula el Pro se compone de una comunidad imaginaria de sujetos emprendedores. El problema es que se trata de una ficción para imponer determinados cambios estructurales en la sociedad argentina. El denominado emprededurismo en las condiciones económicas de Latinoamérica no es más que el cuentapropismo con otro nombre. En general son actividades precarias y en la informalidad. Por el contrario, las sociedades más desarrolladas del mundo  como Alemania, Francia, Reino Unido y los países nórdicos son ampliamente asalariadas, como muestra en un estudio el investigador Daniel Schteingaert en base a datos del Cedlas y la OCDE. (Gráfico disponible)

No se trata de condenar el hecho de que se creen nuevas empresas o la iniciativa individual, sino de demostrar que el objetivo que persigue el gobierno actual es otro y está vinculado con dos cuestiones: por un lado, responsabilizar al individuo por su situación socioeconómica, así la pobreza sería una responsabilidad individual, y, por otro lado, adaptar la fuerza de trabajo a la flexibilización y reestructuración laboral.

Con la transformación del capitalismo a partir de la década del ‘70, se imponen la movilidad generalizada de las relaciones laborales y una mayor estratificación de las categorías ocupacionales, y se produce una descalificación masiva de la fuerza de trabajo. Así se cuestionan las regulaciones colectivas de trabajo y los derechos y protecciones sociales, en pos de ser competitivos y maximizar la tasa de ganancia.

En este marco, cada individuo debe emprender a tiempo las reconversiones necesarias, asumir el cambio, hacerse cargo de sí mismo. Este es el contexto de aumento de la incertidumbre y la inseguridad social (Robert Castel, 2008). El ex Ministro de Educación de la Nación y actual candidato a senador por la provincia de Buenos Aires, Esteban Bullrich, afirmó incluso que se debe disfrutar de esta situación de incertidumbre.Siguiendo con Bullrich, frente al aumento del desempleo, señaló que “lo que nosotros buscamos es que la gente deje de buscar empleo y lo genere. Es decir que cada uno pueda tener sus propios emprendimientos, (…) “Por ejemplo, ahora en La Matanza y en otros lugares del conurbano, los emprendimientos de las cervecerías artesanales están creciendo muchísimo”.  Si hablamos de las similitudes con la economía de los noventa, se puede recordar que con el proceso de privatización y cierre de empresas por el aluvión importador, florecieroncon los trabajadoresindemnizados cientos de kioskos, canchas de paddle, parripollos, videoclubes entre otros comercios, que con el tiempo quedaron como documento arqueológico del neoliberalismo.

Sin embargo,hablar de una pura vuelta a los noventa sería una simplificación. Sobre todo porque desde Cambiemos no plantean un retiro total del Estado, sino una intervención de otro tipo, que es justamente la de un Estado que promueva la iniciativa individual.  En palabras del jefe de gabinete Marcos Peña Braun, “Cambiemos hoy ocupa ese lugar de una idea más aspiracional, más de empoderar… La "liberación" pasa por darles las herramientas a las personas para que se puedan desarrollar y crecer a partir del trabajo. Muy lejos de la idea que ellos sostienen de que todo te lo da el Estado, todo viene de arriba, le tenés que agradecer a la líder que te regala algo" (Infobae, 12/7/2015). De esta manera se manifiesta como un discurso quecuestiona los derechos adquiridos, e intenta diferenciarse del anterior gobierno que redistribuyó el ingreso y que es objeto de una fuerte estigmatización mediática. Se plantea así un Estado que remueve obstáculos y alienta la ilusión de ser empresario de si mismo en una sociedad sin antagonismos de clase, compuesta por individuos libres. 

Esta ideología emprendedora también conecta con el aspecto espiritual religioso que propugna el PRO vinculado a la religiosidad new age. La organización y financiación de eventos masivos desde el GCBA como fueron los casos de Luis Palau y Sri Sri Ravi Shankar, así como también la financiación de los polémicos seminarios de la Iglesia de la Cienciología. No es casualidad que se fomenten esas corrientes, teniendo en cuenta los ataques al pensamiento crítico y su etiqueta negativa. En efecto, las ideas new age postulan un individualismo radical, por el cual el destino depende de uno mismo en una búsqueda personal.

Todo este sistema de valores se demuestra como una falsedad ideológica teniendo en cuenta que no todos parten desde el mismo punto, y se niega la desigualdad en la distribución de los distintos tipos de capital ya sea económico, cultural o social. De hecho, muchos funcionarios importantes del actual gobierno son herederos de fortunas y empresas familiares. Sin embargo, si logran instalarse como parte de las verdades del sentido común, el desempleo y la miseria serán un producto individual y no de una determinada política económica.



(*) Magister en Políticas Públicas -FLACSO-
Lic. en Sociología -UBA-

29/07/2016

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