Resulta obvio que esta medida anunciada por el gobierno nacional tiene detrás, como todas, la intención de favorecer a fuertes intereses económicos. En este caso relacionados con el petróleo.

El ferrocarril, que ha dado forma a la colonización del Alto Valle, con el origen de la mayoría de los pueblos como consecuencia más obvia, está siendo olvidado a la hora de pensar las dificultades de conectividad que hoy se hacen evidentes.

Este criterio es válido para las relaciones interurbanas como para la movilidad urbana, en particular en el caso de Neuquén capital.

Cualquier ciudad del mundo daría valor a rieles que la recorrieran longitudinalmente con una franja de tierra disponible acompañándolos. Sería muy fácil y económico realizar paradores espaciados desde el centro hasta el aeropuerto a modo de columna vertebral para disponer de intercambiadores de flujos para agilizar el movimiento interno de la ciudad. Es una lástima que al intendente Quiroga “no le guste” el ferrocarril.

Ha sido un notable éxito la aparición del Tren del Valle, aunque su recorrido se limite a la relación Neuquén – Cipolletti. El usuario se apropió de él con alegría. Muchos sintieron que era una recuperación del sentido nacional. Aún hoy se sacan fotos mostrando la marca de los coches: Materfer – Industria Argentina.

Este buen ejemplo podría repetirse tanto para el este como para el oeste.  Varios municipios reclaman esta posibilidad de conectarse con el centro metropolitano neuquino y no depender exclusivamente de la movilidad por la ruta 22.

Para ambos usos propuestos, urbano e interurbano, se requerirían obras para posibilitar un serio incremento de las frecuencias. Habría que agregar pequeños tramos con los mecanismos de cambios de vías y las señalizaciones correspondientes. A favor habría que agregar que parte de la tarea (tal vez la mas gravosa) que es la construcción de los terraplenes de base ya está ejecutada hace cien años por los ingleses.

Es fácil imaginar  un sistema interurbano que vincule desde Villa Regina a Plottier con un desvío hasta Cinco Saltos. Bastaría ejecutar un parador en el triángulo generado por la combinación de los rieles en Cipolletti al oeste del paso a nivel de la calle Menguelle, solucionando de paso el problema que generaría la mayor frecuencia de circulación de trenes con la imprescindible bajada de barreras.

Respecto del análisis de los flujos circulatorios debería recuperarse una encuesta Origen / Destino realizada por le secretaría de Planificación del anterior gobierno.

Ante el anuncio realizado por el gobierno nacional ¿no sería una buena oportunidad para que los gobiernos de las provincias de Neuquén y Río Negro gestionaran la incorporación en tan magno proyecto los trabajos necesarios para habilitar el tramo del Valle al uso del ferrocarril como transporte de personas?

Para reforzar esta idea se puede mencionar un trabajo realizado en la provincia de Río Negro en el año 1983 (1). Ya entonces se mostraba que el proyecto era económicamente rentable. Si en esa época funcionaba, ahora sería hasta un buen negocio.

Es interesante observar que ya en este estudio se menciona el proceso de metropolización de Neuquén con una actitud positiva al punto de proponer un proyecto involucrando a las dos provincias.

También se menciona como proyecto en ejecución el trazado de la nueva ruta 22 en la barda norte, al menos hasta General  Roca.

En un país que funcionara dentro de ciertos parámetros de racionalidad, sería posible un servicio ferroviario de pasajeros en el Alto Valle.

(1) Estudio de un servicio ferroviario de pasajeros para el Alto Valle- Octubre 1983

Autor: Juan A. Terra

Trabajo realizado desde el Proyecto de Cooperación Técnica Organización de Estados Americanos y la Secretaría de Planeamiento de la Nación, para la Provincia de Río Negro.