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Columnistas
15/07/2017

Análisis rionegrino

Muerte, mensaje e impunidad

Muerte, mensaje e impunidad | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Se cumplió ayer un año de la desaparición y posterior muerte del oficial de la policía de Río Negro, Lucas Muñoz. Sus familiares y amigos siguen reclamando justicia e insisten en la existencia de un "pacto de silencio".

Hernán D´Andrea

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Se cumplió un año de que el policía Lucas Muñoz desapareció cuando iba desde su casa a tomar turno en la comisaría 42 de Bariloche a la que nunca llegó. 27 días después de ese 14 de julio de 2016 encontraron el cuerpo del joven oficial de la Policía de Río Negro, con un balazo en la frente. Fue hallado a unos cinco kilómetros de la ciudad en un descampado, que había sido rastrillado por patrullas de búsqueda en otras oportunidades.

Si bien se sucedieron una serie de acontecimientos en los días posteriores con separación de oficiales, algunas detenciones, allanamientos en Bariloche, Allen y Catriel, incorporación a la causa de la policía de Seguridad Aeroportuaria y Gendarmería Nacional, separación de la policía provincial, colaboración del gobierno nacional, análisis, pruebas, hipótesis e investigaciones a un año del luctuoso suceso nada ha sucedido, la causa está prácticamente parada, se descomprimió la presión institucional y mediática sobre el gobierno, la policía y la justicia y salvo familiares y amigos la muerte del joven Muñoz sigue sin dilucidarse.

Hace un año el gobernador Weretilneck manifestó que se iría hasta las últimas consecuencias y que se tomarían todas las medidas necesarias para corregir las conductas impropias. Por aquella época el mandatario había afirmado incluso antes de que apareciera el cuerpo del policía que "estamos en presencia de un hecho mafioso” y agregó que “es muy grave que en democracia, con todas las garantías, no se sepa qué pasó, es una situación dramática y, que sea un oficial de la policía lo hace mucho más grave”.

Desde Va Con Firma sosteníamos que “más allá de líneas de investigación, hipótesis y conclusiones de los investigadores hay serios indicios que detrás de esta dolorosa situación hay un fuerte mensaje hacia el poder político, y un llamativo hermetismo en el seno de la fuerza policial.

Agregábamos que “lo que queda claro es que se necesita una urgente definición de las autoridades políticas, con medidas claras y concretas, depurando lo que haya que depurar, separando lo bueno de lo malo y desarrollar un plan de acción adecuado, orientando y definiendo el rumbo a seguir, que es un deber del estado”.

Lamentablemente nada de eso sucedió y la muerte del joven oficial de 28 años sigue impune.

Weretilneck paso de denunciar un hecho mafioso surgido desde adentro mismo de la fuerza policial y la existencia de un pacto de silencio de la corporación policial a decir ahora que “nosotros no tenemos acceso al expediente y la policía provincial ha sido separada de la investigación, por lo tanto no puedo agregar más de lo que he dicho desde el primer día hasta hoy”.

Agregó que “hubiésemos querido llegar este año con el esclarecimiento, con los autores intelectuales y materiales detenidos y que la familia tenga un reclamo de justicia, por lo menos sabiendo por qué y quienes fueron” expresó el mandatario provincial.

A un año de la muerte de Lucas, su hermano Javier, cuestionó la falta de información y las demoras en la investigación y criticó el rol de las autoridades provinciales en el caso. 

Dijo que “uno tiene esperanza en la justicia pero estos resultados hacen que el descreimiento sea mucho mayor. Uno no se prepara para esta situación pero viviéndola día a día se da cuenta uno en la sociedad que está viviendo y eso hace que descrea en las instituciones” sostuvo. 

Consultado sobre el respaldo de las autoridades provinciales con la familia Javier Muñoz dijo que “tenemos acompañamiento pero lo que necesitamos no es que nos acompañen sino que nos den respuestas”

La novia de Lucas, Daniela que no tiene contacto con la familia del uniformado muerto insistió en que “Lucas sabía algo y tenía una amenaza, presentimiento o lo que fuera” y que “nunca se movieron para buscarlo como corresponde".  Agregó que “en este año escuché de todo, pero siempre todo apunta a lo mismo, la misma fuerza policial". 

La abogada de la querella, Karina Chueri reiteró la idea de que la muerte de Muñoz "no fue casual, que el día de la aparición del cuerpo tampoco fue al azar y que se trató de un mensaje muy claro para el gobierno político de turno.

Admitió que hasta el momento las pruebas científicas aportadas no dieron resultados positivos que den luz sobre los autores del crimen. "Esto evidencia que se trata de un grupo de criminales expertos". La causa presenta un avance "lento y complicado", aunque todavía se espera que se rompa el "pacto de silencio al que hizo referencia el gobernador", o "alguien decida colaborar con algún dato".

El fiscal Martín Govetto tiene apreciaciones similares. “Queda mucho por resolver, pero esperamos pronto poder dar luz a la causa para tranquilidad de sus familiares y de la sociedad”. 

Si el gobernador de la provincia pasó de decir que iría hasta las últimas consecuencias para dilucidar el crimen y la evidente interna policial, a asegurar que nada se puede hacer porque la policía fue separada de la investigación y no se tiene acceso al expediente; la abogada querellante afirma que espera “que alguien se decida a colaborar”; el hermano de la víctima descree de las instituciones; realmente el panorama a un año de la muerte de Muñoz es por demás desalentador y preocupante.

Lucas Muñoz tendría hoy 29 años y había nacido en Ministro Ramos Mexía un pequeño pueblito de la línea sur de Río Negro. Estudiaba la licenciatura en Seguridad Ciudadana y lo habían destinado a Bariloche. Desapareció el 14 de julio de 2016, apareció muerto 27 días después, el 10 de agosto en un descampado con su uniforme, y dos tiros.

Según la mayoría de las opiniones su crimen dejó en evidencia, una vez más, la corrupción y la violencia policial y fue un claro mensaje hacia el poder político.

El gobernador afirmó en su momento que era un mensaje fuerte, casi mafioso, de poder absoluto. ¿Cuál fue ese mensaje? ¿Hacia la fuerza policial o hacia el gobierno? ¿Qué no se haya dilucidado nada, significa que se absorbió el mensaje y que se entendió la lección?

Por la familia y los amigos de Lucas esperemos que el hecho no quede impune y que por lo menos tengan la tranquilidad de saber quién o quiénes fueron los que lo arrancaron de sus vidas y por la sociedad rionegrina esperamos que finalmente se ponga luz en el esclarecimiento de un hecho doloroso y sumamente preocupante.

29/07/2016

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