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18/06/2017

Panorama de la situación laboral

Panorama de la situación laboral | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La cantidad de conflictos laborales aumentó 273% en un año, y en el sector privado fue sobre todo por despidos y cierre de fuentes de empleo. Los acuerdos salariales no recuperaron lo perdido en 2016 (entre 8 y 10%). El 9,2% de desocupación significa 1.600.000 personas sufriendo el drama de la falta de trabajo.

Humberto Zambon

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El “Informe de Coyuntura” emitido por la Universidad Nacional de Avellaneda correspondiente al primer trimestre de este año muestra un crecimiento de los conflictos laborales en el corriente año: de 57 casos en el 1º trimestre del año pasado se pasó a 213, lo que implica una suba del 273%. El 58% de las protestas corresponden a personal estatal, fundamentalmente por razones salariales, mientras que para el 42% en el sector privado predominó el tema despidos y cierre de fuentes de trabajo.

Por otra parte, la firma de varios convenios de trabajo que, aunque encuadrados aproximadamente en la pauta preestablecida por el gobierno de un máximo del 20%, aprendiendo de la experiencia del año pasado han incluido una revisión periódica en función de la inflación (empleados de comercio), actualización automática (bancarios), o con una cláusula “gatillo” como la Uocra. El aumento de sueldos acordado al menos frenó por el momento la caída del valor real del salario, aunque entre 8% y 10% perdido en el año anterior queda sin recuperar.

Aún quedan varios conflictos, algunos activos y otros más o menos latentes, como el de los docentes en la provincia de Buenos Aires por un lado, y otro a nivel nacional, por la negativa a convocar a las paritarias nacionales a las que el gobierno está obligados por ley. También está el de ATE, que reclama un 38% (13% por lo perdido en el año anterior y 25% por la inflación de este año) y el de los docentes universitarios.

Finalmente, esta semana el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) ha dado a conocer las cifras oficiales de la situación ocupacional al cierre del primer trimestre de este año. La tasa de desocupación respecto a la población activa es del 9,2%, y la de subocupación trepa al 9,9%.

Representa la mayor tasa de los últimos 10 años. Conviene recordar que en el año 2003 la desocupación era del 25% y desde entonces estuvo bajando con una tendencia permanente y en el cuarto trimestre del 2006 bajó a un solo dígito. Esa tendencia se prolongó hasta diciembre del 2015, fecha en la que, con la reinstalación de la política neoliberal, cambió su sentido. En caso de continuar el mismo, pronto estaremos nuevamente con una desocupación de dos dígitos.

La tasa de desocupación del 9,2% implica que, en los centros urbanos relevados, hay 1.149.000 personas en esta condición, lo cual, extendido a toda la población urbana argentina, serían 1.600.000 habitantes que quieren y no consiguen trabajar.

La explicación, según las cifras oficiales, es que en los primeros 9 meses del año 2016 el empleo en blanco bajó el 1,9%, lo que representa que 127.905 perdieron su empleo registrado, cosa que siguió en el último trimestre (bajó 1,5%, es decir 97.160 puestos de trabajo) y continuó, sin duda alguna, este año.

A esas cifras hay que adicionar la estimación de que por cada puesto de trabajo registrado que se pierde, ocurre lo mismo con tres informales. Quiere decir que los 225.000 empleos en blanco perdidos en el año 2016 representan un total de 675.000 nuevos desocupados. Por otro lado, la población argentina crece a razón de 440.000 personas al año. Como el índice de actividad es del 45%, podemos estimar que 198.000 jóvenes se incorporan anualmente al mercado laboral (son 297.000 en el año y medio de este gobierno).

El aumento de la desocupación es el resultado de la caída de la demanda producida por la pérdida del 8% al 10% de los sueldos en el año 2016 (según el informe de la Universidad Nacional de Avellaneda, los trabajadores argentinos resignaron el 80% de un sueldo mensual; dicho en criollo, esta política económica metió la mano en nuestros bolsillos y nos sacó el 80% de un sueldo o de una jubilación correspondiente a un mes), todo ello agravado por la apertura económica que está llenando las góndolas de los supermercados y las estanterías de productos de consumo importados, y que hace cerrar a las empresas nacionales productivas, especialmente “pymes”.

Saber lo anterior no sirve de consuelo. A las cifras anteriores no se las puede tomar como simples y fríos datos estadísticos. Ellas nos dicen que hay 1.600.000 dramas de personas que conviven con nosotros y que sufren las consecuencias personales y sociales de la falta de trabajo. A eso es imposible permanecer indiferente.  

29/07/2016

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