El chico de 13 años llora en el piso con la boca destrozada. Llora a los gritos. Un grupo de comerciantes lo sigue golpeando.

Acaba de robarle un celular a una chica y, ante la golpiza, la chica robada implora: "No lo traten así".

Sucedió esta semana en la peatonal 9 de julio en la ciudad de Córdoba.

El chico fue luego internado en el Hospital de Niños.

Es un niño. Un niño que llora desconsolado.

Uno de los comerciantes que lo golpea grita: "si roba no es un niño".

Quiero decirle a ese energúmeno que SÍ ES UN NIÑO.

UN NIÑO QUE LLORA DESESPERADO.

Y ante la propiedad privada, que siempre muta en violencia, está la política que debe hacerse algunas preguntas. Por ejemplo ¿qué hacer con estos niños ENCERRADOS ENTRE DOS VIOLENCIAS ? La de su extrema pobreza de origen y la de los justicieros violentos.

Y si no puede hacerse esas preguntas NO tiene sentido que se llame política.

Aprovechemos el período electoral para discutir estas cosas.

NOTA DE : Una de las noticias a las que alude esta reflexión, fue publicada por el portal Perfil:

Córdoba: linchan a un nene de 13 años por robar un celular