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24/05/2017

Spinetta, más allá de todo banderín

Spinetta, más allá de todo banderín | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El autor de la nota, creador del Ciclo Música en el Salón Blanco de la Casa Rosada, durante el gobierno de Néstor Kirchner, revela una carta que le enviara el Flaco Spinetta después de su concierto. Lo hace a raíz de las declaraciones del actual asesor presidencial, Alejandro Rozitchner, sobre el músico, a quien calificó de “ignorante y resentido”.

Miguel Núñez *

“¿Cuántas veces en la vida tendría uno la oportunidad de tocar en el Salón Blanco de la Casa Rosada? Una en millones, ¿no?

Bueno, esa es la pregunta que fue respondida el 4 de marzo de 2005, cuando a solicitud del gobierno de mi país, pude realizar un concierto para todos. Lo que en otros momentos pudo inspirarme temor, finalmente me tranquilizó y me garantizó un respaldo único para ofrecer un recital de corazón.

En la severidad de nuestro más importante ámbito, quizás alguna alquimia que desconozca en sí, haya dado vida a la esperanza más allá de los vanos deseos humanos.

Ser recibido afectuosamente por el presidente Néstor Kirchner, fue una experiencia cálida e inolvidable. Sólo estoy infinitamente agradecido, de tal manera que puedo a la vez que dedicarlo a quienes me invitaron, hacerlo llegar a los desamparados, y también a los que sufren injusticias debido al atropello de los que no respetan la vida en la Tierra.

La música, siendo un mero intento de retener el cielo para entretenernos en sólo una parte de la existencia, no debe renunciar a comprender su auténtico rol decorativo, si es comparada con la verdadera partitura de complejas decisiones que debe ejecutar el poder, para asistir a una Argentina exigida como casi nunca.

Les confieso que conocí a un grupo de individuos apasionados por hacer las cosas bien. Espero que mi aporte sea para un futuro así de confiable para nuestro querido jardín, nuestro país.

Más allá de todo banderín."


Este es el texto de la carta que me mandó el Flaco, Luis Alberto Spinetta, pocos días después de dar su concierto en el ciclo Música en el Salón Blanco, una idea fruto del pedido de Néstor para que organizara una actividad que nos permitiera abrir las puertas de la Casa Rosada a nuestro pueblo.

De su lectura no se desprende que se trate de un “ignorante y resentido”, ni de un “artista demagógico” que tuviera ninguna relación extraña con lo popular, “de conveniencia o de seducción", como expresara días atrás, Alejandro Rozitchner, quien funge de asesor “espiritual” del presidente Mauricio Macri.

Por el contrario, demuestra las profundas convicciones de un artista popular que se reconoce a sí mismo con muchísima humildad, sin ninguna clase de vedetismo, comprometido no con un gobierno sino con los ideales de una sociedad más justa e igualitaria, que nos compromete a todos.

Con Néstor nos gustaba decir que esos conciertos eran una forma de “exorcizar” el Salón Blanco y la Casa Rosada, que tantas veces había sido escenario de las peores imágenes de nuestra historia.

Las declaraciones de Rozitchner no hacen más que demostrar que la invitación a los artistas populares argentinos a dar conciertos en el Salón Blanco de la Casa Rosada, nunca estuvo más justificada que con la presencia del Flaco Spinetta.

Cuando la actividad política me lo permitía, solía estar presente como anfitrión, muchas veces junto a algún otro ministro o secretario de Estado, que me acompañaba para entregar la estatuilla, que no se trataba de ninguna clase de premio, sino de un simple presente o recuerdo, a modo de reconocimiento, de parte del presidente/a de la Nación, hacia el artista.

Ese era el famoso "Néstor” del que habló el Flaco Spinetta en su concierto, que en esa ocasión fue entregado por el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, una réplica en miniatura de la escultura del busto de la Patria, realizada en 1890 por el artista italiano Ettore Ximenes, emplazada en el frente del Salón Blanco.

Pero ni Néstor ni Cristina, como presidentes, estuvieron jamás ni en ese, ni en ningún otro concierto, aunque solían recibir a los artistas en algún momento previo, para dialogar con ellos y agradecer su participación en el ciclo.

Cristina sí estuvo presente y entregó la estatuilla en el concierto de Mercedes Sosa cuando era la Primera Ciudadana, aunque prefirió no hablar al público, como habitualmente se hacía.

Ni el Flaco Spinetta, ni ningún otro artista, jamás “tocaron para Néstor o para Cristina”, ni se trató de conciertos privados para funcionarios, sino que los artistas actuaron siempre para su pueblo, presente en el histórico salón, o a través de las transmisiones de la Televisión Pública.

“A mí me interesa mucho más Osho que Heidegger, que me parece un pelotudo”, ha dicho Rozitchner para expresar su admiración por la filosofía y la espiritualidad oriental, mientras le acerca estas lecturas alternativas al presidente Macri. Rozitchner debería recordar la frase de Confucio: “La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas”.

Previo a aquel recital, los dos Flacos, Néstor y Luis, se encontraron para charlar en el despacho presidencial. Junto a un querido compañero, Rodolfo García, viejo amigo del Flaco y baterista de la mítica banda Almendra, participamos de aquella reunión. Queda guardada para siempre en mi corazón, la memoria de aquel encuentro. Más allá de todo banderín.
 



(*) Periodista. Ex vocero presidencial de Néstor Kirchner.
29/07/2016

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