Posiblemente este primer round no sirva precisamente para marcar una tendencia o hacer una proyección de los posibles acontecimientos electorales, pero los máximos dirigentes de la política provincial se encargaron de hacer su propia lectura y por supuesto llevar agua para su molino.

 

Lo cierto es que el Movic, el partido vecinal del intendente Carlos Johnston, aliado estratégico de Juntos Somos Río Negro, ganó la elección con un 35 por ciento de los votos contra el 25 del justicialismo y el resto que se distribuyó entre el socialismo, la UCR y el Ari.

 

El mismo domingo por la noche la dirigencia, sobre todo el oficialismo provincial y el PJ festejaban el resultado. Una situación casi habitual de mostrarse victoriosos en el inicio de un largo proceso electoral que finalizará en octubre.

 

Los hombres cercanos al gobernador como el secretario general de la gobernación Matías Rulli y el legislador Facundo López en una actitud poco habitual en el partido oficialista dirigieron sus cañones al titular del justicialismo Martín Soria afirmando que era el “gran perdedor” y que la elección mostró un claro ‘rechazo a las propuestas de patrón de estancia‘.

 

Rulli dijo que la elección marcaba el acompañamiento a la gestión del Intendente Johnston, con un fuerte respaldo del gobernador Weretilenck, con una mirada sobre la forma de hacer política, y por el otro un fuerte rechazo a Martín Soria, a María Emilia Soria, que con sus actitudes patoteriles quieren llevarse puesto todo lo que hay delante.

 

La realidad de los números demuestra que la fuerza oficialista bajó 37 puntos porcentuales en relación a la última elección municipal, cuando superó el 72% de los votos. Es cierto que ese guarismo fue excepcional porque era una confrontación entre dos, Johnston y Arceo del peronismo, pero en el 2011 cuando había siete candidatos, el intendente fue electo con un 41%.

 

El 25 % del justicialismo es prácticamente lo mismo que en 2015, mientras que en 2011 había sido tercero con un 18% detrás del radicalismo, con un 20%.

Soria valoró el resultado por “el crecimiento, logrado con una lista de jóvenes candidatos y en respuesta a los dichos del oficialismo dijo “queda en claro que el partido del gobernador está en caída libre, después de haber logrado un 73% en el 2015”.

Agregó que “usaron todo el aparato y no les fue para nada bien y la muestra de la desesperación es que sólo se dedicaron a atacarme a mi hermana y a mí”, comentó Soria

 

Mientras tanto después de que el gobernador le clausurara la posibilidad de integrarse en una posible alianza, Magdalena Odarda anunció que finalmente será candidata por la Coalición Cívica Ari, dejando de lado los acuerdos que mantuviera con el Partido Socialista.

La presencia de Odarda en la pelea por la diputación nacional no debería dejar de inquietar a los estrategas de los partidos, ya que ha tenido siempre en legislativas un importante “arrastre”.

 

Por ahora lo único confirmado, al menos así lo dice el presidente del PJ, es la candidatura de María Emilia Soria.

 

Martín Soria dejó trascender en la semana algunos nombres para ser el posible acompañante de su hermana en la lista, entre ellos a dos identificados con el núcleo duro del kirchnerismo, con lo que busca sumarle al poder de Roca, la tradicional estructura partidaria y también ahora un aliado táctico no menor que es el massismo, que anunció que no será de la partida con el Frente Renovador en las legislativas.

 

Weretilneck anticipó que en junio definirá los candidatos que serán propios y sin ningún tipo de alianzas. Las especulaciones se circunscriben a Pedro Pesatti y Alejandro Palmieri y no mucho más. Con el primero puede sumar adherentes contrarios a las políticas del gobierno nacional, pero que garantizará fidelidad en el Congreso y con el segundo se puede pensar en restarle una buena cantidad de votos en Roca al justicialismo.

Cambiemos espera la convención del radicalismo mientras sigue en la búsqueda de candidato que se dirimirá sobre finales de mayo. La intervención del Pro apuesta a la polarización nacional entre macrismo y kirchnerismo con lo que podría mantener su última performance, que sumado al radicalismo le permitirá a Cambiemos sumar un porcentaje que deje al menos tranquilos a los dos partidos, al menos para encarar el 2019.

 

Lógicamente que el gobierno provincial es el menos beneficiado si se nacionaliza la elección y consecuentemente la grieta alentada por el macrismo en los términos de volvemos al pasado o apostamos al futuro.

 

El candidato del oficialismo provincial quedará en lo que el massismo define como la ancha avenida del medio, y algunos dirigentes de Juntos se convencen que en las urnas los rionegrinos tomarán ese camino.

 

Quizás una lectura arriesgada, pero también es cierto de que ya no existen otras posibilidades si la decisión es ir solitarios. En realidad la otra que les queda es repetir lo que hizo en la última legislativa, o sea ser prescidentes en octubre, pero a juzgar por las públicas manifestaciones del gobernador para abajo, esta posibilidad ni siquiera se analiza.

 

A todo esto, el 14 de mayo se producen nuevas elecciones en nueve municipios de la provincia para elegir concejales. Se trata de unos 24.000 electores que brindarán otra oportunidad de seguir analizando perspectivas electorales para octubre.