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Panorama Político
09/04/2017

La puja municipio-provincia

La puja municipio-provincia | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

No casualmente la piedra de la discordia entre el municipio y la provincia es la obra pública y su financiamiento por parte de Nación, este es un año electoral y la campaña se hace hasta con las uñas pero sobre todo con billetes.

Héctor Mauriño

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“Yo viví cuando Raúl Alfonsín decía que Felipe Sapag era el mejor gobernador, no de Neuquén sino del mundo”, ironiza Quiroga para aludir al arduo destino de la oposición neuquina frente a un MPN que sabe llevarse bien con todos los gobiernos nacionales.

No parece que esta vez sea muy diferente. Tal vez por eso se dice que “Pechi” no ha tenido empacho en preguntar a algunos de los hombres más políticos de Cambiemos, acaso Rogelio Frigerio o Marcos Peña, quién sabe, si este es “un gobierno de transformación o de transición”.

Consciente de que la política argentina es cambiante, habría advertido a sus interlocutores que “si van a doblar pongan la luz de giro, de lo contrario podemos chocar entre nosotros” algo que, claro, no le convendría a nadie.

Esto no pone en duda para nada el alineamiento de Quiroga con el gobierno nacional. Después de todo, como él mismo reconoce, su ADN lo identifica con las políticas conservadoras, neoliberales que lleva adelante el gobierno de Macri.

Pero esto es política no ideología, y el intendente de Neuquén sabe muy bien de qué se trata el asunto.

Por eso el entripado es en buena medida contra el gobernador Omar Gutiérrez, un hombre a quien “Pechi” observa en este momento “más macrista” que él mismo y por lo tanto a contramano de ese MPN que considera “la expresión más rancia y concentrada del populismo estatal”.

No casualmente la piedra de la discordia en esta puja es la obra pública y su financiamiento, este es un año electoral y la campaña se hace hasta con las uñas pero sobre todo con billetes.

Así, Quiroga dice que no le preocupa “en absoluto” que Gutiérrez reciba más favores de Macri sino que oculte que la obra pública se paga con fondos de Nación, porque la provincia ya “no puede ni levantar un ladrillo” de “fundida” que está. Se entiende.

Esta puja también se expresa en el cruce las acusaciones entre emepenistas y quiroguistas respecto del superávit y redunda en la mutua descalificación: unos son malos administradores y los otros insensibles a los problemas sociales.

El resto es intercambio de pirotecnia, algo a lo que todos están acostumbrados durante las campañas. Por caso, lo que para unos es una supuesta maniobra con las fichas de afiliación de la UCR, para otros es una “travesura” consistente en inventar algo censurable y haciéndose “la carmelita descalza” echarle culpa al adversario.

Esta pulseada también se expresa en el hecho que los quiroguistas desaten la ira de los emepenistas por salir a repartir subsidios en San Martín de los Andes, y los primeros respondan que los del MPN se creen que el interior, los pobres y el Estado les pertenecen.

Pero lo que está detrás de todo es la puja por ser el ‘verdadero’ representante de Nación en la provincia y disfrutar de los beneficios que eso acarrea. Para el oficialismo es la defensa de la gobernabilidad; para el quiroguismo la posibilidad de crecer y ser alguna vez gobierno.

Como este año el telón de fondo sobre el que discurre la historia está dado por las elecciones legislativas y municipales, la acción tiende a acelerarse. Alcanzará alto voltaje en un par de meses, tal vez tres, pero los primeros signos de vértigo comienzan a advertirse ahora.

Para el MPN el desafío del año es conservar las dos bancas que tiene y terminan su mandato, y dejar colocada una figura con posibilidades de disputar la intendencia en 2019.

Para el Frente para la Victoria se trata de tener la generosidad y el coraje de conservar la banca de diputado y, con viento a favor, volver a tener presencia en el Deliberante.

Para Cambiemos, un frente hegemonizado por la figura excluyente de Quiroga, el problema es que ni Macri puede sacrificar una banca en la Cámara de Diputados ni el propio “Pechi” puede prescindir que un triunfo que lo reafirme, en el gobierno y en la coalición.

El problema es que el candidato de Cambiemos, David Schlereth, no mide lo suficiente. El propio “Pechi” lo admite, y eso explica que tendrá que “ponerse la campaña al hombro”, sin que Macri se lo haya pedido pero antes de que se le ocurra pedírselo.

¿Y Rioseco? Para Quiroga es un “amigo” con el que tiene cerrado un acuerdo para la capital, y eso incluye la fecha de las elecciones municipales. Sobre todo, si serán antes o después de las legislativas.

Pero respecto del 2019, el panorama no está tan claro. Quiroga sigue diciendo que Rioseco es un buen candidato y que él no quiere serlo. Pero, ¿quién podría creerle?

29/07/2016

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