Masiva movilización de docentes y estatales el lunes, impresionante marcha de la CGT el miércoles, multitudinaria movilización de mujeres el jueves, el gobierno antipopular de Cambiemos empieza a tomar nota del rechazo generalizado que merecen sus políticas.

El conflicto docente, que sacude al país y a Neuquén es una buena muestra de esa mezcla de improvisación con sadismo de clase alta que esgrime el gobierno para torcer el brazo a los trabajadores. Pero no lo consigue y se empantana.

Macri eliminó de un plumazo la paritaria nacional docente que servía de piso a la recomposición salarial del sector en todo el país y le tiró la pelota a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, con la expectativa de que la provincia más rica y poblada del país marcara el rumbo de una mejora salarial que, eso sí, debe ser inferior a la inflación.

Detrás de esto el de siempre: bajar el sueldo a los trabajadores para “hacer más competitiva” a la Argentina y transferir recursos de los sectores menos pudientes a los ricos con la expectativa nunca verificada de que éstos inviertan.

Al eliminar la paritaria nacional  el gobierno de Cambiemos violó la ley para desentenderse del tema y provincializar el conflicto, pero lo que ha venido sucediendo hasta ahora es todo lo contrario: el conflicto se ha nacionalizado porque, entre otras cosas, en la mayoría de los distritos los docentes no alcanzarán ningún acuerdo hasta que no vean qué sucedió en Buenos Aires.

El colmo de la chapucería es que esta papa caliente, que nadie sabe de qué lado del paladar colocar, el gobierno se la tiró a la Vidal, su figura mejor posicionada, todo en medio de un año electoral y en una provincia clave para definir la suerte de esa elección.

En Neuquén la paritaria estatal está estancada. El gobierno no se mueve de su postura de acotar los aumentos al índice inflacionario local y estatales y docentes no quieren dar su brazo a torcer. La semana fue de pesadilla, hubo paros, movilizaciones y cortes por doquier, y la cosa culminó con una conciliación obligatoria para ATE que el gremio no quiere acatar porque considera que el gobierno no puede ser “juez y parte” en el conflicto.

Todo indica que mañana será el día clave. Las autoridades han convocado a los sindicalistas para una nueva ronda de diálogo, pero según los gremios aún no se sabe si se sentará a la mesa con las manos vacías o llevará, por fin, alguna propuesta. Si la lleva, el sindicato acatará la tregua de 15 días.

Según una fuente de ATE, la conciliación responde a una necesidad del gobierno, porque luego de una semana de paros los servicios esenciales “comienzan a hacer agua”.

El gremio considera que la oferta de un aumento que acompañe el índice inflacionario de la provincia no sólo es insuficiente sino que además no refleja la realidad. Sostiene que las mediciones que hace la dirección de Estadística y Censos son “anticuadas” porque no incluyen parámetros como el combustible, la telefonía celular o la televisión por cable, que son esenciales para la vida de cualquier trabajador. Por eso, dicen, el año pasado sólo registró un índice del 36% cuando la inflación real del país se acercó al 45%.

Desde el gobierno provincial las cosas se ven diferentes. Los funcionarios destacan que, aunque no se publicita, hay “diálogo todos los días” y las posiciones no están tan lejos. No obstante, aclaran que será más fácil llegar a un acuerdo con ATE que con los docentes, porque estos últimos negocian con un ojo aquí y otro en lo que está sucediendo en la provincia de Buenos Aires.

En reserva, también los estrategas del MPN admiten que el gobierno nacional quiso provincializar el conflicto y lo nacionalizó. “Lo que pretendían hacer les salió mal”, sentenció uno de ellos.

Admiten que el paro docente es siempre el más sensible, porque opera directamente sobre el funcionamiento de familiar, pero destacan que, en todo caso, la experiencia indica que ATEN “es siempre el último gremio en arreglar”.

En las filas oficialistas piensan que la sociedad siempre otorga dos o tres semanas de tolerancia con el conflicto de los maestros pero después la cosa tiende a complicarse. No obstante subrayan que esta semana será decisiva, porque en su transcurso “comenzará la verdadera negociación”.

En el gobierno provincial evalúan queabril es un mes al que se lo llevarán los conflictos y que en mayo o junio, cuando el presidente fije la fecha de las elecciones, comenzará el clima electoral. Eso en cuanto a las legislativas, en lo que se refiere a la renovación parcial del Concejo Deliberante capitalino, descuentan que el momento más álgido se verificará entre junio y agosto, y recuerdan que Quiroga no podrá unificar los comicios porque en el ámbito de la ciudad se vota con boleta electrónica y a nivel nacional se sigue con el papel.

En el emepenismo confían en que “la unidad es la mejor estrategia”, y refieren una y otra vez que Jorge Sapag, Guillermo Pereyra y Omar Gutiérrez sellaron poco menos que un pacto de sangre para enfrentar juntos los desafíos de este año.

En el espacio del PJ - Frente para la Victoria, se produjo ayer el lanzamiento de los equipos técnicos que impulsarán la candidatura y el programa de Darío Martínez. El eje de su campaña se sintetiza, palabra más palabra menos, en la sentencia “Hay que ganar las elecciones para frenar a Macri y volver en 2019”. El legislador que denunció al presidente por sus empresas offshore, se reunió esta semana con Cristina Fernández.

El presidente del congreso del PJ, Fabricio Torrealday, otro de los posibles candidatos a diputado nacional del sector, salió a advertirque el peronismo “tiene que llevar un candidato a gobernador que sea afiliado”, en un claro disparo de advertencia contra el legislador del Parlasur Ramón Rioseco, quien contra la voluntad de muchos justicialistas fue candidato a gobernador por esa fuerza en 2015.

Torrealday milita en la agrupación Lealtad y Unión que lidera el gremialista Sergio Rodríguez y nada dijo en cambio de la agachada de la CGT, que en la última marcha multitudinaria además de no convocar a la Plaza de Mayo omitió lanzar el paro nacional que había prometido.

Rioseco, el que arrancó primero entre todos los postulantes del sector, dice que está esperando el resultado de la encuesta que encargó para definir si sigue o no adelante. Pero por lo pronto se atribuye estar primero entre todos los candidatos, de la oposición y del oficialismo.

Cerca del dirigente sostienen que al MPN le irá muy mal por su alineamiento con Macri, que a Cambiemos también porque su líder no se enteró de que es presidente y que Martínez está muy abajo. De Torrealday no habla.