El ministerio de Energía de la Nación creó el “Programa de Estímulo a las Inversiones en Desarrollos de Producción de Gas Natural proveniente de Reservorios No Convencionales”, que dará continuidad a los subsidios que inició el gobierno de Cristina Fernández y que logró revertir el declino de la actividad. Sin embargo, el nuevo esquema tiene marcadas diferencias con el programa ideado por Axel Kicillof, y algunas zonas grises que aún se deben esclarecer.

El programa está dirigido exclusivamente a productores de tight y shale gas de la Cuenca Neuquina, que al expirar el Plan Gas I y II a fin de este año y el Plan Gas III a fin de 2018, podrán acceder a la continuidad de los precios subsidiados.

El subsidio será equivalente a multiplicar la producción no convencional por la diferencia de precio entre una escala decreciente de 7,5 dólares el millón de BTU (MMBT) en 2018 y el precio promedio que obtengan de ventas al mercado por gas proveniente de cualquier origen y cuenca. La cotización del gas en boca de pozo irá bajando 50 centavos de dólar por año para llegar a 2021 a los 6 dólares.

Para acceder al beneficio, las petroleras deberán tener planes de inversión aprobados por la autoridad de aplicación provincial con la conformidad del Ministerio de Energía de la Nación.

A las empresas se les retendrá un 12% del pago para ser transferido a las provincias en concepto de regalías, de manera que ya no se deberá negociar con cada operadora como ocurrió con el plan actual. Además, se prevé un mecanismo de pago provisorio del 85% en base a volúmenes y precios promedio declarados como proyección.

La Provincia y la Nación deberán controlar semestralmente el cumplimiento de los planes de inversión de las empresas que adhieran al programa.

La nueva resolución está dirigida sólo a proyectos de gas no convencional, con lo cual el resto de los desarrollos queda afuera de los subsidios. El gobierno considera que con los aumentos que otorgó a los precios en boca de pozo (generación eléctrica, GNC y distribuidoras), la explotación de yacimientos tradicionales es rentable. Además, por ahora sólo se incluye a la Cuenca Neuquina, que aporta el 50% de la producción del país.

Otro cambio con respecto al plan de Kicillof es que el beneficio se otorgará por cada proyecto de inversión presentado y ya no por el incremento de las curvas de producción globales de la productora.

Como el programa está planteado exclusivamente para la Cuenca Neuquina, es de esperar que otras provincias, y las propias petroleras, reclamen ser incluidas. Por ahora, la resolución sólo comprende a esta región por dos cuestiones: es la única con desarrollos no convencionales en marcha y la que cerró el acuerdo de flexibilización laboral para los trabajadores de esos yacimientos.

Otro de los aspectos que necesitan definirse es el límite técnico entre tight gas y gas  convencional, cuya definición es difusa en la industria.

Además, será necesario acordar parámetros de inversiones mínimas que justifiquen el pago de los millonarios subsidios, así como también buscar la forma de darle celeridad a la aprobación de los planes de modo de evitar la paralización de la perforación debido a que restan pocos meses para la culminación del Plan Gas vigente.

Si bien el ministro Juan José Aranguren  ayer volvió a criticar al kirchnerismo por haber subsidiado la oferta de energía, mantendrá  los beneficios estatales a las petroleras. También se jactó de subsidiar a la demanda mediante la tarifa social, aún cuando planea ponerle el fin al beneficio al consumidor hacia 2019.