Columnistas
11/12/2016

Menos Derechos y menos Humanos

Menos Derechos y menos Humanos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Lamentablemente esta conmemoración del Día de los Derechos Humanos nos encuentra revisando muchas de las cuestiones que creíamos ya saldadas: si hubo 30.000 desaparecidos o 9.000; si el 24 de marzo debe ser feriado o no, si se debe continuar con los juicios de lesa humanidad o si los represores condenados deben ir a la cárcel o a sus casas.

María Beatriz Gentile *

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Cuentan que en 1940, Picasso fue visitado en París por el nazi Otto Abetz quien al observar en una pared una foto que reproducía el Guernica le preguntó: ¿Quién hizo esto, Usted? a lo que el maestro le respondió: “No, a decir verdad ustedes lo hicieron”.

Guernica era una pequeña ciudad vasca que en 1937 por tres horas y media fue atacada por la aviación alemana e italiana. Fue el primer bombardeo indiscriminado a civiles en suelo europeo, utilizado como ensayo de futuras acciones. Picasso se tomó el trabajo de no narrar la guerra sino simbolizar la barbarie; y la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 fue el acto de conciencia colectiva sobre ello. Una forma de trazar algunos límites que la humanidad no debería cruzar si, aunque sea, pretende conservarse como especie.

En la Argentina ese acto de conciencia sobre la dignidad humana quedó atado a la recuperación democrática. Raúl Alfonsín eligió el 10 de diciembre de 1983 para asumir como presidente y en su mensaje afirmó “…la justificación de los medios en función de los fines implica admitir que se puede dañar a otros seres humanos, que se puede someter al hambre a otros seres humanos… Toda esa lógica de los pragmáticos cínicos remite siempre a un porvenir lejano… Mediremos, en consecuencia, nuestros actos para no dañar a nuestros contemporáneos en nombre de un futuro lejano”. Con esto se marcaba un horizonte ético para la Democracia en nuestro país.

Lamentablemente esta nueva conmemoración nos encuentra revisando muchas de las cuestiones que creíamos ya saldadas: si hubo 30.000 desaparecidos o 9.000; si el 24 de marzo debe ser feriado o no, si se debe continuar con los juicios de lesa humanidad o si los represores condenados deben ir a la cárcel o a sus casas. También hoy – y al igual que en 1979- la retórica chauvinista de los ‘argentinos somos derechos y humanos’ ha vuelto maquillada de excusas jurídicas y apelaciones al “coraje” frente a “opinadores locales y extranjeros” como argumento para rechazar el dictamen internacional por la pronta liberación de Milagro Sala. Paradojas de la historia, es el gobierno actual y sus aliados radicales los responsables de ello.

En otra dimensión, que los derechos humanos son sólo una filosofía para los débiles es el discurso con que los ganadores del sistema degradan a los perdedores. La forma de excluir y estigmatizar a quienes ellos ven sin “mérito” suficiente para alcanzar la recompensa que el modelo generosamente brinda. De esta forma, las políticas de bienestar resultan una transferencia del costo del fracaso de los incapaces a los que sí han hecho el esfuerzo por convertir su individualidad de jure en individualidad de facto. Desmantelar tales políticas es una forma de poner a cada uno en su lugar. Por eso el enojo del legislador salteño que se opuso a la emergencia social con un “dénle obligaciones, basta de derechos”.

Todo esto se acompaña de un discurso que deshumaniza. Porque cuando te echan del trabajo por “grasa militante” o te dicen que tu hija de 14 años “se deja preñar” para cobrar la asignación universal, es difícil remontar la humillante denigración de tu condición de persona.

Cuando hace casi un año el presidente Mauricio Macri le regalaba a un animador televisivo el libro sobre la vida de Nelson Mandela, algunos creyeron que se trataba de un reconocimiento a la lucha por los derechos civiles, políticos y sociales del líder sudafricano y tal vez una orientación de las políticas que vendrían. Sin embargo y a la vista de lo acontecido, si Mandela hubiera sido jujeño, pobre, indio y mujer, otro habría sido el destino del Apartheid.

Aquel 10 diciembre de 1983 el mensaje finalizaba con “La democracia es el único sistema que sabe de sus imperfecciones… pero nosotros daremos a la política la dimensión humana que está en las raíces de nuestro pensamiento”. Mejor… recuperemos esto.



(*) Historiadora, decana de la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue.
29/07/2016

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