El barril criollo tiene los meses contados. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, cedió a la presión de los gobernadores y de las productoras y dio marcha atrás con su idea de equiparar de golpe el precio interno del petróleo del mercado interno con el internacional, pero lo hará de forma progresiva entre enero y septiembre de 2017.

Esta semana se reunió con los representantes de las principales compañías productoras y de las refinadoras, y les dejó en claro que su política será abrirle la puerta al libre mercado, y poner así fin a más de una década de intervención estatal.

Las empresas productoras no integradas (aquellas que no tienen negocios en el segmento de los combustibles) como Chevron y Pluspetrol reclamaron que la baja del petróleo Medanito de Neuquén se haga de forma escalonada desde los 63 dólares de noviembre hasta los 55-57 en septiembre del año próximo. También pidieron que se ponga límites a la importación de crudo y combustibles, la cual este año se multiplicó quitándole mercado al crudo Medanito. El mayor importador fue Shell, y la consecuencia fue que algunas productoras debieron vender su petróleo a las refinerías por debajo de los 63 dólares. El reclamo es compartido por la Gobernación neuquina, y el senador y gremialista Guillermo Pereyra llevó el pedido al mismo Mauricio Macri.

 El presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, también se mostró a favor de la opción gradualista para converger con el precio internacional del crudo en el segundo semestre de 2017, a la vez que planteó la necesidad de aumentar los precios de los combustibles.

Las refinadoras quieren que la convergencia se re implemente cuanto antes, para poder comprar crudo más barato. Aducen que la devaluación del 60% no fue trasladada en su totalidad a los combustibles, que se incrementaron alrededor del 30% este año. Aseguran que ya no les cierra la ecuación económica para seguir pagando por el barril criollo.

El aumento de precios del petróleo tras la reunión de la OPEP llevó al Brent por sobre 55 dólares el barril, con lo cual si esos números se mantienen en 2017, la convergencia del mercado interno no sería tan traumática para las inversiones en la Cuenca Neuquina.

La curva de futuros del petróleo Brent del lunes pasado prevé que en 2017 el barril se ubicará entre los 57 y 60 dólares.

Sin embargo, la volatilidad del mercado internacional, y la posibilidad de un incumplimiento de alguno de los socios de la OPEP, podría volver a hundir los precios.

En la transición hasta una convergencia de precios del petróleo y derivados a una situación de equilibrio respecto a las alternativas de importación, también se aplicarían rebajas en los derechos de importación  y una suba de precios en surtidor el orden de 6 a 8% en pesos.

En este contexto, se negocia la resolución de los 1600 petroleros que perderán sus trabajos tras la baja definitiva de 33 equipos que anunció YPF. La petrolera nacional asegura que este año gastó 100 millones de dólares en mantener esos equipos stand by, situación que es insostenible en el tiempo. Para paliar la situación, el gremio busca que el ministerio de Trabajo se haga cargo del pago de un subsidio de $ 20.000 por mes a 1000 trabajadores y reubicar al resto, lo cual demandaría unos 15 millones de dólares en un año, una cifra probablemente menor al costo material sufrido por el paro petrolero. La idea del gobierno nacional es resolver la situación antes del 13 de diciembre, Día del Petróleo, cuando planea anunciar el relanzamiento de Vaca Muerta con leyes del libre mercado y condiciones laborales flexibilizadas.