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16/10/2016

Esperando a Chihuido

Esperando a Chihuido | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Aunque las autoridades neuquinas confían plenamente en el interés del gobierno nacional por concretar la obra, nadie puede descartar que el ansiado proyecto termine por convertirse en el primer desengaño con la administración Cambiemos.

Héctor Mauriño

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La represa de Chihuido I, uno de los sueños más preciados del imaginario colectivo neuquino, condición necesaria para un eventual despegue productivo en los próximos años, no termina de hacerse realidad.

Las negociaciones entre el gobierno nacional y funcionarios rusos por la financiación de la obra, continúan sin que haya todavía ninguna novedad. El fin de semana pasado hubo un nuevo encuentro, esta vez en Washington, pero en el gobierno local todavía desconocen en detalle el resultado.

Si bien las autoridades neuquinas confían plenamente en el interés del gobierno nacional por concretar la obra, nadie puede descartar que el ansiado proyecto termine por convertirse en el primer desengaño del gobierno de Omar Gutiérrez con la administración Cambiemos.

La obra varias veces postergada del aprovechamiento hidroeléctrico sobre el río Neuquén, es un viejo proyecto de Agua y Energía que las distintas administraciones del MPN vienen impulsando desde hace décadas, hasta ahora sin resultado.

En los últimos años, fue el ex gobernador Jorge Sobisch quien reflotó la iniciativa de la mano de un acuerdo entre el Estado provincial y el grupo mendocino Pescarmona, pero luego de una serie de idas y venidas la cosa quedó en la nada.

El tema fue retomado por Jorge Sapag durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Después de una primera licitación que quedó en la nada el último gobierno de Cristina, de la mano del entonces ministro de Planificación Julio De Vido, terminó de atar el paquete.

Adjudicó la obra a una Unión Transitoria de Empresas liderada por una entidad rusa y un consorcio argentino integrado por el grupo Eurnekian; Panedile; Eleprint; Hidroeléctrica Ameghino y la española Isolux Ingeniería.

Según ese acuerdo, el Banco de Desarrollo Ruso Vnesheconombank, iba a financiar el 87% de los 1.900 millones de dólares que cuesta la obra, con una tasa de interés del 6,5% y un plazo de financiación de cinco años de gracia y 13 de pago.

El ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda Rogelio Frigerio, un amigo de la casa, acaba de asegurar durante su reciente visita a la capital neuquina que Chihuido “es una obra prioritaria para el presidente”.

Pero en las esferas públicas es un secreto a voces que las negociaciones entre argentinos y rusos sobre el futuro de la obra están virtualmente estancadas, y no son pocos los que dicen que, después de ceder a los primeros regateos del presidente Mauricio Macri el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, parece haber endurecido su postura.

No bien asumió, Macri reclamó a los rusos bajar la tasa de interés, con el argumento de que Argentina había saldado su deuda con los fondos Buitre y podía aspirar a mejores condiciones.

Según trascendió en distintos medios, en una primera negociación el presidente argentino habría logrado bajar la tasa un punto, al 5,5%, pero no se habría quedado conforme e iría por más: reducirla al 4.5%, con el agregado de que los plazos, en total, fueran de 14 años.

En el gobierno de Gutiérrez dicen lo opuesto a estas versiones. Que “no les consta” que se haya conseguido todavía una mejora y que el objeto de la negociación sigue siendo conseguir un porcentual por debajo de los 6,5 puntos.

Según las especulaciones en boga, en la hipótesis de que los rusos se opusieran definitivamente a un acuerdo como el que pretende Macri, se podrían anular los convenios y convocar a una nueva licitación, que acaso podrían ganar los chinos o tal vez Estados Unidos, Canadá o alguna otra potencia occidental.

No es casual, así las cosas, que el diputado del Frente para la Victoria Alberto Ciampini haya salido a asegurar ayer que Frigerio “engañó” al pueblo de Neuquén al asegurar que la represa es prioritaria, porque en realidad Macri, tal y como está planteada ahora, “no la quiere”.

Para el legislador opositor, la actitud del gobierno macrista guarda relación con “un pedido expreso de la embajada de Estados Unidos”, porque el Departamento de Estado norteamericano “no quiere que Rusia tenga más presencia en la región” y así se lo habrían hecho saber al presidente argentino.

En realidad, no son pocos los que piensan que Macri, alineado casi incondicionalmente con Estados Unidos, quiere desvincularse de los rusos porque acepta la estrategia geopolítica de contrarrestar la influencia rusa y china en América Latina.

De hecho, no faltan en el propio gobierno nacional quienes sostienen que  Mauricio apunta a incorporar a constructoras de Estados Unidos para buena parte de la obra pública, a través de uniones transitorias de empresas con socios minoritarios argentinos. 

En el gobierno neuquino rechazan tal lectura. Para los funcionarios más cercanos al gobernador, no hay duda de que Macri “quiere hacer” Chihuido, porque “lo considera un proyecto estratégico” y “una obra prioritaria” para su gestión.

Ello, aunque no dejan de reconocer que si el presidente tira mucho de la cuerda con los rusos “esta se puede llegar a cortar”.

La semana que comienza, el gobernador viajaría a Buenos Aires para imponerse personalmente del resultado de las negociaciones que tuvieron lugar hace escasos siete días en la capital estadounidense.

Aunque para los funcionarios neuquinos el provechoso vínculo que mantienen con el gobierno macrista los lleva a confiar en que finalmente la cosa llegará a buen término, no dejan de admitir que la negociación con los rusos no puede ser eterna y que si bien no hay ningún plazo escrito, los dos próximos meses serán definitivos para el proyecto.

¿Qué más? Que el gobierno está satisfecho con el acuerdo que mañana firmará con YPF, para nuevas inversiones en Vaca Muerta por un total 452 de millones de dólares.

La petrolera nacional avanzará en los próximos años en dos nuevos pilotos no convencionales y nueve proyectos de exploración, y en el gobierno consideran que eso significará un nuevo empujón para el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales.

¿Y con los gremios estatales? “Si hoy es fin de año, es no”, respondió el gobernador cuando le preguntaron si en Neuquén, como ocurrirá a nivel nacional, se contempla un bono de fin de año para los trabajadores de la administración pública.

En el gobierno dicen que el diálogo con los gremios estatales sigue abierto pero con una condición: “Que estén dispuestos a sentarse sabiendo que no puede haber aumento. Lo contrario -reflexionó un hombre del gobernador- es alimentar una hoguera”.

29/07/2016

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