Columnistas
25/09/2016

No hay fin de la recesión ni de la inflación

No hay fin de la recesión ni de la inflación | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Con datos, razonamientos y fundamentadas previsiones, el autor concluye que “los hechos desmienten” al optimismo oficial. Estima que el índice inflacionario anual rondará el 50%, y que quizás tanto ese problema como el proceso recesivo, gocen de buena salud.

Humberto Zambon

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El presidente de la Nación, eufórico, en el encuentro de ejecutivos de grandes empresas trasnacionales realizado en Buenos Aires, conocido como “Mini-Davos” en comparación con el encuentro periódico que se realiza en Davos (a propósito, haría a la transparencia republicana saber cuánto nos costó ese show), anunció que habíamos dejado atrás la recesión mientras que, casi simultáneamente, el INDEC anunciaba el índice de precios para agosto del 0,2% respecto al mes de julio, uno de los menores índices mensuales en muchos años y que fue celebrado como el quiebre en la tendencia inflacionaria.

Con respecto al anuncio del fin de la recesión, hay que aclarar que parece una expresión de deseos, ya que no hay ningún elemento objetivo que lo avale: la producción industrial y las ventas en general siguen cayendo, hay aumento de la desocupación laboral y crisis en las pequeñas industrias y en la producción regional. Queda solamente la esperanza de una “lluvia de inversiones” que se viene postergando desde principio de año y que, dado el panorama económico nacional e internacional, continuará demorándose hasta un futuro hipotético y lejano.

Por otro lado, la baja de la inflación es, en gran medida, consecuencia de esa recesión y de la disminución preocupante de las ventas, aunque quienes recorren los supermercados saben que el casi cero por ciento de aumento no es real. En verdad, es el resultado estadístico debido a la postergación del aumento del precio de los servicios públicos, por lo cual en agosto el rubro “vivienda y servicios básicos” tuvo un valor negativo del 5,6%, pero que volverá a aumentar en los próximos meses cuando se computen las nuevas tarifas. Además, la cifra del 0,2% es el resultado de no tener en cuenta las variaciones estacionales (por ejemplo, las verduras como el tomate y la lechuga, comienzan a bajar de precio todos los años en agosto). El índice de precios “desestacionado”, según el INDEC fue del 1,7% (equivalente al 22% anual, similar al que tuvo en su gestión el gobierno anterior) que, de todas formas, es mucho menor que los correspondientes a los últimos meses.

¿Podrá mantenerse esta baja de la inflación? En nuestro país la inflación es resultado de la puja distributiva, es decir, la lucha por el reparto del ingreso. Para los grandes terratenientes y para los exportadores depende del tipo de cambio, para los trabajadores del jornal que perciben, y para los empresarios de la tasa de ganancia con que marcan a sus costos para determinar el precio de venta. En consecuencia, podemos decir que la inflación depende fundamentalmente del comportamiento de las siguientes variables: jornales, tipo de cambio, y mark-up empresario, además de otras como son las tarifas de los servicios públicos y la política impositiva.

Importantes gremios, como Comercio, Uocra y la Federación Gráfica, comenzarán a renegociar los acuerdos salariales que cerraron por un semestre, con reclamos que oscilan en el 25% de aumento para el próximo semestre, mientras que los demás gremios no se van a conformar con la pérdida de salario real que implicó el acuerdo anual. Por otro lado, influyentes sectores y sus aliados en la prensa insisten en que nuevamente existe atraso cambiario y reclaman una devaluación del peso. Los empresarios monopolistas consideran a la ganancia como intocable, y suelen aumentar sus márgenes de utilidad para compensar la reducción de ventas, mientras que en los próximos meses se sentirá el incremento de las tarifas y, ante el aumento del déficit fiscal, es difícil que el gobierno acceda a disminuir la presión impositiva. En resumen, todas las variables influyen en que la inflación se incremente para cerrar este año en una cifra cercana al 50%, con fuerte arrastre para el año que viene.

Aunque los voceros oficiales insistan en que estamos viviendo el fin de la recesión y de la inflación, los hechos concretos lo desmienten. No están muertos. O, como expresa el conocido dicho, “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”1

1 Originado en la traducción española de la comedia “El mentiroso” de Pierre Corneille (1644), que suele asignarse erróneamente a “Juan Tenorio” de José Zorrilla (1844).

 

 

29/07/2016

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