La eliminación del barril criollo, el amesetamiento de los precios internacionales, los fenómenos climáticos y los conflictos gremiales conformaron un cóctel explosivo que derivó en una de las caídas más pronunciadas de la producción de petróleo de los últimos años.

Según datos del ministerio de Energía y Minería de la Nación, la extracción de crudo cayó un 7 % en el primer trimestre de 2017 con respecto al mismo periodo de 2016.

Según un informe del Centro de Estudios de Servicios Públicos y Privados (Cespup), la actividad petrolera cayó un 19%, lo cual repercutió sobre todo en el petróleo. Las dos principales cuencas que representan cerca del 90% de la producción, Golfo de San Jorge y Cuenca Neuquina, cayeron un -7% en el trimestre.

La baja en la actividad del upstream va de la mano con la tendencia en el downstream, con una caída del -4% del volumen de productos refinados a nivel nacional.

Al realizar el análisis más detallado, los números muestran a las claras el rumbo de la economía bajo el modelo macrista. Por un  lado, creció la producción de los combustibles Premium -el gasoil grado 3 (ultra) con un 126%, la nafta grado 3 (ultra) con 13%- y el aerokerosene para aviación con un 8%, ambos consumidos por los segmentos más pudientes de la sociedad.

Mientras que, por otra parte, fue notoria la caída de la producción del gasoil grado 2, producto asociado a la actividad económica y que representa el 80% de las ventas de este combustible. Y en la misma línea la caída del -11% de la nafta súper, que representa el 70% de las ventas del país y que es consumida mayormente por sectores de menos ingresos.

El cimbronazo del cambio de rumbo político se sintió con fuerza en los yacimientos neuquinos, donde la actividad cayó un -24% en el primer trimestre del año, al registrarse 139 pozos terminados, un cuarto menos que en mismo periodo de 2016, cuando se hicieron 183 pozos.

De todas formas, la cuenca neuquina concentra el 60% de la actividad petrolera de todo el país.

En el Golfo de San Jorge, donde la crisis petrolera es muy profunda, la perforación cayó un -18%, con respecto a 2016, un año muy malo para la cuenca. La cantidad de pozos perforados en el primer trimestre cayó a la mitad con respecto a 2015.

En abril último, la huelga en Rincón de los Sauces y la inundación en Comodoro Rivadavia, acentuaron la crisis petrolera y colaboraron con una estrepitosa caída de la producción del -12.5%. Se estima que el conflicto gremial y el fenómeno climático dejaron pérdidas por  casi 50 millones de dólares.

El lado positivo lo sigue arrojando el gas de Neuquén, de la mano de los precios para las productoras, con un crecimiento del 1% en el primer trimestre. “Es de esperar un incremento en los próximos meses, como resultado del plan de estímulo para el gas no convencional, creado específicamente para el gas de esta cuenca, por Resolución MEyM 46/2017 en marzo de este año dado que le asigna mayores precios”, indica el informe del Cespup.

El resto de las cuencas  tuvieron resultados negativos con caídas que van desde el -9% en la Cuenca Noroeste hasta un -5% en el Golfo de San Jorge. Mientras que la cuenca Austral sostiene su producción de gas gracias a la entrada en producción de los pozos offshore del consorcio de Total, PAE y Wintershall.