No había indicio alguno que pudiera predecir que PPK seguiría siendo presidente del Perú durante el 2018. Los diarios y medios peruanos ya debatían sobre su sucesor, y sobre las eventuales renuncias de los vicepresidentes una vez que el presidente fuese destituido.
Sin embargo, hubo giros repentinos en el voto de 10 congresistas de Fuerza Popular, partido político de centro derecha alineado al fujimorismo, del cual pertenece el hijo del ex presidente, Kenji Fujimori. Los votos de estos congresistas, lograron salvar a PPK.
Como en política nada es casual, a solo tres días de ese suceso, el presidente tomó la decisión de indultar a Alberto Fujimori, de 79 años, quien se encuentra detenido cumpliendo una condena de 25 años por crímenes de lesa humanidad durante su presidencia (1990-2000).
La decisión del presidente generó manifestaciones, tanto de rechazo a la determinación, como de celebraciones. Según el comunicado oficial publicado por el gobierno de Perú, se señala que el presidente, “en uso de las atribuciones que le confiere la Constitución Política del Perú para tales fines, ha decidido conceder el indulto humanitario al señor Alberto Fujimori y a otras siete personas que se encuentran en similar condición"
Añaden que “una junta médica oficial ha evaluado al interno y ha determinado que el señor Fujimori padece de una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable y que las condiciones carcelarias significan un grave riesgo a su vida, salud e integridad”.
El ex presidente de Perú había sido internado de emergencia en la Clínica Centenario y, desde ahí, los rumores sobre un posible indulto humanitario en su favor empezaron a ganar fuerza.
Esa situación favoreció el marco de negociación por el cual el actual presidente del Perú logró sobrellevar una destitución que parecía insalvable. A PPK, se lo acusa de cobro de sobornos en la causa Odebrecht, y una de las más fervientes impulsoras de la destitución fue Keiko Fujimori (hija del ex mandatario).
La defensa del presidente se situó en relación a la institucionalidad y la democracia. PPK sostuvo frente al congreso antes de que se inicie la votación, que "está en sus manos salvar la democracia o hundirla por mucho tiempo"
También fue preciso en la estrategia de convencimiento hacia los anti fujimortistas “para evitar el golpe”. Indicando que si él era destituido, el poder quedaría en manos del presidente del Congreso, Luis Galarreta, un hombre de Fujimori.
Finalmente, a PPK lo salvó una fractura entre Keiko y Kenji, ambos hijos del ex presidente, lo que motivó que el hijo del presidente negociara mantener a PPK a cambio del indulto a su padre, indulto que fue concedido, en el día de ayer.
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