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Exterior
08/06/2017

Elección británica: la primer ministra arriesga su capital político

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La conservadora Theresa May convocó a comicios anticipados, que se realizan hoy. Cuando llamó a elecciones, hace dos meses, llevaba una amplia ventaja sobre su rival laborista, Jeremy Corbyn, pero la diferencia se achicó notablemente. Quien resulte ganador, deberá negociar la salida de la Unión Europea.

El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte enfrenta hoy elecciones nuevamente, un año después de la decisión mayoritaria del pueblo británico de salir de la Unión Europea. Los países de la Unión -Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte- vuelven a concurrir a las urnas para elegir nuevo gobierno a través del régimen parlamentarista. Lo hacen en el marco de una elección anticipada convocada por la actual primer ministra Theresa May, que busca obtener respaldo popular y revalidar la mayoría conservadora en las cámaras para encaminar decisiones trascendentales.

La actual jefa del gobierno y líder del partido Conservador asumió el poder luego de la renuncia de David Cameron como consecuencia del fracaso político que supuso el resultado contrario a la permanencia en la Unión Europea. Por decisión del propio partido, fue la entonces ministra del Interior, Theresa May, la encargada de sucederlo en el cargo.

Sobre ella pesa hoy el desafío de revalidar su poder frente a la ciudadanía. Una de las principales críticas que recibe la primer ministra es que nunca obtuvo respaldo social de los británicos en las urnas. La intención de anticipar las elecciones tuvo el propósito de consolidarse en el poder y encarar negociaciones que requieren de un liderazgo indiscutido. Como por ejemplo, un rechazo al plebiscito independentista escocés, la reactivación del programa nuclear Trident, y el proceso de salida de la Unión Europea con la tonalidad más inflexible y dura que pretende la primer ministra, entre otras decisiones que debe encarar con mayor firmeza.

Sin embargo, en las últimas semanas los sondeos que en abril marcaban una diferencia de 20 puntos entre el partido Conservador y el partido Laborista, encabezado por Jeremy Corbyn -rival directo de May-, comenzaron a caer.

El atentado en Manchestar, que acabó con la vida de 72 personas tras un concierto de Ariana Grande, más los recientes ataques criminales donde tres terroristas arrollaron a los caminantes que transitaban por los puentes de Londres y de Westminster y donde posteriormente acuchillaron a quienes se cruzaban a su paso, han generado una modificación del escenario electoral.

Las principales críticas recibidas por May provinieron del propio Corbyn, su principal opositor, quien recordó que ella había reducido el número de policías en las calles cuando era ministra de Interior de Cameron. “Si tenemos algún problema en seguridad, nunca debimos reducir el número de nuestros policías”, dijo el desafiante.

Vale aclarar que en el sistema británico no se elige primer ministro de manera directa por parte de la ciudadanía, sino que se votan son los representantes de los partidos que integraran el parlamento. Allí el partido que más votos obtiene en la elección, y siempre que reúna los escaños suficientes, recibe luego la designación de la reina para gobernar losEstados. Quien absorbe esa responsabilidad es el líder del partido mayoritario. En esta elección hay múltiples partidos, como el Nacional Escoces, el Liberal Democrático, de los Verdes e Independentista, entre otros.

Los que históricamente han obtenido el poder y quienes mejor posicionados se encuentran hoy para acceder a la mayor cantidad de representantes parlamentarios, son el partido Conservador que postula a May, y el Laborista que lleva como candidato a Corbyn.

Las diferentes encuestas marcan una tendencia favorable al partido de May por una diferencia de entre 4 y diez 10 sobre el partido de Corbyn. En abril, esas mismas encuestas daban una diferencia de entre 20 a 25 puntos.

Con un resultado tan ajustado, el Conservador deberá comenzar a conformar alianzas parlamentarias con partidos minoritarios para intentar gobernar durante los cinco años que disponen las normas del sistema político británico.

La estrategia de May, puede no haber transitado los caminos esperados en estos dos meses que transcurrieron luego de la convocatoria a elecciones. Actualmente los conservadores cuentan con una exigua mayoría de 330parlamentarios sobre un total de 650.

En caso de no obtener un triunfo amplio, May habrá perdido el liderazgo, que ya poseía hasta 2020 ese predominio ajustado pero concreto, y tendrá que ser más flexible, dialoguista y armoniosa. Características que no parecen condecirse con su personalidad.

Lo más probable es que la primer ministra gane, pero habrá que observar de qué manera y hasta qué nivel su partido ha caído en la consideración de la sociedad, y también de qué manera se fortalece Corbyn ante una buena performance electoral, y cuantos escaños consigue el partido victorioso.

Los resultados de estas elecciones pueden dar un salto a la “tranquilidad política” pretendida por May, suavizando la inestabilidad bajo el liderazgo fuerte del partido conservador, o pueden ser un coctel explosivo para la política europea.

En el mundo donde se dio un Brexit y donde ganó un Trump, cualquier resultado es posible.

29/07/2016

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