Hasta hace poco tiempo, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, representaba la honestidad. Y ahora, ¿representa la renovación de la corrupción?

La información sobre los vínculos del primo de Macri en el pago de los sobornos de Odebrecht debe comenzar a incitar manifestaciones en Argentina con gritos de “¡Fuera Macri!”

Quienes elogiaban a Macri en Brasil deberían comenzar a avergonzarse, pues muchos de los que eran reivindicados en las marchas están directamente involucrados con casos de corrupción. 

Principalmente, aquellos hipócritas que dijeron “¡Fuera!” a los que estaban en el poder, y hoy, desde el poder, desacreditan o intentan desacreditar a quienes los acusan.

Sólo basta con mirar al Partido do Movimento Democrático Brasileiro (PMDB) o al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en algunos Estados donde ocurrieron las protestas de “¡Fuera, Dilma!” ¿Y ahora?

Si tuvieran un mínimo de carácter y dignidad para que Brasil no se hunda en la crisis, deberían salir para evitar que el pueblo reanude las manifestaciones de descrédito general y diga: “¡Fuera, todo el mundo!” a los que dedicaron, algún momento de su vida, a la política en los últimos 40 años, con muy pocas excepciones.

El día en que el país tome conocimiento de la evolución patrimonial de estos hipócritas, se asegurará que sean varios los jueces que van a gritar moralidad y enviarán a los corruptos afuera.

Publicado en el Jornal do Brasil