El Ejecutivo, citó en la Casa Rosada a la cúpula de la Unión Industrial Argentina, luego de los cruces mediáticos que habían mantenido a lo largo de la última semana con el ministro de la Producción, Francisco Cabrera.

 Una reunión que en cualquier otro momento hubiera sido de rutina, fue vendida por el ejecutivo y los medios afines a Cambiemos, como la firma de un “tratado de paz” entre dos potencias enfrentadas.  Del encuentro participaron el titular de la entidad fabril, Miguel Acevedo y los vicepresidentes, Luis Betnaza y Daniel Funes de Rioja. Por parte del gobierno lo hicieron el propio Cabrera y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. 

 Quizá con la intención de marcar agenda, o tal vez con el intento de volver a mostrar al gobierno dialoguista y conciliador, el ejecutivo montó una escena en base a dos cruces mediáticos vulgares, a los que se le dio una dimensión exagerada por parte del aparato comunicacional.

 No obstante, y más allá de la exageración, resulta ser la segunda vez que el gobierno se enfrenta con sectores de su misma ideología. Hace poco menos de un mes, los economistas neoliberales cruzaron al ejecutivo por la publicación de una nota del secretario de Hacienda nacional, Rodrigo Pena, en la que se criticaba a los "plateístas que insultan al técnico”, en referencia a los economistas que critican el rumbo del gobierno.

 En esta oportunidad, los industriales manifestaron un descontento por la política económica entorno a la poca previsibilidad y la falta de apertura de mercados en donde colocar sus productos, agravado además por la caída del consumo interno, y recibieron por parte del ejecutivo un “dejen de llorar”.

 Con la reunión de ayer se dio por superada los cortocircuitos dialécticos, aunque se dejó en evidencia la poca tolerancia del gobierno de Mauricio Macri a las críticas, en momentos donde parece no atinarle al rumbo. Según trascendió, en la reunión los representantes de la UIA reclamaron revitalizar el mercado interno y "salir a ganar mercados internacionales" para lograr aumentar las exportaciones.

 La reunión duró más de una hora en la Jefatura de Gabinete, y fue catalogada por el ministro como “más larga de lo esperado, y franca”. Además, el propio Cabrera en resumen sostuvo que “se encontraron muchísimas coincidencias para trabajar juntos”. 

 Los reclamos previos del Ejecutivo y el rumoreado enojo presidencial, provienen de una percepción del gobierno a una falta de acompañamiento y compromiso de los empresarios industriales a las políticas implementadas. 

 Desde la entidad advirtieron que, si bien se acompaña y valora lo realizado, se alerta sobre problemas en algunos sectores. El enfrentamiento mediático desnudó el malestar de un sector al que al menos por ahora se mantiene controlado. En tanto el gobierno pretende esconder una problemática de fondo basada en una ausencia de políticas de fomento a la industria nacional, y la ya mencionada intolerancia a la crítica. 

El presidente se encontraba a escasos metros de donde se realizó la reunión, pero optó por no ingresar a saludar, sosteniendo una superposición de reuniones entre la que se encontraba la recepción diplomática de la presidenta de Croacia, Grabar Kitarovi?.

 Informe: Agustín Mozzoni