“Hasta las elecciones inclusive vamos a tener más de una sorpresa con el dólar, porque los períodos electorales en Argentina siempre son muy movidos desde el punto de vista financiero, y el gran problema que tenemos hoy es que Argentina tiene absolutamente desregulada la compra y venta de dólares”, explicó Emmanuel Álvarez Agis.

El economista aclaró que esta desregulación “hace que el tipo de cambio sea mucho más volátil, como estamos viendo estos últimos 20 o 30 días” y “ese nivel de volatilidad es desde todo punto de vista malo”.

Para Álvarez Agis esta volatilidad genera “un nivel de incertidumbre” que hace que sea “mucho más difícil que un inversor se arriesgue a invertir, que es lo que básicamente está pasando, porque la inversión está reaccionando muy poco”.

“El tipo de cambio es como el precio de los precios, y a esta altura del año muchas empresas están empezando a planificar el año que viene, están armando sus balances, sus presupuestos, y cuando llega el momento de poner un tipo de cambio de referencia, de decir a cuánto va a estar el dólar a fin de año y el año que viene, a cuanto voy a importar y exportar; esa estimación se hace mucho más incierta”, detalló.

El dólar cerró ayer en $17,45 para la venta, y durante los primeros minutos de la rueda tocó un máximo histórico de $17,56. Esta fuerte suba se dio luego de que el Banco Central elevara las tasas de las Lebac al 26,5% anual (para el plazo más corto) en la licitación mensual del martes.

De acuerdo con lo informado por la autoridad monetaria en un comunicado, se renovaron $467.623 millones de un vencimiento total de $532.022 millones, de lo que resulta que se volcó al mercado un total de $64.399 millones.

Sobre la suba de la tasa de interés de los Lebacs, Álvarez Agis destacó que “hace un par de licitaciones que estamos viendo la misma dinámica que se repite y es que los bancos le han tomado el tiempo al Banco Central, y ocurre que unos días antes de cada licitación empieza a subir el dólar, eso le preocupa al Banco Central por el impacto inflacionario de la devaluación y lo obliga a subir la tasa de interés, cosa que calma el dólar pero también enfría el resto de la economía”.

Para el viceministro de Economía del gobierno de Cristina Kirchner, “es una dinámica complicada que el Banco Central tiene que empezar a intentar romper” pero como tiene “una concepción errada”, que es la de “combatir la inflación que tiene la Argentina con la tasa de interés” en una economía que “no está recalentada”, le resulta una “herramienta muy inefectiva”.

“Si vos tenés una economía como la Argentina que no está para nada sobrecalentada, pero también tiene inflación, que viene más por el lado de los costos, de las tarifas y del dólar, combatirla con la tasa de interés, lo que hace es que sacrifiqués mucho empleo, mucho nivel de actividad económica por usar una herramienta inadecuada; y parece que el Banco Central está convencido de ese rumbo”. 

El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, afirmó ayer que “entre julio y diciembre vamos a jugar el segundo tiempo contra los precios y estamos convencidos que bajarán lo suficiente”, en relación a las políticas de tasas de interés que buscará llevar adelante el Banco Central para alcanzar los objetivos de inflación del 17%.

“Si el Banco Central cumple con la pauta de inflación del 17% para este año, es o bien porque rompió el índice de precios por el cual mide la inflación o bien porque rompió la economía, y ninguna de las dos cosas sería buena”, graficó Álvarez Agis.

Y explicó que como el Banco Central está empezando a tomar como referencia de la medición de la inflación el IPC nacional, “le va a dar un poco de ayuda porque probablemente la inflación nacional va a estar entre uno y medio, dos puntos abajo del IPC más tradicional”.

“Eso es hacer trampa porque vos tenés que compararte con la misma vara que venías midiéndote; si vos cambiás la vara de medición, la baja de inflación que estás mirando es totalmente ficticia”.

Y en cuanto a la segunda opción de alcanzar la pauta de inflación, el economista destacó que podría darse “si el Banco Central decide subir aún más la tasa de interés, apaga la tímida recuperación económica que estamos viviendo, y entonces como la economía se desploma, los precios también se desploman”.

“Espero que nadie esté pensando en esa solución porque es peor que el problema”, concluyó.