“Ya el año pasado veíamos como se pudrían las frutas en las fincas, era muy lamentable ver que mientras hay hambre en la Argentina, se estén desperdiciando toneladas de frutas que podría haber abastecido chicos con hambre si hubiera un Estado que interviniera y que sirva de nexo”, afirmó  Vicente Lourenzo, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, CAME.

Agregó que “la situación es crítica”, y anticipa “el panorama complicado” de la cosecha 2017, donde la actividad productiva de peras y manzanas es la “más castigada en la región”.

Sobre la actuación del gobierno, Lourenzo explicó en diálogo con , que “las medidas que tomaron fueron insuficientes y debieron haber sido mucho más, para estos dos frutos fundamentalmente”.

El comunicado de la entidad enumeró la “caída de precios, suba de costos en dólares, baja de exportaciones, menor cantidad y calidad de la fruta cosechada, falta de financiamiento, dificultades para exportar a Brasil, alta presión fiscal y escaso financiamiento”, como el panorama de la producción de peras y manzanas en el Alto Valle para este año.

Y destacó que los problemas que tienen los agricultores son numerosos; “la mayoría vinculados a distorsiones macroeconómicas o estructurales internas”.

En cuanto a las políticas del gobierno actual, “ni la eliminación del 5% en retenciones, ni los reembolsos por puerto patagónico del 7% ayudaron a mejorar la rentabilidad de la actividad”, aseguraron desde CAME.

“Éstas son algunas de las problemáticas que arrastra la actividad desde hace tiempo y que, lejos de resolverse, se agravan año tras año”, por lo que “la cosecha 2017 ya está en marcha, aunque con perspectivas bastantes malas para las peras y moderadas para la manzana”.

Lourenzo explicó que “es lamentable que todavía en el 2017 siga persistiendo esta situación”, y agregó que “con lo que pasó el año pasado se podría haber dimensionado cuál es el problema” para poder mejorar el cuadro actual.

“Le estamos haciendo llegar este cuadro de diagnóstico” al gobierno “porque no siempre están muy atentos a todo lo que está pasando; y es importante que CAME se haga eco de esto cuando hay otras entidades más específicas que no son escuchadas como corresponde”, concluyó el vocero.

CAME planteó en su informe la necesidad de una “reconversión estructural”, y que se implementen acciones combinadas entre “el sector público, las instituciones intermedias y los mismos productores para salir de la crisis actual”.

“En cinco años se perdieron 4.000 hectáreas de superficie plantada (se estima además que hay otras 15 mil en estado de abandono), se perdieron 2 millones de jornales, las exportaciones cayeron 36%, la producción se retrajo 42%, y se estima que el sector se descapitalizó en más de US$ 787 millones”, grafica el informe.

Para CAME, “toda esta crisis ocurre en un contexto de incremento en la demanda mundial de peras y manzanas, que a diferencia de la Argentina, está permitiendo que países como Chile y Sudáfrica ganen mercados desplazando al productor local”.

Lourenzo definió que para el pequeño productor “es una situación lamentable”, que se vio afectada por el “atraso en el tipo de cambio” y los “increíbles aumentos en los costos fijos”, además de las heladas y granizos de la región.