El gobierno nacional salió otra vez a presionar a los gobernadores y estratégicamente distribuyó una planilla en la que se establecen los montos que perderán cada una de sus provincias al aplicarse el proyecto de modificación del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias.

Como ese monto recaudado es coparticipable cualquiera de las propuestas de cambios que se le realizan, si bien beneficia a los trabajadores, le asesta otro golpe más a las alicaídas arcas de las provincias. 

Incluso Clarín publica la tablita provincia por provincia y en la que bajo el título “Ganancias: el papel que repartió el oficialismo para asustar a los gobernadores” realiza un comparativo de las dos formas que tienen los mandatarios provinciales de perder.

En efecto, si se aprueba el proyecto del Poder Ejecutivo se perderá menos que si el que prospera es el proyecto del diputado Sergio Massa.

En el caso de Neuquén de aplicarse la propuesta del gobierno percibirá 284 millones menos de coparticipación, pero si los legisladores aprueban el proyecto Massa el monto será inferior en 688 millones de pesos.

Río Negro en cambio dejará de percibir 403 millones con la propuesta de la Casa Rosada, pero sí en cambio se aprueba el otro tendrá una reducción de 974 millones de pesos.

La nota del matutino porteño que firma Eduardo Paladini revela que “alguna vez usaron las tablas en formato Excel o un coqueto Power Point para mostrar cuánta plata les llegaba a los gobernadores, provincia por provincia; por las obras públicas o por la restitución de porcentajes de la coparticipación. Ahora, el papel que salió desde el mismo gobierno nacional no fue para arrancarles una sonrisa, sino más bien para asustarlos por el impuesto a las Ganancias”.

La nota que hizo circular el, distrito por distrito, concluye con que el costo total del proyecto oficial “apenas” supera los 32.000 millones de pesos, contra los casi 80.000 millones de la propuesta del Frente Renovador.

Cuando el Gobierno hace el recorte entre provincias y Nación, el costo queda partido prácticamente a la mitad: con el proyecto oficial, los gobernadores resignan unos 16.000 millones; con el de Massa, unos 40.000 millones. La mayor diferencia, por tamaño, se da en la Buenos Aires de María Eugenia Vidal.

El argumento de Massa no sólo es que se debe disminuir la presión sobre los salarios en un momento de recesión económica, sino que se debe cargar de más impuestos a otros sectores como el juego, la renta financiera y la minería.

Macri viene de fracasar con la presión sobre los gobernadores para sacar la reforma política, con la promocionada boleta electrónica. Hubo incluso foto en Olivos, con varios mandatarios sonrientes, entre ellos los de Río Negro y Neuquén, pero luego los votos no alcanzaron.